El año del pensamiento mágico, de Joan Didion, (Literatura Random House, 2015), es un libro de duelo, un mirar de frente a la muerte y al reinicio de una vida cuando se va lo más querido. Libro sin ningún sentimentalismo y, a su vez, profundamente emocional, profundo, una historia absolutamente real ya que la autora cuenta el fallecimiento de su esposo, el también escritor John Gregory Dunne, justo en la cena de Nochevieja del 2003 cuando regresaban de visitar a su hija en coma. Didion tiene una enorme capacidad de expresar el duelo con palabras, de mostrar cuánto cambia la vida en un instante, como ella misma dice, sin apelar a la autocompasión o al consuelo, tan sólo al radical cambio que supone no tener más a la persona amada y que ha creado la propia vida mediante la convivencia de muchos años. Reflexión lenta y profunda de cómo un infarto puede dar al traste con sueños, rutinas, certezas e ideas.
Recuerdos, testimonios, pensamientos, informes médicos, hechos del día a día, en un camino lento y duro que el lector recorre con el mismo paso apesadumbrado, pero muy lúcido, de Didion, sin excesos, sin aspavientos. Aprendemos, con ella, a valorar el amor, la compañía, lo que se tiene mientras la vida existe. Una lectura que exige introspección, lentitud, mascar cada párrafo.
Y aún más terrible, sabiendo que la hija de la autora transitaba su propia agonía para morir 2 años después. Duelo sobre duelo. ¿Puede sobrevivirse a ese drama? Joan Didion enseña cómo sin alharacas ni llamadas a lo divino.
"La vida cambia deprisa. La vida cambia en un instante. Te sientas a cenar y la vida que conocías se acaba…”
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