Venganza en Sevilla (Planeta, 2010) es una novela de aventuras disfrazada de novela histórica. Un cuento de buenos (muy buenos) y malos (la familia Curvo, malísimos) con dosis de corrupción, ambición desmedida, promesa de venganza justiciera, intriga cortesana y todos los ingredientes de las aventuras más clásicas juveniles, de esas de piratas y corsarios, de mosqueteros , de final feliz, de familias a lo Falcon Crest. En ciertos momentos, me ha recordado al Montecristo de Dumas. Un trabajo que recupera el personaje de Catalina Solís que ya fuera protagonista de su anterior novela Tierra firme y cuyo final queda abierto para que prosiga la saga con, al menos, una novela más.
Asensi desarrolla la historia sin complicaciones, con una prosa ágil, dinámica, rápida que, sin embargo, tiene cierta afectación innecesaria como en esa reiteración en utilizar palabras en desuso y explicarlas a pie de página con un ánimo erudito que sobra en una novela de aventuras casi adolescente. No busca profundizar en los caracteres – que son de lo más tópicos- y hay algunas pinceladas, que encajan con calzador, de crítica social acerca del Imperio español, la religión y las desigualdades de la época. La vida cotidiana de Sevilla está bastante bien ilustrada y es de agradecer la imaginación de la autora para urdir una tupida telaraña de engaños y maquinaciones y lograr dar cumplimiento a la venganza de la protagonista por medios poco esperados. El ambiente histórico es verosímil aunque poco importa la rigurosidad del mismo porque en la obra la historia es un mero decorado.
Para pasar el rato. Se lee de un tirón.
Asensi desarrolla la historia sin complicaciones, con una prosa ágil, dinámica, rápida que, sin embargo, tiene cierta afectación innecesaria como en esa reiteración en utilizar palabras en desuso y explicarlas a pie de página con un ánimo erudito que sobra en una novela de aventuras casi adolescente. No busca profundizar en los caracteres – que son de lo más tópicos- y hay algunas pinceladas, que encajan con calzador, de crítica social acerca del Imperio español, la religión y las desigualdades de la época. La vida cotidiana de Sevilla está bastante bien ilustrada y es de agradecer la imaginación de la autora para urdir una tupida telaraña de engaños y maquinaciones y lograr dar cumplimiento a la venganza de la protagonista por medios poco esperados. El ambiente histórico es verosímil aunque poco importa la rigurosidad del mismo porque en la obra la historia es un mero decorado.
Para pasar el rato. Se lee de un tirón.
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