Multistoria digital es un término ideado por mí para definir una forma de narración que es auténtica literatura digital. El nombre se inspira en el concepto astronómico de Multiverso en dónde se especula con la posibilidad de que existan varios universos paralelos que se desarrollan y evolucionan al unísono pudiendo sólo estar en uno de ellos en un instante dado. Lo que, en ese instante, ocurre en los otros nos es totalmente desconocido. Asimismo, tiene equivalencia con el principio físico de incertidumbre de Heisenberg. En este principio – ley de la física cuántica- el estado de un sistema particular se determina sólo en el momento en que el observador se fija en él, cuando interactúa con él. Antes, el sistema es indeterminado. Tanto puede ser blanco como negro, estar parado como en movimiento, estar muerto o vivo. Toma su forma cuando el observador actúa sobre el sistema y sólo en ese momento. No existe (o, mejor dicho, multi-existe) antes de que el lector se fije en él.
La multistoria digital es un concepto similar. Y es una auténtica manifestación de literatura digital porque sólo puede concretarse por medios digitales (en papel sería prácticamente imposible). En una multistoria digital están contenidas numerosas historias paralelas (como los multiversos o la multitud de estados superpuestos de la física cuántica) que no salen a la luz (“no existen”) hasta que el observador- el lector- actúa sobre ellas. Y , cuando lo hace, las otras desaparecen. No existen. No son accesibles. La novela, la multistoria, queda definida sólo en función de la acción del observador. No existe antes y no existe de igual manera nunca porque es una consecuencia del ejercicio lector.
No se trata de un hipertexto (aunque pueda usarlo como elemento adicional) porque el lector no puede saltar de un enlace a otro libremente. Puede tener cierta libertad de movimiento como un astronauta pudiera viajar por un universo pero no puede saltar entre varios universos. Tampoco es una novela multimedia porque, aunque puedan usarse dichos elementos adicionales, no son lo sustantivo de una multistoria. Lo importante, lo vital de una multistoria es que contiene historias paralelas que sólo llegan a concretarse cuando el lector actúa sobre ellas y que, en función de esas decisiones, otros estados quedan inutilizados y el observador nunca podrá llegar a ellos aunque use enlaces. En papel, el lector siempre podría saltarse las reglas y leer lo que no debería leer. En una obra digital, el auténtico ser de la multistoria se hace realidad porque todas esas historias paralelas quedan muertas y constreñidas en el código sin que se hagan accesibles al lector.
“Una contemporánea tragedia de Caldesa” (http://biblumliteraria.blogspot.com/2008/09/una-contempornea-tragedia-de-caldesa.html ) es un intento de concretar una multistoria digital. En esta obra están contenidas cuatro historias paralelas segmentadas temporalmente en muchas más subhistorias. Cuando el lector decide qué ver (cuando elige un universo) los otros desaparecen, los que ya han ocurrido (“el pasado”) desaparece y nunca más es accesible. Y, si no toma decisiones con rapidez y el tiempo pasa, el propio universo desaparece.
La multistoria digital es un concepto similar. Y es una auténtica manifestación de literatura digital porque sólo puede concretarse por medios digitales (en papel sería prácticamente imposible). En una multistoria digital están contenidas numerosas historias paralelas (como los multiversos o la multitud de estados superpuestos de la física cuántica) que no salen a la luz (“no existen”) hasta que el observador- el lector- actúa sobre ellas. Y , cuando lo hace, las otras desaparecen. No existen. No son accesibles. La novela, la multistoria, queda definida sólo en función de la acción del observador. No existe antes y no existe de igual manera nunca porque es una consecuencia del ejercicio lector.
No se trata de un hipertexto (aunque pueda usarlo como elemento adicional) porque el lector no puede saltar de un enlace a otro libremente. Puede tener cierta libertad de movimiento como un astronauta pudiera viajar por un universo pero no puede saltar entre varios universos. Tampoco es una novela multimedia porque, aunque puedan usarse dichos elementos adicionales, no son lo sustantivo de una multistoria. Lo importante, lo vital de una multistoria es que contiene historias paralelas que sólo llegan a concretarse cuando el lector actúa sobre ellas y que, en función de esas decisiones, otros estados quedan inutilizados y el observador nunca podrá llegar a ellos aunque use enlaces. En papel, el lector siempre podría saltarse las reglas y leer lo que no debería leer. En una obra digital, el auténtico ser de la multistoria se hace realidad porque todas esas historias paralelas quedan muertas y constreñidas en el código sin que se hagan accesibles al lector.
“Una contemporánea tragedia de Caldesa” (http://biblumliteraria.blogspot.com/2008/09/una-contempornea-tragedia-de-caldesa.html ) es un intento de concretar una multistoria digital. En esta obra están contenidas cuatro historias paralelas segmentadas temporalmente en muchas más subhistorias. Cuando el lector decide qué ver (cuando elige un universo) los otros desaparecen, los que ya han ocurrido (“el pasado”) desaparece y nunca más es accesible. Y, si no toma decisiones con rapidez y el tiempo pasa, el propio universo desaparece.
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