Necesito ver tu silueta ahora, escucharte ahora, acariciarte ahora, pronunciar tu nombre ahora, para que pueda ser yo. Lo necesito ahora, ahora, ahora, con una impaciencia irrefrenable. Cuando te veo, descubro en mí mismo mares y constelaciones sobre los que escribir; historias de amores en sábanas de otoño; paseos enlazados por los hombros. Cuando te observo a mi lado, aprecio a Mahler o los arpegios de una guitarra del sur; se hacen reales poemas e ilusiones. Cuando te veo, cuando te tengo, sé sentir, sé amar, sé estremecerme de ternura, sé qué hago en este mundo, sé de mi destino que no es otro que soñarte. Te necesito ahora con tanta ansiedad que me aterra pensar que deban pasar tantos atardeceres sin ti hasta que regreses.
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