La gran guerra de Joe Sacco es un relato gráfico (no quiero llamarle cómic) en que se narra el primer día de la batalla del Somme, durante la primera guerra mundial, el 1 de julio de 1916. Una panorámica ilustrada y desplegable en papel, rigurosa y exclusivamente dibujada en blanco y negro, con un detalle y calidad impresionantes. Un libro que se abre y vuelve a abrir y en el que se van descubriendo escenas cada vez más detalladas sobre la carnicería de la batalla. Sólo aquel primer día de la batalla murieron 20.000 aliados (10.000 en la primera hora) y 40.000 resultaron heridos. Miles de personajes abarrotando el papel, en donde cada milímetro del mismo cuenta una historia, una miseria, una barbarie, un horror, lo mejor y lo peor de la humanidad. Una narración sin palabras pero no por ello menos literaria, menos impactante. Los pósteres reclaman atención, ser observados con detalle, minuciosamente, dejarse arrastrar por el grito silencioso de los soldados, por sus rostros contraídos, por el miedo de sus ojos. Escenas congeladas,
La batalla del Somme fue una de las sangrías más horrendas de la historia de la guerra. Hasta el lanzamiento de la bomba atómica en Hiroshima, nunca murieron tantos hombres en un sólo día. Una carnicería alimentada por la ceguera de unos oficiales que ordenaban avanzar, línea tras línea, a lo largo de una línea de frente de 28 kilómetros, a 150.000 soldados con 30 kg de peso en la mochila y marchando al paso contra las ametralladoras alemanas. Fue un tiro al blanco, tanto que los soldados alemanes acabaron por dejar de disparar y sólo continuaron cuando sus oficiales les amenazaron con fusilarlos allí mismo. La batalla, que duró hasta el 18 de noviembre, se saldó con un total de 300.000 muertos y 800.000 heridos.
Un horror que Sacco logra resumir en su trabajo, en esas 16 páginas desplegables, en 24 escenas panorámicas, en esos miles de personajes que se aprietan en el papel.
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