Me han deseado, esta tarde, un feliz año. Y, sonriendo, lo he agradecido y he devuelto los afanes de felicidad y fortuna. Luego, a solas, me he puesto triste, muy triste, cuando se ha presentado ante mí el desierto infinito de tu ausencia.
No será un año feliz. No habrá más años felices porque tú te has ido.
Cualquier tiempo pasado fue mejor, dicen sin creérselo del todo. No saben cuán cierto puede ser. Será una noche de sonrisas en la cara y lágrimas en el corazón.
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