La NASA desarrolló hace unos meses un modelo 3D dinámico de las corrientes oceánicas en el planeta con un nivel de detalle fascinante. Estas corrientes tiene un profundo impacto en el clima, la biología marina
Modelar el mar con precisión resulta muy complicado. Primero, por su inmensidad y poco conocimiento de las ecuaciones y parámetros que rugen un sistema tan enorme. Segundo, porque simular corrientes, prever cambios de temperatura o salinidad y seguir otras propiedades era un ejercicio lleno de incertidumbres. Los modelos se alejaban rápidamente de la realidad, por lo que solo sirven, en general, para hacer predicciones útiles durante lapsos muy cortos.
Un importante avance en estas emulaciones se logró en el año 1999 con el proyecto Estimating the Circulation and Climate of the Ocean (ECCO). Aplicando las leyes de la física a información recopilada por múltiples satélites y miles de sensores flotantes, científicos de la NASA y sus colaboradores desarrollaron un modelo oceánico continuo, realista y extremadamente detallado, capaz de abarcar décadas. Hoy en día, NASA ECCO funciona como un gran integrador de datos oceánicos acumulados durante décadas, contando la historia de cómo evoluciona el océano que regula nuestro clima y sostiene la vida marina.
El proyecto reúne cientos de millones de mediciones reales de temperatura, salinidad, concentración de hielo marino, presión, altura del agua y flujos en todos los océanos del planeta. Datos con los que poco a poco se van afinando los modelos que, cada vez, son más grandes.
En la actualidad, ECCO ofrece la mejor reconstrucción disponible de los últimos 30 años del océano global, permitiendo observar y comprender procesos físicos que normalmente no pueden apreciarse directamente.
Puede verse en este enlace.





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