14/5/13

La derrota del olvido





Atacada por el tiempo y la lluvia, la placa de bronce es ilegible. En el ayuntamiento no hay registros de cuándo se colocó el monumento ni quién lo esculpió. A lo mucho, queda constancia de la factura de una obra que se hizo para reparar el destrozo que unos aficionados demasiado bebidos hicieron el año en que el equipo de basket de la localidad ganó el campeonato juvenil. Los niños, por las tardes, juegan a su sombra. Las palomas descansan sobre la figura y los tarines hacen malabares a su alrededor. Por la noche, alguna pareja se besa tras la discreción de su silueta. Y, sin embargo, nadie recuerda quién fue, ni que hizo ni por qué decidieron erigir el monumento. Se mantiene impasible, desafiando los días, sin saber que el tiempo ya lo derrotó hace mucho.


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