27/8/10

Ocupas




Desde el día aquel en que, de pronto, vi esa mirada nueva en tus ojos, esa luz especial en tu sonrisa, ese imán en tu conversación y ese capricho en tu cuerpo has entrado en mi mente como un torbellino. Te has convertido en una ocupa de mi ser y de mi corazón. Todas mis neuronas están dedicadas a pensarte, a disfrutarte, a sentirte, a deleitarme con lo que eres, con lo que me haces sentir, con tu embrujo. Apenas me quedan unas pocas células para las funciones básicas: respirar, comer, caminar sin trastabillarme, pero son tan escasas que temo que cualquier día me olvide de tomar aire, de alimentarme, de dormir mientras me quedo absorto contemplándote.

Eres una ocupa de mi mente y de mi alma y - ¿sabes?- me encanta que lo seas. No te demandaré, no recurriré a la fuerza pública para desalojarte. Al contrario, he clavado tablones en mis puertas para que no puedas salir, para que permanezcas conmigo siempre, para que tu presencia continúe dando calor, cariño y confort a mi existencia, a mi pobre yo.

Eres mi ocupa. ¡Qué suerte que lo seas!


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