La familia de mi padre ( Mondadori, 2008 ) de Lola Bosch es la reconstrucción de los lazos y azares familiares, reconstruidos con recuerdos y diarios, una vez que el padre muere. Una historia de secretos, de casualidades, de hechos ocultos y que refleja la vida de una Barcelona antigua imaginada. Una obra llena de memorias y de reflexiones personales – árida a veces- , introspectiva, lírica en ocasiones, pero contada más como crónica periodística que como reflexión introspectiva. La prosa es prolija, abocada a la añoranza (se descubre la ciudad que enamora justamente en la de los antepasados, en la que ya no existe más, en la que uno se imagino que fue, y se siente melancolía por algo que nunca se ha conocido) cargada con meta-arte (hay numerosas alusiones a películas, a libros, a fotografías, artículos de periódicos) y con un leit-motiv que se va repitiendo en el texto: “Yo no nací en un lugar sino en una historia”. Estas derivas hacia otras reflexiones y otros pensamientos que, en cada instante, sugiere la trama principal hacen que la estructura se fragmente y requiera un esfuerzo importante por parte del lector. El querer contarlo todo hace que la lectura abrume y canse en ocasiones.
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