El MIT MEDIA LAB ha desarrollado un entorno de trabajo virtual en el que se proyectan en torno al trabajador imágenes y se emiten sonidos seleccionados de acuerdo al estado de ánimo y biorritmos del sujeto. Para ello, se controlan por ejemplo la expresión facial (mediante la cámara del ordenador), la presión arterial, la temperatura corporal y el ritmo cardiaco para, luego, en función de estos parámetros, decidir cuál es la atmósfera más adecuada lo que redunda en la satisfacción en el trabajo, creatividad y productividad.
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