24/11/10

La hermandad de los escribanos



He colgado en la red mi relato digital La hermandad de los escribanos (Félix Remírez, 2005) en la que el lector personalmente queda inmerso en la trama al convertirse en el personaje principal. Se trata de un fichero ejecutable que puede descargarse directamente aquí o a partir de la página incluida en el enlace del título. Es un fichero inocuo que puede ejecutarse sin riesgo de infección viral ninguna. El relato funciona en Internet Explorer, tanto en Windows XP como en Vista. No está probado en otros navegadores.

Una hermandad fundada en el Medievo toma el control del ordenador del usuario y este debe leer la narración en un tiempo determinado con la atención suficiente para ir contestando a una serie de preguntas ya que si no…

La obra combina texto con elementos multimedia a la vez que incorpora características de los juegos interactivos. Se diferencia, no obstante de un juego, en que lo fundamental es la historia y no la interactividad. Es la narración es sí misma la que ordena todo y la que, saltándose la interactividad, puede ser leída sola coherentemente.

El relato se desarrolla en una sola pantalla (tras las que aparecen en el proceso de presentación inicial) pero dividida en subpantallas, cada una de las cuales tiene vida propia. Así, el lector debe estar atento a varios hechos simultáneamente. Existe, también, una cierta toma de control de la computadora por lo que muestra al usuario datos que sólo su ordenador contiene, dando verosimilitud a las amenazas que la hermandad vierte en el texto.

La Hermandad de los Escribanos, centenaria asociación, es enemiga furibunda del libro impreso y, sobre todo, del libro digital. Detecta a cualquier individuo que intenta leer uno y, en ese momento, interfiere en su ordenador y lo destruye en un limitado plazo de tiempo. Plazo que es concedido para que el lector pueda conocer la historia de la Hermandad y someterse a un examen que pueda librarle del desastre. Prueba, por otro lado, de la que nadie aún ha salido victorioso.

Una historia digital como la presente puede desorientar al que la lee debido a que no se es libre de elegir cuándo se va a leer la novela. Por el contrario, la obra toma, en cierta medida, el mando. Se impone un tiempo en el que es preciso no sólo leer sino comprender y fijarse en pequeños detalles. Todo ello, para contestar a una serie de preguntas que permitirán desactivar el peligro que se cierne sobre el ordenador propio.

Leer este texto no es sólo leer. Es luchar contra el reloj, es tener que buscar información adicional y es sentir el temor de que, las amenazas, que el argumento vierte, no son sólo artimañas artísticas sino que pueden ser reales. ¿Es verdad que si no se logra leer a tiempo la obra, y contestar adecuadamente a las preguntas, el ordenador se auto formateará? No desvelaremos aquí el secreto. Quizá, el lector piense que es todo un recurso estilístico. Quizá sea así.
¡O quizá no!

El propio libro digital toma el control y propone preguntas ajenas a la trama. El lector deberá decidir si las atiende o las desoye. Quizá las desoiga pero pudiera ser que contuvieran la clave de la salvación. En esta novela, no se es libre de elegir lo que se puede leer, cuando a uno le apetezca leerlo. Por el contrario, el lector es una víctima que está siendo sometida a interrogatorio. No puede detener los eventos que ocurren. No puede cerrar el libro y posponer la lectura hasta otro día. Está fuera de la historia y no la controla. No puede pararse a meditar. No puede elegir el momento en el cual leer un determinado capítulo. El tiempo transcurre. Inexorablemente. Al igual que en la vida real, el reloj corre deprisa y, si no se llega a tiempo, se pierde la partida. El formato digital, por así decirlo, toma el mando. La diferencia con un libro convencional es, por tanto, notable porque, en aquel, el lector puede volver sobre sus pasos cuando lo desee y puede tomarse todo el tiempo del mundo para leer un capítulo. En esta historia digital, por el contrario, la vida pugna contra el cronómetro que anuncia el desastre. Fluye por sí misma y sólo podemos seguirla o dejarla pasar.

Ciertamente, el lector puede reiniciar, desde el principio, la lectura lo cual es como un volver atrás en el tiempo, como poner el reloj a cero. Y, en esa nueva lectura, el ordenador le llevará por caminos distintos, con preguntas distintas y retos distintos. Siendo la historia idéntica, sus acentos estarán en uno u otro lugar.

Otro comentario sobre esta obra puede verse aquí.






Un cadaver exquisito en Twitter



Tim Burton, escritor, ha puesto durante estos días una iniciativa que consiste en componer un cadaver exquisito en base a mensaje de Twitter de 140 caracteres. Aquellos interesados en participar pueden dirigirse a la página de Burton. Cada participante debe añadir un texto de tal longitud a lo ya escrito para ir completando y desarrollando la historia. Este cadaver está abierto hasta el seis de diciembre y también pueden añadirse imágenes. Obviamente, es en inglés.

La técnica del cadaver exquisito (originalmente cadavre exquis en francés) fue creada por los surrealistas en 1925.







Plenario de la red de universidades lectoras




El próximo día 29 se celebra en la Universidad de Alicante el III Plenario de la red de universidades lectoras en donde se ofrecerán intersantes ponencias sobre el hecho digital en la literatura. Así, Laura Borrás disertará sobre Literatura 2.0 y habrá una mesa redonda en la que participarán Ramón Llorens (UA), Paulo Costa (UÉ) y Ángel Suárez (UEX) en la que se debatirá sobre Lecturas en red: Las propuestas de Internet. Para más información puede visitarse este link.


23/11/10

Paysans del Alpes


Paysans del Alpes es un libro digitalizado de Nicolas Carrier y Fabrice Mouthon y editado por Presses Universitaires de Rennes , primero en papel a principios de este año y ahora en edición digital. Un ensayo riguroso sobre las comunidades rurales en los Alpes durante la Edad Media. Una zona europea que es definitivamente habitada hacia el siglo XI. Es una obra científica, con multitud de notas, llamadas bibliográficas e hiperenlaces textuales, tanto internos a la obra, como a bibliografía en papel o bibliografía en Red.





Secret Technology



Secret Technology de Jason Nelson es una especie de portal interactivo digital muy original e interesante, más por su interface y los hallazgos visuales y creativos que por su texto literario, totalmente disgregado y difícil de coordinar en un todo coherente. Recoge de manera ordenada por categorías (en función de su concepción) parte de la obra de Nelson, a medio camino entre el juego, la literatura y la mera exploración experimental de algoritmos diversos.

Puede accederse desde el sitio a docenas de pequeñas aplicaciones en las que se combinan sonidos, voces, gráficos (con cierta tendencia a una estética retro, de arcade), vídeos, fotografías y textos siempre deslocalizados de su contexto, móviles, que aportan pensamientos en ocasiones profundos pero siempre fugaces y solitarios. Pero, en cualquier caso, desde el punto de vista de cómo se pueden exprimir los medios de programación (sobre todo Flash) merece un reconocimiento especial por cuanto que Nelson experimenta una enorme multitud de posibilidades visuales y cinéticas.



