7/2/19

Soneto






En cada uno de nuestros encuentros,
en tu mirar sereno descubría
el profundo amor que me conmovía
y la dulce pasión en mis adentros.

Si alguna vez tuvimos desencuentros
recuerdo que de todos aprendía
y cada uno de mis sueños se cumplía
abrazándote en cada reencuentro.

Contigo transitaba por la vida
confiado en tu guía y tu compás,
y cuando se acercaba la partida

de pronto te abrazaba por detrás
y te rogaba, así, a mí bien ceñida:
por favor, ¡tan sólo un instante más!





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