En este blog se ha tratado en varias ocasiones la poca durabilidad de los soportes digitales (por ejemplo, aquí) lo que hace que la literatura digital y la literatura digitalizada (y, en general, cualquier dato) sean más vulnerables que nunca. Contrariamente a la creencia popular, cualquier soporte actual digital (cinta, semiconductor, CDROM, DVD,...) tiene mucha menor duración que los tradicionales (papel, piedra, papiro,...). Normalmente, los soportes comerciales no aguantan más de 5-15 años de uso normal y, en condiciones óptimas, llegarían a los 100 años. Y eso sin contar los problemas de entendimiento del código. Mientras que un libro sólo necesita, ahora y hace 600 años, unos ojos que lo lean, un código memorizado digitalmente necesita un hardware y un software que varían con tanta velocidad que lo que se grabó hace apenas quince años en un disckette de 5 pulgadas hoy es prácticamente ilegible. Ningún ordenador actual lleva discketera de ese tamaño. Y no digamos de las tarjetas perforadas de los años setenta.
La firma Millenniata ha anunciado el desarrollo de un nuevo disco duro - que denomina M-Disc- que, según la compañía, puede llegar a durar 1000 años. Para conseguirlo, la tecnología usa un sustrato cerámico en vez de utilizar uno plástico. Los surcos se "cincelan" en esa base que, curiosamente, se parece mucho a la piedra utilizada hace 5000 años. Se cierra el círculo.
Este sustrato no reacciona con el oxígeno ni con la luz y las variaciones de temperatura tienen efectos menores en el disco (mientras que para un DVD convencional son mortales). La limitación actual es que su tamaño es de 4.7 gigas sólo.
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