22/11/10

Impiedad


La fotografía, tomada por Héctor Retamal en Haití y publicada hace unos días por casi todos los diarios, es espeluznante, tremenda, un grito desesperado a nuestro mundo. Una mujer, desnuda, sin ninguna posesión en la vida, sin un camastro donde reposar o quejarse de su mala suerte o gritar contra el Dios injusto que la ha olvidado, yace sobre el pavimento esperando, con sus ojos abiertos viendo pasar a peatones ajenos a su drama, acostumbrados a la miseria y al horror. La mujer – cuántos sueños no cumplidos, cuánta vida no completada, el amor que pudo dar y recibir perdido en las alcantarillas del mundo, cuánto horror concentrado en un cuerpo frágil- se agarra el cuello con su mano, como si quisiera detener el grito de angustia que debe sentir o, quizá justo lo contrario, como si quisiera abrir su voz para que se hiciera sonido desgarrador la tristeza cósmica de sus ojos. Uno se pregunta si fue feliz en su niñez, si se enamoró, dónde perdió su última vestimenta, cuándo comió por última vez, si espera la muerte o se aferra a su lastimera vida, en qué pensamientos cruzarían la mente del fotógrafo mientras ajustaba el obturador, en cuánto le deben doler los huesos de dormir sobre el asfalto. Es una foto que nos interpela directamente acerca de nuestra compasión, nuestra ternura, nuestro ansia de justicia, nuestra humanidad. Una imagen que nos llama a romper el mundo porque está mal hecho, porque es preciso empezar de cero. Un clamor de espanto, de consternación, de horror. Pero, aún sin reponerse uno del escalofrío de impiedad con que la imagen nos abofetea, llega un golpe aún más duro. Se publica la foto y decenas de blogs, de comentaristas aficionados, de gentes sin alma, se lían a discutir si la noticia periodística es correcta; sobre si los pies de foto que hablan de la epidemia de cólera en la isla tienen o no tienen que ver con esa mujer desvalida y abandonada; a afirmar que estas escenas son “normales” en Haití; que si esa persona es una demente conocida en el barrio que suele caminar desnuda; a analizar el buen o mal hacer de los periodistas. Posts que reciben decenas de comentarios de alienígenas (al menos, yo no los siento como congéneres de especie) que, un rato después, se sientan ante la tele para escandalizarse por las correrías de los famosos de la prensa rosa.

¿Importa algo el contexto? ¿Importa algo lo que se escriba sobre la foto? ¿Importa si el texto periodístico es adecuado?¿Tan horrendamente lejos del sentido común nos encontramos? ¿Tan ciegos hemos quedado? Sólo importa que hay un ser humano desnudo tirado como un despojo sobre la calle y que todos pasamos de lado sin inmutarnos.


Foto: AFP/Héctor Retamal



100 Flash Fiction Hypertexts



100 Flash Fiction Hypertexts de Susan Gibb son cien pequeños relatos hipertextuales que fueron escritos, uno cada día, en un proyecto llevado a cabo en el verano del año 2009. A los largo de los cien relatos, se trata siempre del mismo esquema de programación en que aparecen breves textos, equivalentes a párrafos de la historia en una presentación convencional, con uno o dos enlaces que llevan a otros párrafos. Obras literarias porque, con mayor o menor acierto, realmente se fundamentan sólo en el texto con el que cuentan la historia.






PDF Scissors


PDF Scissors es una pequeña aplicación que permite recortar imágenes escaneadas en formato PDF. Una de sus principales aplicaciones es adecuar el tamaño de textos escaneados (y que, por tanto, son imágenes) a las dimensiones de pantalla de los lectores de libros electrónicos como el Kindle u otros dispositivos móviles como los teléfonos. Normalmente, las páginas escaneadas tienen un tamaño A4 (en vertical o en apaisado) que no pueden encanjar en el formato de pequeña pantalla y obliga a un continuo uso del zoom y del scroll. Ciertamente, con esta aplicación se perderán partes de las páginas pero podriamos tener sólo el texto a leer cómodamente.


21/11/10

El periódico en Ipad


Los imperios de Jobs y Murdoch parece que se unirán para proponer en el mercado un periódico digital que, vía descarga diaria, se podrá leer en el Ipad. Los dueños de Apple y News Corp llevan algún tiempo preparando el lanzamiento de un diario digital que podría llamarse Daily y que vería la luz antes de final de este año. Los contenidos se desarrollarán de manera exclusiva para tabletas del tipo Ipad aunque no exclusivamente para esta. Es de suponer que se sacará provecho de las habilidades de libro enriquecido que este tipo de miniordenadores poseen. Será una edición exclusiva que no tendrá su contrapartida en la web o en papel. Hay que inferir que esta exclusividad vendrá precisamente del uso de elementos multimedia porque no parece razonable pensar en un periódico- digital o no- que no ofrezca las mismas noticias que suceden en el mundo que el resto. Será un servicio de pago. No queda claro cómo se financiará el proyecto ya que no bastará con la cuotas de los abonados y posiblemente deba haber publicidad.


Consumer Attitudes Toward E-Book Reading




Consumer Attitudes Toward E-Book Reading es un estudio sobre el mercado del libro digital (muy centrado en los EEUU) y las tendencias de los usuarios de estos dispositivos. Realizado por el BISG (Book Industry Study Group) ha deducido las conclusiones a partir de extensivas encuestas a usuarios de lectores de tinta electrónica o dispositivos dedicados. Puede adquirirse aquí pero, realmente, es muy caro. Algunas de las conclusiones del estudio son obvias como, por ejemplo, que los consumidores de contenidos digitales compran menos libros en papel. Más interesante es que el volumen total de ventas de estas personas (papel+e-ink) se reduce lo que no es buena noticia para las editoriales. Los contenidos digitales que más se compran son los de novela de misterio.



19/11/10

Ulysses "Seen"


Ulysses Seen es un comic digital de Robert Berry que es una adaptación gráfica de la novela de James Joyce. No sólo tiene un interface cuidado sino que presenta una serie de aditamentos que lo hacen destacar entre los comics digitales. Por ejemplo, el que lleva asociado un blog en el que, amén de numerosas informaciones complementarias, los lectores pueden dejar sus comentarios e interaccionar entre ellos. Muy interesante también la guía del lector que aparece en el blog. De momento, no están todos los capítulos activados. Hay una versión para IPad


18/11/10

This is not a poem



This is not a Poem de Alan Bigelow es un original poema visual basado en Trees una poesía de Joyce Kilmer. Los versos se pueden leer pero el interface simula un disco de vinilo que, al girar, emite la versión recitada de los mismos versos.

Es un trabajo sencillo programado en Flash que, sin embargo, tiene encanto y sin duda se apoya en un poema muy lírico a la vez que pesaroso sobre la capacidad humana de expresar la belleza en palabras.

17/11/10

The Amplified Writer in the Local Unlibrary


El próximo 23 de Noviembre se celebrará una conferencia-taller en Londres, concretamente en la Biblioteca Hornsey, al norte de Londres, que llevará por título The Amplified Writer in the Local Unlibrary. Entre los ponentes estará la escritora Andrea Levy. Uno de los talleres tendrá por leit-motiv la autopublicación, la literatura en blogs y las multiplataformas en la escritura digital. También se debatirá sobre la escritura colaborativa.



