Cada mañana recuerdo la piel caliente de tu ternura.
Te extraño en todo.
Añoro todo lo tuyo.
Añoro el despertar viéndote, ahora que ya no puedo verte,
aunque siga viéndote cada día...
…tan nítidos son aún los recuerdos.
Cada mañana tengo miedo de que un día tu imagen se me haya borrado,
que no recuerde tu voz y tus ojos entreabiertos de madrugada,
que las sábanas se hayan enfriado para siempre.
Te extraño en todo.
Añoro todo lo tuyo.
Añoro el despertar viéndote, ahora que ya no puedo verte,
aunque siga viéndote cada día...
…tan nítidos son aún los recuerdos.
Cada mañana tengo miedo de que un día tu imagen se me haya borrado,
que no recuerde tu voz y tus ojos entreabiertos de madrugada,
que las sábanas se hayan enfriado para siempre.
Y, entonces, juramento que eso jamás ocurrirá.
Porque ni busco ni quiero consuelo. No, no lo quiero.
Por el contrario,
me esfuerzo en traerte nuevamente a la memoria con cada sol
y redibujar en el aire vacío tu rostro con mi dedo,
como si la muerte jamás hubiera venido a buscarte.
y redibujar en el aire vacío tu rostro con mi dedo,
como si la muerte jamás hubiera venido a buscarte.
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