Hablando de literatura digital, normalmente pensamos en software que escribe o reproduce un texto en fichero binario. Pero también podemos hablar de puro hardware, de pura electrónica. Así es la Biblia hebrea miniaturizada más pequeña del mundo que fue creada hace un par de años por el Instituto de Nanotecnología Technion de Israel, bajo la dirección del profesor Uri Sivan, de la doctorando Ohad Zohar y de Alex Lahav. La nano-Biblia fue escrita utilizando un dispositivo denominado FIB (focused ion beam) con el cual un flujo de iones de galio es focalizado sobre un sustrato de silicio recubierto con una fina capa de oro de sólo veinte nanómetros de espesor. El haz iónico, al golpear la capa de oro, expulsa sus átomos y cincela, en el silicio, pequeños surcos que forman las letras hebreas, como si se tratara del cincel de un escriba. El haz no tiene más de 40 nanómetros de diámetro lo que permite “escribir- grabar” de manera muy compacta. El software capaz de manejar con semejante precisión el haz electrónico necesitó tres meses de programación pero la grabación física sólo preciso alrededor de una hora. Aparte de considerarlo un auténtico libro electrónico, esta técnica tiene un prometedor futuro porque la densidad de almacenamiento de información que permite es muy elevada. Hay que darse cuenta que la Biblia Hebrea contiene unos 300.000 caracteres lo que equivale a unos 10 megabytes de información. Hay que notar que no hay páginas, que todo el texto está cincelado seguido –letra tras letra- sobre la diminuta superficie semiconductora de 0.5 milímetros cuadrados.
El único problema es que para leer este libro electrónico se precisa un microscopio de alta potencia. Se está trabajando ahora en una técnica que permitirá tomar una fotografía del libro de silicio y oro con una ampliación de 10.000 aumentos. Con ello, se logrará una imagen de 7 x 7 metros que contendrá toda la Biblia. Cada letra – a esta ampliación- tendrá una altura de aún sólo 3 mm.
Una copia de este nanolibro fue regalada al papa Benedicto el pasado año tal como se ve en la siguiente fotografía, encapsulada en una vitrina con una lupa y un pedazo del texto ampliado esas 10.000 veces.
Hasta lograr este libro electrónico (en el más estricto sentido del término), la biblia más pequeña, que ostentaba el record Guinness, era una copia de solo 2,8 x 3,4 x 1 centímetro, con un peso de solo 11,75 gramos y 1514 páginas.
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