FICOD 2010


Se inauguró ayer el FICOD 2010, Foro de contenidos digitales. En el programa (que puede verse aquí) están previstas interesantes conferencias en el ámbito de las letras digitales. Así, se anuncia un taller sobre autoedición y libro digital, ideas para que un contenido digital o un blog sean un éxito, charlas sobre la propiedad intelectual en Internet, aprendizaje basado en contenidos digitales y juegos, la redacciónn on-line en periodismo, etc. FICOD es un evento propiciado por el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio, así como por la Secretaría de Estado de Telecomunicaciones.


16/11/10

Exquisite Shorts


Comienza una experiencia de escritura colaborativa denominada Exquisite Shorts utilizando ThumbScribes y que permitirá a 100 personas escribir hasta 300 caracteres cada uno para crear un relato breve. La escritora Aimee Bender escribirá la semilla inicial sobre la que los demás desarrollarán la trama. Los que se hayan registrado iniciarán el trabajo mañana día 17. El tiempo disponible es de un día, de modo que el jueves el trabajo final será publicado en The Outlet Blog.



El tenor que perdió la voz



Paolo Domenice tuvo una carrera operística de primer orden hasta que, sin razón aparente, su sentido musical desapareció súbitamente. Para desesperación de su agente y el asombro de los amantes al canto, Domenice no pudo más entonar el Ecco Ridente con aquella riqueza tímbrica que le caracterizara, ni llegar con la soltura que tan merecida fama le había otorgado al do alto .

Paolo había vivido con, para y de la música desde su niñez. Hijo de un organista de la catedral y una pianista sin suerte que terminó amenizando cafetines, sus juegos transcurrieron entre papel pautado y colecciones de discos que se amontonaban de manera desordenada por las habitaciones y el salón. Había un piano vertical en la casa, comprado de segunda mano a un anticuario del casco viejo, en el que un par de teclas habían desaparecido durante la guerra- un mi bemol y un sol graves- y la afinación de sus cuerdas hacía tiempo que no existía. A pesar de esas carencias, Paolo pronto ejecutó cadencias y escalas en él con una agilidad que maravillaba a las vecinas, tanto que terminaron por apodarle el nuevo Mozart. Sus manitas apenas alcanzaban una tercera en la carretera que las amarillentas teclas formaban delante de él pero esta dificultad geométrica la suplía con entusiasmo y velocidad de movimientos. A los diez años entró a formar parte del coro de la parroquia donde, entre collejas del padre Armando y rezos a San Valerio, patrón de la ciudad, descubrió que poseía una voz poderosa y segura, elegante, firme, y con una predisposición al fiato extraordinaria. Pronto fue el solista en las misas y, ya cuando contaba diecisiete años, colaboró con el grupo de canto de la asociación operística de la provincia, participando en los programas que esta organizaba. Casi sin darse cuenta llegó a los principales carteles, vio que su cuenta bancaria engordaba y que la gente le solicitaba fotografías o su autógrafo por las calles. A los veinticinco era bien conocido en Londres, París y Berlín. A los veintiséis debutó en La Scala y a los veintisiete fue aplaudido durante doce minutos seguidos en Bayreuth. La vida le sonreía y, aunque de natural sobrio y algo taciturno, creía que era feliz. Su vida estaba centrada en la ópera y los dos escarceos amorosos que habían sacudido su existencia no habían sino inquietado ligeramente su carrera musical. Con Carla, una italiana morena, de grandes pechos, había aguantado tres meses, los justos para aburrirse de su piel y de sus embates en el lecho. A Mathilda la soportó durante casi un año hasta que ella le dejó por un ferroviario que ganaba mucho menos dinero pero que deseaba tener tantos hijos como ella quería. Cuando recapacitaba sobre ello se daba cuenta de que el amor era como un ligero barniz en su existencia que se evaporaba al calor de su vida artística.

Fue una tarde de otoño. Un sábado ventoso en que el teatro se había engalanado especialmente porque asistía el duque a la representación. El último ensayo era por la mañana, a las ocho concretamente. Paolo se presentó puntual a la cita pero no así la soprano ni el director. Dos horas después todo eran especulaciones y los cantantes del coro formaban corrillos comentando lo inusual del retraso. Su representante tampoco sabía nada, así que marchó a la cafetería a telefonear y averiguar qué diantres sucedía. Todo se aclaró hacia las once. La soprano- Madelaine van Otto, una holandesa ya entrada en años- se había sentido indispuesta durante la noche. Nada bueno. Apendicitis aguda. La pobre mujer estaba siendo operada de urgencia en un hospital y, obviamente, no podría participar en la representación. El director y el productor habían estado buscando una sustituta desde la media noche pero, dada la premura y el poco tiempo existente hasta que se levantara el telón, la tarea no había sido fácil. De modo que ambos aparecieron sonrientes y orgullosos llevando de la mano a Teresa Manfedi, una soprano desconocida pero que, al parecer, conocía el papel por haberlo representado en una sesión de aficionados. Saludaron a todos, afirmaron que todo estaba resuelto, tranquilizaron a los presentes y citaron a todo el grupo a la una para iniciar el ensayo.

Al verla aparecer, Paolo sintió uno de esos estremecimientos que sólo se sienten un par de veces en la vida. Si la diosa de la belleza existía, se había transmutado en aquella joven. Si unos ojos podían recitar versos, esos eran los de Teresa. Si un cuerpo llamaba a gritos a ser saboreado lentamente entre sábanas y pétalos, ese era el de aquella mujer. Si una sonrisa podía atolondrar a un hombre, esa era la de la Manfedi. ¿Cómo era posible que nunca hubiera oído hablar de ella, de una colega tan arrebatadoramente maravillosa? Apuntó mentalmente que despediría a su representante por no haberle dado la oportunidad de cantar con ella, no una sino doscientas óperas. Además, cuando se le presentaron, resultó ser encantadora, simpática, inteligente. Besó su mano, a la antigua usanza, y el segundo en que sus labios rozaron la piel de la chica le parecieron los más intensos que nunca había vivido. Balbuceó algunas palabras, supo que se estaba poniendo en ridículo e inventó una excusa para retirarse a su camerino hasta la hora del ensayo. Llegó al cuarto con palpitaciones, incrédulo del efecto que aquella mujer le provocaba y contando los segundos para poder cantar junto a ella, sobre todo el dueto de amor en que debía abrazarla y susurrarle la melodía pianissimo e cantabile al oído. Ese instante preciso llegó a las tres y cinco. Por fin, iba a escucharla, iba a disfrutar de una voz que, de ser como el cuerpo que la emitía, podría elevarse hasta el cielo y más allá.

