Unnamed soundsculpture, de Daniel Franke y Cedric Kiefer es un precioso vídeo creado a partir de un complejo proceso en el que el movimiento de una persona es digitalizado y recreado en forma de miríadas de partículas moviéndose de acuerdo a transformaciones geométricas y vectoriales.
El proceso comenzó con la grabación por tres cámaras del tipo Kinect de la bailarina Laura Keil. Una vez digitalizado el baile, se generó un modelo 3D que se "troceó" en 22.000 puntos. Posteriormente, estas nubes de puntos en movimiento se renderizaron con 3DS MAX para lograr el efecto final.
Como indican los autores, es significativo notar cómo un único punto o pocos de ellos en movimiento no nos hacen ver gran cosa. Pero, a medida que la cantidad de puntos aumenta, las formas, las figuras y los movimientos son claramente reconocibles. Nos hace pensar esto en la propia naturaleza. Unos átomos sueltos no nos dicen mucho. Un trillón de átomos coordinados forma nuestro cuerpo y nuestra realidad.
En el siguiente enlace hay una explicación interesante por los propios autores.
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