Asensi desarrolla la historia sin complicaciones, con una prosa ágil, dinámica, rápida que, sin embargo, tiene cierta afectación innecesaria como en esa reiteración en utilizar palabras en desuso y explicarlas a pie de página con un ánimo erudito que sobra en una novela de aventuras casi adolescente. No busca profundizar en los caracteres – que son de lo más tópicos- y hay algunas pinceladas, que encajan con calzador, de crítica social acerca del Imperio español, la religión y las desigualdades de la época. La vida cotidiana de Sevilla está bastante bien ilustrada y es de agradecer la imaginación de la autora para urdir una tupida telaraña de engaños y maquinaciones y lograr dar cumplimiento a la venganza de la protagonista por medios poco esperados. El ambiente histórico es verosímil aunque poco importa la rigurosidad del mismo porque en la obra la historia es un mero decorado.
Para pasar el rato. Se lee de un tirón.
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