Un detective en Babilonia (Blackie Books, 2015), de Richard Braudigan, es un comedia que narra las peripecias de un detective arruinado, C. Card, que ni siquiera puede alquilar una oficina o comprar balas para su revólver. Ambientada en los Estados Unidos posteriores al ataque a Pearl Harbour, Card es un investigador chiflado, despistado, un outsider social con una madre no menos chiflada que él, considerado inútil incluso para ser alistado. El detective se refugia en un sueño alternativo, un mundo virtual llamado Babilonia, donde puede creer que es alguien en el mundo y de donde le es cada vez más difícil regresar a la realidad.
Es entonces cuando una millonaria, voluptuosa y alcohólica, le encarga el que puede ser el trabajo de su vida, robar el cadáver de una prostituta asesinada.
Una novela divertida de puro absurda en las situaciones y en las reacciones de los personajes. Un humor aparente bajo el que subyace la melancolía del perdedor, del gafe al que nada le sale bien.
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