26/5/20

Cartas a Katherine Whitmore



Cartas a Katherine Whitmore (Tusquest, 2016), es un recopilatorio de la relación epistolar que Pedro Salinas mantuvo con su amante, la norteamericana Katherine Whitmore.

Pedro Salinas, uno de los grandes poetas de la Generación del 27, estaba casado con Margarita Bonmati cuando, en 1932, conoció a una profesora de literatura hispánica, nacida en Kansas, que daba clases en España. El amor poderoso y pasional que surgió entre ellos no sólo fue la inspiración para que Salinas escribiera su célebre poemario La voz a ti debida sino que generó un buen número de cartas personales y poemas que Whitmore guardó hasta casi su muerte. La relación se rompió cuando Bonmati descubrió el romance en 1935 pero siguieron manteniendo una relación epistolar hasta 1947 e incluso volvieron a verse en 1951, muy poco antes de la muerte del escritor. Tras la muerte de ella, en 1982, las más de 300 cartas de él, que no las de ella, fueron depositadas en la Houghton Library de la Universidad de Harvard y fueron publicadas por primera vez en 2002 con el título de "Cartas a Katherine". En la edición a que hace esta reseña, es Enric Bou quien ha recopilado cartas y poemarios.

Amor, pasión, admiración mutua, clandestinidad, inspiración, sensualidad, erotismo, necesidad del otro, sensación de estar donde se debe, capacidad de riesgo, llenan las páginas de Salinas con una prosa lírica y sentida, profunda, que encuentra el punto central de cada sentimiento y de cada pensamiento. Leyéndolas, el lector se convierte en un voyeur de unos escritos que no estaban destinados a ser leídos mas que por la persona amada y, por ello mismo, llenos de sinceridad y ajenos a cualquier artificio literario.

¿Quién no ha sentido, al enamorarse de verdad, que estaba destinado a ese amor, precisamente a ese amor, desde siempre?

Nuestro encuentro fue la anécdota, fue el hecho casual. Pero yo nos habíamos encontrado mucho antes, ya estábamos reunidos, en un común querer reunirnos, no sé desde cuándo. Por eso, no ha habido entre nosotros vacilación, duda, espera, aplazamiento. ¿Cómo habría podido haberlos si sentíamos la obediencia a una fuerza anterior, muy anterior, en los dos? ¿No te sorprende un poco eso, si lo piensas, lo directamente, lo pronto, lo irrevocablemente que nos hemos conocido y entendido? Una rapidez, una prontitud semejantes sólo pueden ser o ligereza o profundidad. Lo nuestro bien sabes lo que es, profundidad anterior.







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