2/10/10

Dar las gracias




A veces es necesario dar las gracias. De todo corazón, profundamente, con devoción, por el don recibido. Yo necesito darte las gracias hoy. Rendidamente agradecido. Por haberme elegido, aunque me sigue pareciendo inverosímil que sea precisamente yo el elegido. Porque me has descubierto, porque has venido a buscarme, haciéndote camino entre multitudes para llegar hasta mí, yo que soy tan poquita cosa. Por sentirme, por sentirte. Por verte, porque me veas, por oírte, porque me oigas. Porque ahora hay sonrisas que yo sé destinadas para mí. Porque quizá hayas pensado en mí esta tarde, porque puede que me añores de vez en cuando. Porque has devuelto a mi interior las mariposas juguetonas a las que antes mataron las fuerzas oscuras del destino y que yo pensaba que jamás podrían resucitar. Es bueno sentir mariposas revoloteando por dentro de uno, sentir ese cosquilleo sedoso y sutil que surge de improviso y que, aunque siempre idéntico, es nuevo cada vez que ocurre.



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