De prosa inteligente y llena de juegos de palabras, no olvida el rigor histórico de cada hecho. Quizá el libro sea un poco largo porque, aunque las historias son diferentes, el fondo se va repitiendo. Concostrina, no obstante, ayuda a seguir adelante en la lectura con la jocosidad, con el desenfado y la gracia que aporta a cada fallecimiento. En muchos momentos, es hilarante. Muy ameno.
La autora tiene un programa de radio del mismo título en Radio 5, en donde continua contando historias.
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