Algo chirrió. Pensó que estaría calentando las cuerdas vocales pero no, la muchacha cantaba ensimismada en la letra, en modular adecuadamente, en vocalizar con propiedad. Le echaba ganas, entusiasmo, voluntad, pero, siendo benévolos, el resultado no era de gran calidad. No siéndolo, podría decirse que era francamente mediocre. Vamos, que cantaba fatal, al borde constante del desafino más cargante. Paolo se acercó a ella e intentó pensar en que estaba nerviosa, en que todo iría mejor durante la obra, en que era su primera experiencia y lógicamente eso desvirtuaba su calidad artística. El director escuchaba con horror el resultado y hacía gestos al tenor para que elevara el volumen y así tapara a la soprano. Paolo perdonó sus trinos fuera de ritmo, sus agudos de falsete, su modulación desafinada. Olvidó sus errores porque aquellos ojos que le miraban lo hechizaban, porque al mirarla perdía la noción del tiempo, de la vida y de la armonía. Sólo sentía el mismo estremecimiento pasional que le había emborrachado al verla por primera vez.

Al terminar, se presentó en el escenario el propietario del teatro y con un gesto les hizo entender que no había tiempo para cambios, que no podía suspenderse una sesión a la que asistiría el duque, que todos deberían esforzarse en que aquello saliera perfecto a pesar de los contratiempos:

- Cante más alto, Domenice, más alto- le había dicho Don Eduardo, el dueño- Cante con fuerza y haga que apenas se escuche a la muchacha. Usted la ha visto. Es encantadora y los espectadores se fijarán más en su cuerpo que en su voz. Y, usted, maestro- haga que la orquesta emita más decibelios. Irá bien, irá bien.

Paolo pasó el resto de la tarde en el salón de descanso. Al principio, se mantuvo alejado de ella, fingiendo leer un periódico que no le interesaba. Pero, no mucho más tarde, se encontró a sí mismo sentado a su lado, charlando de banalidades, disfrutando de su risa, mintiendo sin darse cuenta que lo hacía:

- Cantas maravillosamente, Teresa, ¿no te lo han dicho nunca?

Y ella, ingenua y bonita, se dejaba halagar y, con cada piropo, con cada comentario galante, le sonreía y le decía que admiraba su talento y su arte, que siempre había querido cantar con un tenor de tanta calidad operística como él.

- Eres muy apuesto, además, si me permites decirlo.

A las ocho, el teatro estaba repleto. En el palco de honor, los duques y su cortejo. El patio de butacas adornado con rosas blancas y rojas, los farolillos titilando en cada columna, los ujieres marchando de aquí para allá mostrando a damas vestidas de largo sus localidades. La orquesta perfectamente situada en su lugar. El telón, impecablemente limpio y brillante. La gran lámpara de cristal que colgaba de lo alto refulgía con majestuosidad. Sonó un timbre lejano por tres veces y la luces se aminoraron. El director entró decidido en la sala y mientras se situaba en el atril, escuchó una voz a su espalda:

- Recuerde. Suba el tono, amigo mío, suba el tono- le decía el propietario sentado en la primera fila de butacas, justo a su espalda.

El telón ascendió lentamente, mostrando un decorado de mares y pecios hundidos, hábilmente iluminado por focos escondidos y tules difusos. El primer acorde, un re menor potente y lastimero, acalló las pocas voces que aún se escuchaban. Fue una buena obertura, de esas que arrancan sentimientos profundos, que predisponen para el posterior drama que va a presenciarse. Cuando la obertura finalizó, en un largo acorde decreccendo, un coro de peregrinos caminó hacia el centro del escenario. Portaban cirios encendidos y su cantar era medido, tierno, sostenido. Por momentos, las sopranos y los barítonos se sumergían en una fuga vocal arrebatadoramente inspirada.

Paolo movió inconscientemente su boca y su cuello, calentando sus músculos. Justo tras el coro, era su turno. El príncipe, protagonista principal del libreto, hacía su entrada y cantaba el aria Sonno qui en la que explicaba su añoranza por la dama amada. Había preparado el número con esmero y la partitura se adaptaba bien a su voz. Por ese lado, se sentía seguro y tranquilo. Pero le inquietaba que, tras él, entraba en escena Teresa para interpretar un dúo con él mismo. Debería estar especialmente atento, cubriendo aquellos pasajes en los que sabía que la chica fallaría, intentando concentrarse en la música y en su trabajo, sin dejarse llevar por aquel pedazo de paraíso que era su rostro. Domenice caminó altivo y un comedido aplauso le recibió en escena. El público estaba ya rendido incluso antes de emitir una sola nota. Dos acordes- de re y de sol- y un introito de oboe daban paso a su tema. Abrió su boca, hinchó de aire sus pulmones, cerró los ojos y emitió una nota potente.

Un grito de sorpresa invadió la platea. Sonaba mal, rematadamente mal, totalmente desafinado. Durante unos segundos el público aguantó respetuoso por ver si alguna indisposición había súbitamente aquejado al cantante mas, como la cosa no mejorara, empezó la algarabía, las risotadas, el pateo en el suelo y los gritos de fuera, fuera. Teresa lo miraba con incredulidad y el director acabó por detener el flujo musical. Paolo, ajeno a lo que le ocurría, echó mano de su profesionalidad, se llevó la mano a la garganta haciendo el gesto de que no se encontraba bien y salió dignamente por entre bambalinas. Intentó por dos veces regresar al escenario pero, en ambas, los soles se le convertían en fas, los mi bemoles en dos y el tono mayor parecía menor. Incapaz de continuar ante el abucheo del respetable, acabó por abandonar definitivamente el teatro.

Ni que decir tiene que el escándalo fue mayúsculo. Durante semanas, los periódicos se dedicaron a publicar chistes crueles sobre el tenor y los imitadores con chispa lo eligieron como parodia del año. Paolo, aparentemente abrumado y preocupado, fue obligado en contra de su voluntad a ingresar en un hospital especializado donde le hicieron todo tipo de pruebas hasta concluir que nada malo ocurría con su voz, con su garganta o con sus cuerdas vocales. Lo que había ocurrido había sido pasajero y, aparte del descrédito artístico, no tenía más importancia. Durante aquellas semanas, Teresa le visitó casi a diario. Nunca llegó a saber si aquella mujer sentía algo por él pero sí fue consciente de que él se había enamorado como jamás antes en su existencia lo había estado. Además, el hecho de que ella le mostrara su afecto en unos momentos en que él había caído muchos escalones en el pedestal de la fama, le hizo sentirse aún más atraído por ella.

El tiempo, se dice, todo lo cura y así pareció ocurrir también en ese caso. Cuatro meses después, el asunto parecía olvidado y el propietario del teatro tuvo la ocurrencia de repetir la función. No habían devuelto aún el importe de las entradas y, aunque el duque declinó la asistencia, el resto del público acogió con benevolencia la repetición de la función, una sesión donde debían olvidarse los malos tiempos y donde debía restituirse la fama de Paolo. El dueño de la empresa tuvo la idea, también, de repetir el elenco.

- Será como si se tratara de un paréntesis que no ha existido. Salió el príncipe a escena hace cuatro meses y canta hoy. En medio, no ha existido nada, ¿no le parece, amigo mío?

