Los objetos nos llaman (Seix Barral, 2008) de Juan José Millás es una colección de relatos breves, de apenas dos o tres páginas, que engarzan lo fantástico y lo onírico con la realidad más ordinaria, siempre con una dosis considerable de ironía. Aunque, para mi gusto, son cuentos demasiado rocambolescos y surrealistas (casi todos están poblados de personajes que parecen necesitar un psiquiatra a voces. Le cuesta a Millás narrar con individuos ordinarios),- cuando no manifiestamente fantásticos (la caja de cerillas que alumbra hechos pasados, los maniquíes que sudan)- es cierto que Millás logra insertar las historias de manera hábil en el mundo real y que las aprovecha para incluir reflexiones profundas sobre la cotidianidad del día a día, sobre lo que somos, sobre los rencores ocultos, los sentimientos, los sueños muchas veces ridículos, las desgracias diarias, las esperanzas nunca satisfechas, las dudas existenciales y, sobre todo, sobre las familias tan normalmente anormales como la mayoría de ellas lo son. Millás distorsiona a propósito la realidad para crear su propio mundo en donde insertar sus opiniones sobre la naturaleza humana. No todos los relatos mantienen el mismo nivel con algunos realmente brillantes y otros menos logrados.
31/12/10
Los objetos nos llaman
Los objetos nos llaman (Seix Barral, 2008) de Juan José Millás es una colección de relatos breves, de apenas dos o tres páginas, que engarzan lo fantástico y lo onírico con la realidad más ordinaria, siempre con una dosis considerable de ironía. Aunque, para mi gusto, son cuentos demasiado rocambolescos y surrealistas (casi todos están poblados de personajes que parecen necesitar un psiquiatra a voces. Le cuesta a Millás narrar con individuos ordinarios),- cuando no manifiestamente fantásticos (la caja de cerillas que alumbra hechos pasados, los maniquíes que sudan)- es cierto que Millás logra insertar las historias de manera hábil en el mundo real y que las aprovecha para incluir reflexiones profundas sobre la cotidianidad del día a día, sobre lo que somos, sobre los rencores ocultos, los sentimientos, los sueños muchas veces ridículos, las desgracias diarias, las esperanzas nunca satisfechas, las dudas existenciales y, sobre todo, sobre las familias tan normalmente anormales como la mayoría de ellas lo son. Millás distorsiona a propósito la realidad para crear su propio mundo en donde insertar sus opiniones sobre la naturaleza humana. No todos los relatos mantienen el mismo nivel con algunos realmente brillantes y otros menos logrados.
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