Con motivo de la próxima Feria del libro de Frankfurt que se celebra el próximo mes (sin duda, la más importante del sector en el mundo), se ha publicado el informe Business of Books 2017: It's all about the consumers, de Rüdiger Wischenbart, un resumen muy interesante de la evolución y perspectivas de la industria editorial, tanto en el formato convencional en papel como en formato electrónico.
El documento completo puede leerse en este enlace.
Respecto al libro electrónico, queda constancia del ligero retroceso del mismo. Mientras que hace un lustro muchos agoreros (autodenominados gurús) daban por muerto al libro en papel, la realidad es muy otra. El libro en papel mejora proporcionalmente en ventas mientras que al estancamiento que el electrónico tuvo hace dos o tres años, le ha seguido un retroceso. Lo normal, no obstante, será que ambos formatos coexistan, dependiendo de los nichos. Pero, como ya he defendido muchas veces, para que el libro digital y los lectores electrónicos puedan realmente sustituir al soporte papel faltan aún un par de generaciones y notables avances técnicos reales, no sólo el humo del marketing. Algo, por otro lado, nada fácil para cualquier que conozca el estado de la tecnología y que tenga en cuenta, también, los costes de desarrollo y fabricación. Por ejemplo, el informe señala que los editores europeos tienen esperanzas de crecimiento del formato digital para el cómic (siguiendo la estela de Japón) pero la calidad del cómic europeo requiere de un soporte muy elaborado que hoy por hoy no dan los dispositivos electrónicos.
El siguiente gráfico muestra la evolución en los EEUU, el mayor mercado de libros electrónicos existente:
En España, en el 2016, las ventas de formato electrónico contabilizaron el 6% del total.
En definitiva, que no hay milagros tecnológicos, que el mercado será difícil siempre pero que, al fin y al cabo, y esto es lo importante, el ser humano sigue leyendo masivamente, cualquier que sea el soporte.
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