Teresa Manfedi no había mejorado mucho en este tiempo en lo que a sus dotes cantarinas se refería. Algún párrafo no era tan estridente como antaño, alguna nota incluso parecía delicada, pero en general su nivel artístico continuaba siendo el que había sido. Su belleza, sin embargo, era mayor aún, su encanto infinito y su conversación mágica.

Llegó el día del estreno y el teatro volvió a rebosar. Incluso, con más expectación que la vez anterior, dado el morbo que el suceso había creado. El mismo telón brillante, las mismas luces inquitas, las mismas sombras esquivas, los mismos brillos en las lágrimas del gran lamparón. La obertura fue interpretada con la misma exquisitez que la primera vez, el coro de peregrinos estuvo quizá un poco más plano pero, aún así, emocionó al público. Llegó el turno, de nuevo, de Paolo. Hinchó sus pulmones, tensó sus cuerdas vocales, ahuecó su boca y emitió la nota.

Como si se tratara de una moviola, los sucesos se repitieron casi de igual manera a hacía cuatro meses. El mismo gallo, el mismo alarido a destiempo, las mismas risas de la gente, las mismas protestas. Si acaso algo fue distinto es que, en esta ocasión, el respetable había ido mejor preparado y lanzaron hortalizas y huevos al escenario de modo que la salida del tenor fue más acelerada y menos digna.

Allí acabó la carrera artística de Paolo Domenice, el hombre que iba para estrella de la ópera. Para sorpresa de sus amigos y de su ex representante, no pareció muy afectado nunca y se tomó con estoicismo su caída en desgracia, quizá porque su cuenta bancaria era suficiente para permitirle vivir holgadamente. Tras un par de años en que nada se supo de él- se dijo que había marchado a México- apareció en un instituto dando clase de música a jóvenes y, en ocasiones, interpretaba recitales para sus amistades, siempre en grupos reducidos. Al decir de los que asistían a aquellas veladas, su voz era magnífica y su sensibilidad en el canto máxima. Pero jamás volvió a escena, ni nunca los doctores lograron diagnosticar su dolencia.

- Estrés escénico, un bloqueo paranoico frecuente.- había afirmado el doctor Fontani- El hombre ha experimentado demasiado en su vida y su cerebro ha dicho basta.

Paolo nunca llegó a casarse y su salud se desmoronó al cumplir los sesenta y cuatro. No quiso ingresar en el hospital y, consciente de que su fin se acercaba, lo afrontó sereno en su casa de vía Morenti. Cuando llegaron sus últimos días- era primavera- mandó llamar a su representante con el que aún mantenía amistad. Este, más anciano que él, colocó un vinilo de Puccini en el giradiscos, corrió las cortinas del balcón para amortiguar la luz de la tarde y se sentó junto a su viejo colega.

- El tiempo ha pasado rápido, ¿verdad?- musitó Paolo con voz queda.

- Cierto, Paolo. La vida pasa y cuando nos percatamos de ello ya es tarde. No sabemos ni qué hemos hecho, ni por qué nos ha ocurrido lo que hemos vivido.

- No me puedo quejar. No he tenido una mala vida.

- Pero todo podría haber sido muy diferente si no llegas a perder la voz cuando joven – miró al techo como si intentará revivir los acontecimientos que tanto habían cambiado la vida de ambos.

- No la perdí- contestó Domenice

Por unos segundos, un silencio espeso y atónito lo inundó todo. Los dos hombres se miraron, uno intentando comprender lo que no entendía y otro intentando explicar sin palabras lo que para él siempre había estado claro.

- ¿Cómo que no perdiste la voz? ¿No lo recuerdas? La edad ha debido borrar tus memorias. Fuiste el fiasco del gremio- y río con trsiteza.

- No, no perdí la voz. Lo fingí.

Volvieron a mirarse. Mimí enfermaba en el disco que se escuchaba mientras los violines lloraban en armonías tristes.

- Lo fingí todo. Me enamoré, Carlo, me enamoré de Teresa Manfedi. Fue instantáneo, un sentimiento intenso que me inundó, que borró de mi mente cualquier otro anhelo en la vida. Fingí todo.

- ¿Fingir? No entiendo ¿Por qué?

- No podía dejar que ella fracasara, que el público se riera de su voz. Ella era un ángel, tú lo sabes. Era buena y ponía voluntad. No tenía la culpa de que los dioses no se hubieran fijado en ella para la ópera. Lo fingí. Canté mal a propósito, para atraer sobre mí el escándalo, para que ella nunca tuviese la oportunidad de fracasar. ¿No lo entiendes? ¿No entiendes que debí hacerlo porque la amaba?

Durante unos minutos no se dijeron nada más. La música de La Boheme continuaba inundándolo todo, como un presagio.

- ¿Lloras? ¿Lloras porque perdiste tu carrera por ella?

- No. Lloro porque la perdí a ella y nunca llegué a tenerla.












15/11/10

Milleuna

Milleuna (DeriveApprodi y MRF, 2007) de Nanni Balestrini es un libro compuesto. Contiene una edición en papel convencional acompañada por un CD. No es un audiolibro ya que el disco es complementario, no se limita a leer lo que está impreso. Un códice poético multimedia y multidisciplinar donde se combinan música y palabra. Una experiencia de poesía sonora y musical, con efectos vocales, con la atmósfera de los sonidos en torno a la palabra. Un conjunto de versos, a veces extraño, rompedor, ajeno. Otras lírico y profundo, cercano, vívido.

Oleaje


Lo habían avisado con unos días de anticipación. Y es que ya se sabe que los meteorólogos aciertan cada vez más. Una tormenta se deslizaba violenta por el Atlántico, acercándose a la costa. Vientos huracanados y olas fuertes, habían anunciado. La flota permanecerá amarrada, habían informado.

Lo pensamos de pronto. Era tarde ya. Ese momento del atardecer en que has de decidir si ir a perder el tiempo sentado en un sillón o acabar el día con algo que merezca la pena. Dijiste que sí, que querías venir y me alegré como si fuera un chiquillo al que le acaban de regalar un juguete. Para cuando llegamos al mar, la noche ya había caído. Lloviznaba y las gotas se enroscaban en la luz amarillenta de las farolas, trazando estelas en el aire. Estaba ventoso. Mucho mejor. Cientos de personas se nos habían adelantado. Reíamos. Dichosos de ir a jugar con las olas, de amedrentarnos cuando se levantan poderosas, de tentar a la suerte para calarnos hasta los huesos, de correr fingiendo pavor cuando una onda espumada se levantaba más de la cuenta, felices de estar juntos. Contábamos las olas – la séptima va a saltar-, hacíamos cábalas sobre ellas – cuidado con esta, viene muy alta-, huíamos cuando no debíamos – corre, corre, que esta sí- y nos aliviábamos cuando rompía unos metros más allá sobre algunos más lentos que nosotros – mira ese, le ha caído de lleno-.

