27/11/09

Quizá, afuera, llueva


Quizá, afuera, llueva. O quizá no. Tanto da porque el mundo acaba en la pared de la alcoba, en ese ventanal por el que –cuando tú estás- siempre alumbran estrellas aunque haya nubes espesas o la cortina nos proteja de miradas indiscretas. Quizá no llueva, pero yo oigo igual el repiqueteo de las gotas porque, ya se sabe, no hay nada más bello que la lluvia para envolverse entre mantas y dejarse amar.

La sábana, buena amiga, resbala de tu espalda para que yo pueda dibujar, en tu piel tersa, arabescos pintados con besos suaves de mariposa, buscar lunares, recorrer caminos de sirenas. Tu cabello es mi cómplice y siempre se hace a un lado para que yo pueda embelesarme en los lóbulos deseados de tus orejas, en tu nuca anhelada, en el dulce sabor de tus mejillas de rocío y lluvia fresca. Quiero sentir tu escalofrío, esas burbujitas inquietas que te inundan, cuando abandono mis labios y mi lengua y mi aliento en tu cuello de nácar. Es dulce el tenue gemido, un murmullo apenas, con que me guías mientras exploro tu cuerpo.

Quizá, afuera, llueva. O quizá no. Tanto da porque el universo se curva y se abraza a sí mismo hasta envolvernos en una crisálida de palabras inconexas, de jadeos, de miradas ansiosas, de rendiciones absolutas. Es entonces cuando tus brazos juegan en mi espalda o en mi pecho, cuando tus muslos suaves me enredan entre ellos y me embarcan hacia el húmedo mar de tu necesidad. Y de la mía. La de nosotros. Somos uno, a tal punto que no es posible concebir nada más allá de tu rostro.

Quizá afuera, llueva. O quizá no. Tanto da, porque cuando caigo desnudo y rendido a tu lado, con la respiración agitada, perdido en el hechizo de tu sonrisa, hueles a hierba recién mojada por el aguacero.


4 comentarios:

  1. Amigo, no sé si estás casado, si tienes novia o eres célibe. Sea como sea, envidio -sanamente- tu sensible manera de atacar los textos de amor, a partir de los cuales seguro estoy de que tus potenciales amantes caen rendidas -a poco tengan un mínimo de sensibilidad- ante la delicadeza de tus palabras cuando hablas de amor. Enhorabuena por eso, por tu literatura en general y por los buenos ratos que (al menos a mi) me haces pasar cuando te leo. Relatos breves los llamas tú, pero son más prosa poética. Magnífica prosa poética.

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  2. je je... ¡qué va! ¡no cae rendida ninguna! ¡La vida es dura!. Habrá que seguir esforzándose.

    Gracias por los halagos.

    Saludos

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