Between Treacherous Objects de Jason Nelson es un poema visual complejo a medio camino entre la poesía de la palabra (por así, decirlo, la auténtica poesía), l a poesía puramente visual de imágenes y el juego arcade. Un experimento en FLASH que incorpora una serie de capas interactivas, doce en concreto, con imágenes animadas, textos ocasionales, imágenes fijas, estructuras geométricas y sonidos. La interactividad está muy centrada en la capacidad del lector de hacer zoom-in y zoom-out para, desplazándose a través de los planos 3D de la obra, encontrar objetos o textos fragmentados ocultos. Son planos anidados donde encontramos imágenes dentro de imágenes, y/o textos dentro de textos. No es "poesía al uso" sino más bien la búsqueda visual de arriesgadas metáforas y comparaciones (hamburguesas y fusiles, por ejemplo) entre conceptos sumamente alejados que, sin duda, pueden dejar frío al usuario. Desde luego, no es una poesía que emocione o que perdure en nosotros. Pero, con todo, la atmósfera visual que genera, la indudable calidad técnica, y el interés por el juego con las pantallas (más que la búsqueda del placer intelectual o poético) hacen que la obra sea entretenida.
25/5/11
Between Treacherous Objects
Between Treacherous Objects de Jason Nelson es un poema visual complejo a medio camino entre la poesía de la palabra (por así, decirlo, la auténtica poesía), l a poesía puramente visual de imágenes y el juego arcade. Un experimento en FLASH que incorpora una serie de capas interactivas, doce en concreto, con imágenes animadas, textos ocasionales, imágenes fijas, estructuras geométricas y sonidos. La interactividad está muy centrada en la capacidad del lector de hacer zoom-in y zoom-out para, desplazándose a través de los planos 3D de la obra, encontrar objetos o textos fragmentados ocultos. Son planos anidados donde encontramos imágenes dentro de imágenes, y/o textos dentro de textos. No es "poesía al uso" sino más bien la búsqueda visual de arriesgadas metáforas y comparaciones (hamburguesas y fusiles, por ejemplo) entre conceptos sumamente alejados que, sin duda, pueden dejar frío al usuario. Desde luego, no es una poesía que emocione o que perdure en nosotros. Pero, con todo, la atmósfera visual que genera, la indudable calidad técnica, y el interés por el juego con las pantallas (más que la búsqueda del placer intelectual o poético) hacen que la obra sea entretenida.
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