Vi las olas indómitas, sí. Y los arabescos de espuma y algas que se formaban sobre el mar, y el batallar de la marea contra el puente, sus ojos repletos de agua, resistiendo el golpeteo titánico del océano. Vi el blanco de las olas recortarse sobre la oscura noche y escuché el rugido del mar al abalanzarse sobre los muros. Pero, sobre todo, te vi a ti. Estabas hermosa, especialmente bella. Reías como una niña, tu pelo mojado, dándome instrucciones para que yo lograra controlar el paraguas que batallaba contra el viento. Me encantó verte correr para evitar la catarata de agua que caía del cielo. Éramos como la propia marea que va y viene. Nos acercábamos al barandado para huir atemorizados y volver a aproximarnos al ritmo de la aguas. Siempre juntos, caminando la vida, el riesgo, el juego, la emoción y la risa, el uno al lado del otro.

Terminamos en un pequeño bar, merendando algo. Yo tenía los pantalones mojados de ola, los labios mojados de besos.



10/11/10

5x15 Tokyo



5x15 Tokyo de WideTag es un relato de viajes para Ipad que puede descargarse de Itunes. Se trata del diario de viaje de una familia italiana en su periplo de dos semanas a Japón. Una aplicación que contiene el texto del diario en sí mismo, fotografías del viaje, curiosidades sobre los lugares visitados y consejos para futuros viajeros al mismo país. Un pequeño libro de viajes con calidad multimedia que tiene el valor del realismo y la frescura de las vivencias directas. Está programado en HTML5.


Whisper Wire


Whisper Wire es un pequeño generador de texto automático programado por J.R.Carpenter que simula las viejas comunicaciones marconistas en los albores de la radio. Sobre un interfaz que simula precisamente un circuito electrónico aún concebido con válvulas, el generador va proponiendo una combinación de frases y reflexiones (como si de mensajes de otro radioaficionado se tratara) con comentarios técnicos sobre la emisión. el código está basado en el que Nick Monfort creara para Taroko Gorge, una obra que ya sé citó en este post.

9/11/10

Contra el viento




Contra el viento (Planeta, 2009) de Ángeles Caso es la historia de Sao, una mujer emigrante que ha de avanzar en la vida asolada por una mala suerte cósmica y por la carga de su propia pobreza y estirpe social. Una mujer dispuesta a salir adelante contra todos los vientos que injustamente soplan contra ella. Como la autora confirma en el agradecimiento final de la novela, se trata de una historia real pero uno se percata de ello justo cuando lee dichos agradecimientos porque, a lo largo de las páginas de la obra, el deleite de la escritora en las penas, en las maldades, en la crueldad injusta de la vida, es tanto que da pie a creer que se trata de un melodrama ficticio. No hay luces, sólo tinieblas, obstáculos, mala suerte continua, exacerbada y dura. Quizá, Ángeles Caso debería haber matizado la vida de Sao también en sus luces, dedicando más tiempo a las buenas personas con las que se encuentra, sin tanta oscuridad, sin tanta pesadumbre, tanta que abruma en bastantes momentos hasta hacer cansina la lectura. No es preciso recargar un texto para que este muestre toda la injusticia y toda la miseria con la que la vida cerca a millones de seres humanos. Lo conmovedor no tiene por qué ser melodramático. No es preciso adoptar una posición maniquea (casi los hombres todos malos, las mujeres todas buenas. Y esos hombres son malos porque lo son, no porque también son reos de la incultura y de la pobreza) para relatar la injusticia y la brutalidad que sufren algunas mujeres.

Aún así, hay páginas excelentes, plenas de un lirismo, una sensibilidad y una reflexión sobre el mundo, la sociedad y la humanidad notables. La historia de Sao es, en verdad, la historia de muchas mujeres marginadas, maltratadas, obligadas a sufrir y a pelear por sus hijos e ideales solas y en contra del mundo, todas juntas y sublimadas en la protagonista. La prosa, aunque contiene bastantes tópicos, es rica y elegante, quizá demasiado para una historia que cuenta la vida de una mujer admirable, pero probablemente sin un discurso expresivo tan exquisito. El final es un tanto confuso porque una mala bestia como el marido de Sao no se corrige sólo con una reprimenda de su hermano mayor y habrá que suponer que en la historia real ocurriría algo más.

La obra fue galardonada con el premio Planeta 2009.



8/11/10

Más hacia la holosala digital



Un nuevo paso hacia la
holosala literaria. Un equipo de físicos de la Universidad de Arizona dirigidos por Nasser Peyghambarian, en colaboración con la empresa Nitto Denko Tech. Corp. ha desarrollado una nueva técnica de proyección de hologramas en 3D con una velocidad que empieza a vislumbrar la posibilidad de proyectar imágenes holográficas en tiempo real. Mientras que hasta ahora la reconstrucción del holograma requería mucho tiempo y el resultado era estático, el nuevo sistema permite generar dinámicamente imágenes que conforman un video en streaming. El secreto parece ser el material que su utiliza para proyectar la luz, un polímero fotorefractario. Aún es un primer paso porque las imágenes son pequeñas (unos 100 mm de longitud) y el refresco se produce cada dos segundos. Es necesaria una mejora de dos órdenes de magnitud para tener auténtico vídeo pero es un gran avance en comparación con los minutos que hasta ahora se precisaban. Tampoco es una auténtica recreación a 360º ya que las 16 cámaras que se requieren proyectan en un escenario de 120º.

Aunque los periódicos han recogido la noticia (de manera exagerada) en referencia al cine (una película holográfica eliminaría las engorrosas gafas) y a ciertas escenas de Star Wars, en este blog nos interesamos por los avances holográficos como paso para una literatura inmersiva a largo plazo. Una literatura digital que ya no será preciso leer, sino que se vivirá desde dentro. Una realidad
virtual total.

Congreso de Literatura Española Contemporánea 2010







El próximo día 15 se inaugura el Congreso de Literatura Española Contemporánea 2010 que tendrá lugar en la Universidad de Málaga y que se clausurará el día 19. En este congreso se impartirán numerosas ponencias relativas a la literatura actual de nuestro país y, en particular, varias que tiene que ver con la literatura digital, como puede verse en el programa tan interesante que se anuncia y que puede leerse aquí. Citemos, por ejemplo, la ponencia de Javier Celaya, “Nuevas formas de leer: del ebook a la nube”; la de Oreto Doménech y Sandra Hurtado, “¿Lectores o naúfragos? Sumergirse en la obra digital”; la experiencia del El libro flotante de Caytran Dölphin de Leonardo Valencia; reflexiones sobre la blognovela por parte de Daniel Escandell; David Muiño con “Poesía e hipertextualidad: poéticas digitales en el ciberespacio”, Doménico Chiappe con “Historia de una novela multimedia” , etc, etc.




