8/2/08

A veces


A veces, en la noche
de súbito, me creo
que nunca te has marchado,
que no te irás jamás.
Y busco al otro lado
tus besos, tu deseo,
tu vientre y tu cabello.
Tu nombre deletreo,
y anhelo que la vida
retorne muy atrás.
Mas pronto la congoja
me oprime, abrumadora.
Has muerto, mi adorada.
No volverás ya más.

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