Que el libro convencional es un buen invento está fuera de toda duda. Por ello, es lógico pensar en aprovechar sus cualidades aun en la era digital. Y una de esas cualidades es la doble página que permite tener más texto ante nuestros ojos, algo que no es baladí porque permite situarnos, manejarnos mejor dentro del espacio-tiempo de la lectura.
Es lo que ha debido pensar el diseñador Fabrice Dubuy que propone, precisamente, un lector (e-reader) de tinta electrónica con dos hojas que pueden cerrarse como un libro convencional. Desde el punto de vista de hardware las variaciones no son importantes respecto a un lector convencional pero el software deber ser variado para que el texto fluya de una a otra página. El espacio de lectura aumenta considerablemente y la experiencia lectora es mejor.
De momento, se trata de un prototipo.
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