7/11/10

Nano-Biblia




Hablando de literatura digital, normalmente pensamos en software que escribe o reproduce un texto en fichero binario. Pero también podemos hablar de puro hardware, de pura electrónica. Así es la Biblia hebrea miniaturizada más pequeña del mundo que fue creada hace un par de años por el Instituto de Nanotecnología Technion de Israel, bajo la dirección del profesor Uri Sivan, de la doctorando Ohad Zohar y de Alex Lahav. La nano-Biblia fue escrita utilizando un dispositivo denominado FIB (focused ion beam) con el cual un flujo de iones de galio es focalizado sobre un sustrato de silicio recubierto con una fina capa de oro de sólo veinte nanómetros de espesor. El haz iónico, al golpear la capa de oro, expulsa sus átomos y cincela, en el silicio, pequeños surcos que forman las letras hebreas, como si se tratara del cincel de un escriba. El haz no tiene más de 40 nanómetros de diámetro lo que permite “escribir- grabar” de manera muy compacta. El software capaz de manejar con semejante precisión el haz electrónico necesitó tres meses de programación pero la grabación física sólo preciso alrededor de una hora. Aparte de considerarlo un auténtico libro electrónico, esta técnica tiene un prometedor futuro porque la densidad de almacenamiento de información que permite es muy elevada. Hay que darse cuenta que la Biblia Hebrea contiene unos 300.000 caracteres lo que equivale a unos 10 megabytes de información. Hay que notar que no hay páginas, que todo el texto está cincelado seguido –letra tras letra- sobre la diminuta superficie semiconductora de 0.5 milímetros cuadrados.

El único problema es que para leer este libro electrónico se precisa un microscopio de alta potencia. Se está trabajando ahora en una técnica que permitirá tomar una fotografía del libro de silicio y oro con una ampliación de 10.000 aumentos. Con ello, se logrará una imagen de 7 x 7 metros que contendrá toda la Biblia. Cada letra – a esta ampliación- tendrá una altura de aún sólo 3 mm.



Una copia de este nanolibro fue regalada al papa Benedicto el pasado año tal como se ve en la siguiente fotografía, encapsulada en una vitrina con una lupa y un pedazo del texto ampliado esas 10.000 veces.



Hasta lograr este libro electrónico (en el más estricto sentido del término), la biblia más pequeña, que ostentaba el record Guinness, era una copia de solo 2,8 x 3,4 x 1 centímetro, con un peso de solo 11,75 gramos y 1514 páginas.










Corazón sucio




- Tengo el corazón sucio- pensó, mientras se sentaba al borde del malecón, frente a un mar extrañamente calmo, ajeno a su inquietud desmedida.

Hacía ya un rato que el sol se había puesto y la negrura de la noche llegaba desde el este, lentamente, devorando la luz cenicienta de la tarde, como cuando se vierte ácido sobre un metal y poco a poco lo va consumiendo arrastrándose inexorablemente sobre él. Al fondo, sobre un horizonte oscuro, las lucecillas de los vaporcitos de pescadores dibujaban geometrías imprecisas. De tanto en cuanto, el destello del faro de la isleta extraía ondas plateadas y rizadas de la superficie del agua.

Encendió un pitillo – al menos, allí aún no habían prohibido fumar aunque seguramente poco faltaría- y el resplandor diminuto de la ceniza se unió por un instante al coro de luces de los pescadores. Una luz como otras, al fin. Quizá, alguien, muy lejos, lo pudiera confundir con un lejanísimo faro. No estaría mal que así fuese, que ella mirara a ese punto exacto del paisaje y pensara en él al ver la brizna de fuego del tabaco. Antes, mucho antes, compartían los cigarros. En el café, frente a un capuccino con canela. En el lecho, después de la batalla de besos y jadeos. En el parque, cuando ella salía de trabajo y hacía frío y él la esperaba con un termo de caldo. Entonces, cuando todavía no se sentaba en el dique.

No acababa de entender por qué una ausencia era como caerse en un pozo de barro. Al cabo, la vida es una colección de ausencias. Más o menos dolorosas, pero la existencia sólo es un catálogo de despedidas y de vacíos dejados por amores que quedaron atrás. Pero uno no se sobrepone a la nostalgia por mucha experiencia que se tenga. Y una vez que eso ocurre, el vivir pierde lustre y la piel se mancha de una añoranza que no se va con jabón ni con colonia; el respirar se hace pesado, como si una tonelada de polvo invadiera el aire; a uno se le llena de lodo el cuerpo entero.

- Tengo el corazón sucio- pensó-, sucio de su ausencia.

Sintió la necesidad de una ducha, de rodearse de agua limpia que le barriera la melancolía. Miro a sus pies que colgaban sobre la marea que subía y entendió lo que debía de hacer. Se inclinó hacia adelante y, mientras caía, deseó que el mar le limpiara el alma.


Los Templarios en la Península Ibérica

Los Templarios en la Península Ibérica (Círculo de Lectores, 2006) de Joan Fuguet y Carme Plaza es una obra cuidada, de alta calidad, rigurosa y espléndidamente editada. Contiene numerosísimas fotografías y gráficos y cubre la historia (desde los orígenes de la Orden hasta su desaparición tras el proceso inquisitorial al que fue sometida), los ideales religioso militares de sus miembros, una extensa descripción de los lugares geográficos y edificios donde se ubicaron, análisis arquitectónico y una extensa documentación histórica. Huye de los tópicos y aborda el tema con criterio científico. El que busque misterios y esoterismo no hallará aquí nada de ello. El libro también se hace eco de los avances técnicos en las encomiendas templarias, el contexto social y el arte de cada lugar. No falta un glosario y una extensa lista de bibliografía complementaria. Excelente para tener una visión adecuada de la historia templaria y de sus principales características en un único volumen. Impreso y encuadernado con estilo, gusto y calidad.


6/11/10

¡Alguna diferencia sí que habrá!





Las bibliotecas digitales serán el futuro. Así lo dicen los media. Algunas diferencias sí que habrá.





Biblioteca de Saint Florian:




Biblioteca del Senado en París :




Biblioteca Nacional de Praga :


Biblioteca de Sainte Geneviève:



Biblioteca de Bella Arti:






Biblioteca de la Abadía de Waldassen:




Biblioteca del Trinity College:


Biblioteca de la Abadía de Metten:



Biblioteca del Monasterio de Wiblingen :






Biblioteca de la Abadía de Saint Gallen:





Biblioteca digital futura: lectores digitales con capacidad de autopublicación. Expendedores de libros. Descarga de ficheros a través de la Red. Clusters de ordenadores sirviendo ficheros a millones de lectores:























5/11/10

CityFish


CityFish de J.R. Carpenter es una obra muy original, muy bien trabajada que relata de manera interactiva e inconexa un encuentro familiar. Es un relato digital corto, pero no por ello menos interesante, que se desarolla en una única hoja, en un mapa de eventos., sin saltos entre páginas ni tiempos perdidos de carga. Un escenario horizontal, mucho más ancho que la pantalla del ordenador, contiene toda clase de elementos, desde texto (que es el hilo conductor principal y, por tanto, estamos hablando de literatura plena) hasta videos, mapas, mashups, pequeñas aplicaciones (como la que permite convertir la temperatura entre grados celsius y farenheit, un gadget que viene al hilo de la historia puesto que la protagonista, Lynne, viaja de una Canadá métrica a unos EEUU con medidas británicas), enlaces hipertextuales e hiperposicionales, fotografías, gráficos, textos en grafías no latinas, etc. Un trabajo cuidado. Un mapa lector amplio en el que cada elementos puede parecer desperdigado (lo están) pero en el que el usuario no se pierde ya que todo acaba por tener sentido. Su mayor valor, sin duda, la originlaidad. La obra ha tenido el apoyo de la Canada Council for the Arts.

