15/3/08

Consciencia


Que te amaba con toda mi alma lo sabía ya cuando te tuve. Que te amé más de lo que nunca creí entonces, que te amo por siempre e infinitamente, lo sé hoy. Pero, quizá, de lo que no fui consciente fue de cuánto me amaste tú, dulce compañera. De eso, de lo desmesurado de tu amor, de tu entrega, del cariño con que me inundabas sin que yo lo percibiera, de la necesidad de tenerte, tengo plena conciencia ahora que no te tengo. Pusiste tan alto el listón que todo lo posterior a ti no es sino un pálido intento, y seguramente infructuoso, de volver a ser feliz.


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