Aunque es un fenómeno apenas conocido en Occidente, la escritura y difusión de "novelas" por medio de teléfonos móviles data de principios de este siglo. Una forma de distribución y creación que tuvo su origen en Japón que es el país donde se ha desarrollado significativamente. Por aquel entonces- como ahora- muchas personas estaban escribiendo novelas (cualquiera que su calidad literaria fuese) en sus blogs. Jóvenes emprendedores se percataron de que muchos japoneses desperdiciaban gran parte de su tiempo en los traslados en metro desde sus domicilios a sus trabajos. Nació así la web Maho no I-rando ( http://company.maho.jp/ cuya página de entrada se ve en la imagen) que creó un software que permitía ir escribiendo más capítulos de las novelas en el móvil durante esos trayectos para, posteriormente, subirlos al blog propio. Le siguió Goma Books ( http://www.goma-books.com/ ) y algunas otras webs similares. Con el tiempo, este software fue usándose más y más, sobre todo entre jóvenes quinceañeros, que lo utilizaban más como juego o diario personal de adolescente que como herramienta literaria. Con lo que pudo pasarse a la creación colaborativa en que cada usuario aporta un texto que es seguido, bien en su trama principal o en ramas de personajes secundarios, por otras personas de modo que la novela va creciendo indefinida e indeterminadamente.
Son “novelas” de calidad literaria reducida, melodramas de amor al estilo de las telenovelas, en general adolescentes, telegráficas, cargadas de emoticonos, con una estética textual manga, y escritas con una prosa pobre, hecho obligado por el medio usado para la edición cual es el teléfono móvil. Si se quiere, minimalistas. Sin retórica, con un abuso de la primera persona, con un estilo que es más un epistolario personal y sin desarrollo de escenarios. La escasez de sitio (la pantalla es pequeña aún cuando en Japón son más grandes por lo general que las usadas en Europa), la tendencia a escribir con una ortografía abreviada e incorrecta (tipo SMS o telex antiguo) y el abuso de frases hiperbreves dan a estas obras un estilo muy particular. En realidad, incluso en Japón, se considera un subgénero menor que sólo interesa a los muy jóvenes, en la mayoría mujeres, y más como divertimento que como literatura. Ciertamente, estas chicas aficionadas al keitai shosetsu (en japonés, novelas celulares) han desarrollado una destreza dactilar para teclear rápido en el móvil, envidiable.
Hay que señalar que este tipo de escritura a base de frases cortas de mensajes SMS tampoco es nueva. Ya el francés Phil Marso escribió la obra Pa SAge a TaBa (una novela contra el tabaquismo) en base a coleccionar miles de mensajes SMS. Para los interesados, puede visitarse la página http://www.mobilou.info/compasage.htm .
Sin embargo, y a pesar de la calidad literaria más que discutible, este tipo de libros (se calcula que hay más de un millón de textos en curso en las webs dedicadas a ello) han supuesto un éxito comercial importante. De los diez best seller del año 2008 en Japón, cinco tuvieron su origen en este tipo de novelas digitales que, dada su popularidad, acabaron imprimiéndose en papel. Así, por ejemplo, se han vendido más de veinte millones de copias de Koizora Setsunai Koi Monogatari (Cielo de amor), una historia romántica escrita por una anónima joven japonesa que escribe con el alias de la protagonista de su obra, Mika. Un párrafo de esta novela es, por ejemplo:
- Oh, Jesús, tengo tanta hambre! No puedo esperar más. Mika abrió su fiambrera (bento-box en el original, una especie de fiambrera muy usada en Japón para llevar el almuerzo al trabajo) que estaba como siempre en su pupitre. Odio la escuela. Lo único bueno que tiene la escuela es comer con Aya y Yuka. Son mis nuevos amigos en clase.
Y así durante cientos de páginas.
Valor literario escaso. Negocio, mucho. Aburrimiento en el metro, aún más.
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