4/11/10

Tristano



En 1964, el escritor italiano Nanni Balestrini escribió su novela Tristano. Este autor formó parte de la neo-vanguardia italiana de los 60 junto a figuras tan célebres como Umberto Eco o Sanguineti. En el año 2007, Balestrini publicó una revisión del Tristano que si bien es un trabajo en papel, puede considerarse digital. ¿Por qué? Mediante el uso de ordenadores y de ciertos algoritmos combinatorios puestos a puntos por la Xerox, logró que todas y cada una de las copias impresas fueran distintas mediante la inclusión de un capítulo único diferente. En concreto, 2000 libros en su primera edición , publicados por Derive Approdi. Y habría la posibilidad de tener unos 120 billones de variaciones, un hyper Oulipo. Si uno compra la novela y la lee no habrá leido lo mismo que los otros 1999 lectores que habrán saboreado una historia distinta, más o menos alejada de la anterior. Aparte de la curiosidad informática que esto representa, esta forma de proceder, este romanzo multiple genera debates sobre la propiedad intelectual, sobre el papel del autor (en cuanto a pulir un texto versus ofrecer un multiverso de ellos más o menos afortunados) y en cuanto a comparar versiones para ver cuál es acertada y cuál no. En cualquier caso, esta revisión poliédrica de la novela nunca podría haberse realizado sin la colaboración necesaria de la informatica combinatoria.










Poole Literary Festival



Se acaba de cerrar la recepción de trabajos digitales del
festival literario Poole que se ha convocado en colaboración con la The Media School at Bournemouth University.

Los finalistas son:


Premios profesionales:

Naomi Alderman con The Winter House
Katharine Norman con Yes Really
Christine Wilks con Underbelly
Alan Bigelow con My Summer Vacation
Jim Andrews con On Lionel Kearns
Anna Pitt con The 02 tales

Premios a estudiantes:

Lorenza Samuels con Evidence
Emily Hollingsworth con Anonymous





3/11/10

Algunas razones por las que un libro en papel gana a los electrónicos en los viajes





El lector de libros electrónicos es cómodo, pesa poco y permite albergar numerosos contenidos en su memoria. En un viaje, estas tres cualidades son altamente atractivas. Cualidades que también pueden atribuirse a un tablet ya que la peor visibilidad bajo el sol poco afectaría dentro de un avión o de un tren. Acaso, un mayor cansancio de la vista

Entonces, ¿Por qué tan pocos viajeros llevan un lector de e-books o un Ipad y, por el contrario, muchísimos llevan un libro en papel? Algunas de las razones son:


- En un vuelo, por ejemplo, los aparatos electrónicos deben desconectarse durante periodos considerables. Desde que se cierran las puertas del avión hasta que se alcanza la altitud de crucero (este tiempo puede llegar a ser de una hora o más si la fase de taxiing se alarga; desde que se inicia el descenso hasta que el avión queda aparcado en el terminal (una media hora); en ciertos momentos en que el capitán pide que se apaguen los dispositivos por alguna interferencia o por motivos de seguridad (ahora en algunas compañías se prohibe el uso de elementos electrónicos durante la última hora de viaje por motivos de seguridad, sobre todo si se sobrevuelan los Estados Unidos); etc. Por otro lado, cuando sirven las comidas, hay que apagar todo porque simplemente no hay sitio, excepto que renunciemos a comer (lo cual, dada la calidad de los menús en las compañías áeras no es ninguna mala idea). Si se está leyendo en un laptop, hay que apagarlo cuando los pasajeros se echan a dormir ya que cuando el pasajero de delante reclina el asiento hacia atrás es físicamente imposible tener abierto el ordenador (excepto que uno sea lo suficientemente afortunado para volar en business class). En un vuelo, digamos de Madrid a Chicago, de 9 horas, en casi la mitad no podriamos leer nada. Es de lo más usual ver a pasajeros trabajar en el ordenador y, cuando se prohibe hacerlo, coger el libro en papel.

- Las baterías pueden agotarse. Es cierto que un lector de tinta electrónica consume muy poco y es cierto que los nuevos tablets pueden aguantar diez horas con una batería. Pero esto ocurre con baterías nuevas. Con el tiempo (desgraciadamente, muy poco tiempo), las baterías se degradan y es de lo más habitual tener que apagar cualquier aparato porque la batería se acaba. O, alternativamente, llevar varias en la maleta con el engorro de peso que supone y con la casi siempre doble inspección al pasar por el punto de seguridad.

- Los dispositivos que se promocionan con lectura desde la nube fallan casi siempre porque, hoy por hoy, no hay cobertura WIFI en muchos lugares, ni en túneles ni en la mayoría del espacio aéreo (al menos, a un coste razonable). Tengo experiencia directa de no poder leer en un tren de alta velocidad durante el 90% del trayecto porque la conexión en los túneles no se mantiene. Algo similar ocurriría en el metro. Mientras la conexión WIFI no sea global, el leer desde la nube no es razonable. Por último, el precio en roaming es muy elevado.

- Normalmente, hay una tendencia a no facturar o, en vuelos largos, a meter todo lo indispensable- que es mucho- en el equipaje de mano por si nos pierden la maleta. Así, casi siempre, el maletín va repleto y, además, se trata con poco cuidado. Hay que apretarlo en los compartimentos superiores o lo aprieta otro pasajero que llega después y empuja hasta acomodar su maleta. O va bajo el asiento delantero, aprisionado entre hierros y pies. La consecuencia de todo ello es que lo que va dentro del maletín se deforma, se comprime, se calienta. El papel lo aguanta bastante bien. El libro convencional puede curvarse, o arañarse, o deformarse, pero sigue valiendo. El dispositivo electrónico se rompe. Algo similar ocurre cuando nos entra sueño y dejamos el libro en el bolsillo del asiento siempre repleto de revistas, propsectos de seguridad, la botella de agua, los restos de la comida, la manta y la almohada. Un libro lo aguanta todo. Un lector, un teléfono, una calculadora, se estropean (un ordenador ni siquiera entra en tan poco espacio y, o molestamos a los vecinos, o lo dejamos sobre nuestras rodillas).

- Algunas veces nos olvidamos de cosas en el avión. Si es un libro, seguramente no pasa nada. Una pérdida de 15 €. Si es un lector digital o un Ipad son varios cientos de euros. Un libro incluso te lo devuelvan. Un aparato electrónico, muy improbable (al menos a mí me ha ocurrido ya en dos ocasiones y no ha habido almas generosas que lo hayan devuelto).


- Las restricciones por área geográfica son un problema. Supongamos que me he comprado el dispositivo lector en Europa y, una vez en América, quiero descargarme un libro. En muchos casos, simplemente no podría porque el sistema reconocería que el hardware es europeo o que la conexión roaming pertenece a un usuario europeo.