Hoy comienza en Las Vegas la CES (Consumer Electronic Show) , la feria más importante del mundo en cuanto a novedades informáticas y de electrónica de consumo se refiere, que estará abierta hasta el próximo viernes.
Este año no se prevén muchas novedades en lo que se refiere a aparatos que puedan usarse en literatura digital o digitalizada o, al menos, no han sido anunciadas previamente. Si bien cabe suponer la presentación de muchos nuevos modelos de tablets en la lucha de cada fabricante por quitar parte del mercado a Apple (por cierto, Apple no asiste), no puede decirse que estos dispositivos están primordialmente destinados a la lectura (y yo sigo sin ver claro su nicho porque tampoco puede decirse que sustituyan a ningún ordenador. Se trata de un juguete coqueto y caro, sobre todo). En cuanto a lectores e-readers no se han publicitado novedades aparte de algunos dispositivos que son más curiosidades que otra cosa: una funda solar para el Kindle con la que puede cargarse el lector sin necesidad de conectarlo, más prototipos sobre las tecnologías Mirasol y Liquavista (y, a estas alturas, ya se empieza a dudar que estas tecnologías se consoliden), quizá se concreten los rumores sobre el lector que planea Nintendo, un reader touchscreen de Bookeen y algo más pero sobre todo será la feria de los laptops ultra finos, las televisiones de nueva generación, 3D, conexiones domóticas a Internet, tablets preparados para el futuro Windows 8 y otros cinco mil modelos de smartphones.
Desde luego nada que ver con el boom de lectores que hubo en el 2010 y que tuvo cierta secuela en el 2011. Esta disminución en la presentación de novedades y en el interés por los e-readers no es un buen síntoma. Da la impresión de que las enormes expectativas acerca del mercado del libro electrónico se hayan desinflado. Pero, siempre puede haber sorpresas. Veremos.
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