El
libro de los Baltimore, (Alfaguara, 2016), del suizo Joël Dicker es una
saga familiar construida en tiempos
paralelos, con unos capítulos en que el protagonista reflexiona en su edad adulta
y capítulos en donde se describe la niñez y adolescencia de él y sus amigos,
sus recuerdos y sus falsas apreciaciones de la realidad. Una familia de clase
acomodada en la que los jóvenes no son conscientes de los dramas que asolan a
la misma, ocultos por el qué dirán y la natural protección de la felicidad de
los niños. Dicker narra con soltura el ambiente y la sociedad norteamericana,
con un estilo propio de la novela americana clásica, prolija en detalles y
referencias a la vida diaria de una ciudad media y de una familia media. En
este caso concreto, demasiado tedioso en algunas descripciones o quizá escrito
a propósito para ser un libro muy vendido en los Estados Unidos.
La
novela va de menos a más, con el interés in crescendo a medida que, como en la
vida, los jóvenes van percatándose de que no es todo tan hermoso como parece
ser. Unas relaciones familiares que, por debajo de la aparente normalidad,
están plagadas de cotidianas envidias y admiraciones contrapuestas. Un cúmulo de
pequeñas cosas que se enredan. El final es un tanto decepcionante en el sentido
de que ese “drama” que sobrevuela toda la novela no justifica una vida de
engaños y secretos familiares. Era mucho más sencillo y probable que se hablara
de ello.
Prosa de fácil lectura. La delineación de la psicología de cada personaje es
correcta, construye bien los caracteres, va mostrando su personalidad poco a
poco y de manera consistente, aunque los
jóvenes se nos aparecen demasiado maduros para su edad, un poco como si el
autor volcara sus experiencias de hoy en personas que no han podido vivirlas
aún. Y también demasiado fríos en sus
reacciones.
Dicker
aprovecha también las descripciones para relatar los grandes acontecimientos
recientes de la política norteamericana.
El personaje, Marcus Goldman, es el
mismo que el de la novela anterior del autor La verdad sobre el caso
Hary Quebert pero no hay relación narrativa entre ellos.