Una de las primeras aplicaciones de los ordenadores a la literatura digital fue el programar "cadáveres exquisitos" en BASIC, el topoderoso lenguaje de aquella época (y, echado de menos).
Aún quedan programas de aquellos que funcionan en simuladores de intérpretes BASIC. Uno de ellos, originalmente en francés, es el de Philippe Henry que ha sido traducido al inglés por Montfort.
Puede verse en este enlace. Las frases que genera hacen referencia al mundo de los años 80, hoy desaparecido en gran parte.
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