13/2/16

Riña de gatos



Riña de gatos, (Planeta, 2010), de Eduardo Mendoza, es una historia de intriga que se desarrolla en Madrid en los meses anteriores al estallido de la guerra civil española. Un experto inglés en pintura de Velázquez llega a la capital para lo que, en principio, es un sencillo trabajo de peritaje pictórico y se ve envuelto en todas las intrigas de los golpistas, en una atmósfera enrarecida, llena de complots, violenta como una lucha de gatos, de malos presagios.

Mendoza aprovecha para explicar hechos históricos, disertar sobre la obra de Velázquez, quizá todo ello encajado un poco con calzador, y desarrollar descripciones costumbristas elaboradas con un dominio del lenguaje innegable. 

Narración con cierta dosis de ironía, de humor, mordaz, de surrealismo incluso (empezando por algunos de los nombres de los personajes), sin un posicionamiento evidente, en donde la falange aparece como un club bienintencionado de amigos, José Antonio Primo de Rivera se ve envuelto en un trío amoroso, con unos republicanos incapaces y donde los generales golpistas son el estereotipo del bruto  zote. Mendoza - a través del protagonista inglés- toma la posición de un observador ajeno, casi neutral, distanciado de una realidad terrible que acabaría de manera más trágica aún, con personajes siempre al límite, desde la adolescente prostituta con su hijito, un espía ruso cutre, una familia adinerada con hijas al borde del esperpento y el propio inglés con menos sangre que una silla barroca.

La novela va de más a menos. La intriga, muy atractiva al inicio, se va diluyendo en un ir y venir cada vez más inverosímil hasta una conclusión casi banal.  





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