Continúan dándose pasos técnicos- más o menos afortunados- para que un día pueda llegarse a disponer de holosalas funcionales, las cuales en el ámbito literario pienso que supondrán una revolución absoluta de la literatura digital. Desgraciadamente, pero siendo realistas, hay que pensar que antes llegarán las aplicaciones militares, empresariales y científicas antes que las artísticas pero el camino se hará.
La firma Oblong Industries ha desarrollado el sistema Mezzanine, un sistema de interación 3D que permite una realidad virtual inmersiva en la que puede compartirse un espacio de trabajo tridimensional. Mediante un sistema de cámaras, el sistema convierte una habitación en un espacio de trabajo en donde se detectan los movimientos del usuario, especialmente ciertos movimientos de manos y brazos. En función de esta detección, el ordenador muestra o mueve los objetos como si realmente estuviésemos interaccionando con ellos.
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