1/9/08

Cómic digital

Una de las posibilidades de la creación digital es el cómic, aún cuando la validez artística de esta combinación está cuestionada.

Partiendo del comic tradicional, en papel, viñetado, con los bocadillos de diálogos y su estructura rectangulada, caben varias aproximaciones.

La primera es la simple digitalización del cómic que, de hecho, fue la primera alternativa que se trabajó. Esta simple digitalización no aporta realmente nada nuevo. Los dibujos, inicialmente, se seguían realizando en papel para ser escaneados. El corazón del cómic quedaba, como siempre, circunscrito a la historia, al estilo y calidad del dibujo y al desarrollo de los personajes.

Posteriormente, se usó – y se usa aún con profusión- el ordenador para ¿mejorar? la estética de los propios dibujos. Colores más sólidos, perspectivas más realistas, trazos novedosos, diseño mediante vectores en vez de píxeles, texturas, granulaciones, simulación tridimensional, etc. Esta nueva estética tiene también sus detractores porque, en algunos casos, se están realmente simulando fotonovelas que quedan, por lo general, lejos de la calidad literaria que muchos cómics clásicos tienen.
Además, el sólo uso de la edición digital nos acerca más a los efectos especiales que a la literatura. Al fin y al cabo, el Corsario de Hierro, el Capitán Trueno, Tintín, Axterix, o Corto Maltés no entraron en nuestras vidas por la perfección del dibujo o de la perspectiva sino porque sus personajes, sus historias, y la expresividad de las viñetas eran magníficas. Por ejemplo, cabe citar aquí el escaso éxito de los álbumes de Tintín basados en las películas digitales en comparación con los clásicos.

Existe un problema importante en lo que respecta a la lectura digital del cómic. Las resoluciones de las pantallas son reducidas (muy reducidas respecto al papel impreso) y ello hace que sea difícil leer una página en la pantalla. La mayoría de las propuestas intentan saltar este problema mostrando una zona muy pequeña de la historia en comparación con el cómic tradicional. Bien sea media página o un cuarto de página o, más habitualmente, aprovechar la pantalla del monitor para mostrar una única viñeta, dimensión en la cual ya puede conseguirse un detallismo apropiado (un ejemplo, por ejemplo en http://www.darkhorse.com/zones/wotw/wotw_popup.php?p=0 ). Pero esta forma de presentar el cómic pierde la contextualización que tiene el medio clásico en donde casi todos los aficionados al mismo reciben algo más que la historia viñeta a viñeta. El pattern global de las viñetas en la página, su distribución, su entrelazado, es un factor importante en la lectura de un cómic que se pierde si lo leemos viñeta a viñeta, sin ponerlo en el contexto global. Por ejemplo, puede leerse un comentario en http://zuzi.wordpress.com/2008/01/20/%C2%BFcomics-digitales-o-en-papel/

Cuando, además, el cómic se pretende distribuirlo vía Internet los dibujos tienden a hacerse esquemáticos, sencillos, de modo que los ficheros sean de pequeño tamaño y sea fácil transmitirlos. Es como pasar del detallismo de los dibujos animados más clásicos a algunos japoneses en los que todo queda fijo excepto una mano que se mueve aquí y allá.

Aún con todo, estas formas citadas de aproximación digital al cómic son realmente poco novedosas en lo fundamental.

Más interesante, desde un punto de vista de avance conceptual, es el uso de elementos multimedia embebidos en la historia. Sonidos, notas al pie, fotografías, voz, etc. Por ejemplo, Metal Gear Solid 2: Bande Dessinee, (http://www.scorezero.com/2008/05/30/los-primeros-18-minutos-del-nuevo-comic-digital-de-mgs2/) es un cómic que se desarrolla viñeta a viñeta (una de ellas se muestra en la fotografía que acompaña este post) en donde los diálogos, además de aparecer en el bocadillo tradicional, se oyen y donde las viñetas se mueven a la manera que uno puede hacer presentaciones de fotos con programas del tipo ProShow Producer.

Otra posibilidad es la de incorporar video a cada viñeta o bieninteractividad a cada viñeta. En este marco, sigue viva la discusión de si esto es un cómic o una película, o un juego.

También, puede pensarse en un cómic en que cada personaje pueda seguirse de manera independiente en función del gusto del lector, como si de varios cómics enlazados se tratara, algo que no podemos hacer un uno convencional. Podríamos así seguir a Maltés o al sospechoso al que persigue; elegir si seguir la pista de Tintín o la de la Castafiore cantando en Moulinsart.

Por fin, merece la pena también citar los intentos de crear el cómic infinito. En este tipo de creación, no hay varias páginas sino una única y de tamaño virtualmente infinito. Entonces, el usuario se va desplazando por ella, siendo la pantalla como la lente de un pequeño anteojo que va descubriendo una parte de ese lienzo enorme a medida que el lector lo mueve.
No está claro que este tipo de obras gusten a los lectores porque, en ausencia de guía por donde transcurrir, uno se pierde lo que puede gustar si sólo se valora la interactividad pero arruina la historia y su estructura interna en la mayoría de los casos. Por ello, algunas obras de este tipo disponen de flechas o guías para que el lector sepa a dónde dirigirse. Y, en tal caso, surge la inmediata pregunta de cuál es el valor añadido del lienzo infinito.

Probablemente, el desarrollo de nuevo hardware y de e-paper convincente hará cambiar el futuro del comic digital.

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