La Universidad de California está promocionando el The Digital humanities Manifesto 2.0, una propuesta para que a digitalidad y la enseñanza asistida por ordenador entre por fin en las humanidades, que el modo de organizar, memorizar y transmitir el arte no sea sólo el papel impreso sino la variada gama de opciones que la electrónica pone a nuestro alcance. Un manifiesto que, con razón, clama porque las oportunidades que el medio digital ofrece sean exploradas y explotadas.
Ahora bien, las nuevas opciones dependen de una técnica precisa ya que la Web, los blogs, la interacción, las redes sociales son sólo posibles en la medida que exista una tecnología que la proponga. Por eso, quizá, este manifiesto es bastante ingenuo en mi opinión. La democratización, apertura, libertad, eliminación de controles, descentralización, etc. que el manifiesto asegura se conseguirán con la digitalidad están, en mi opinión, más amenazados que nunca con la misma. Antes se necesitaba un ejército de inquisidores. Ahora, basta pulsar unos cuantos interruptores o cortar un par de cables transoceánicos. Obviar el lado oscuro de lo digital y divinizar la técnica no es correcto.
El manifiesto puede leerse aquí.
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