30/1/10

IPad

Se presentó, entre focos, entertainment y marketing intensivo, el prototipo del IPad de Apple que merece una reseña en este blog no por ser un gadget de moda más sino por su prometido uso como libro electrónico. No es fácil tener una opinión aún, porque no está a la venta ni uno puede sentirlo y probarlo en una tienda. Se parece a un Iphone grande pero, en realidad, es más un ordenador de capacidades muy limitadas, embellecido estéticamente con un diseño de moda. No tengo claro a qué mercado se dirige porque no es un teléfono y porque, por el precio que tiene, uno puede adquirir un ordenador mucho más potente. Y, ciertamente, es mucho más caro que un lector e-book tradicional. Y por tamaño, desde luego, para llevar en el bolsillo no es.

Su sistema operativo tendrá las mismas limitaciones que el del Iphone y por tanto quedará lejos de las prestaciones de un laptop (velocidad, multitarea, sistema de archivos por carpetas, compatibilidad con Mac OS X o Windows, correrán sólo aplicaciones dedicadas, etc.). Sin un SO potente, y tan cerrado como el que incorpora, podrá ejecutar un procesado de texto no exigente, acceso a Internet, juegos sencillos, pequeñas utilidades como las desarrolladas para Iphone, correo electrónico y poco más. Funciones que se podrán ejecutar más cómodamente que en un IPhone pero a costa de un aparato que pesa 5 veces más y es 4 veces más grande. Por lo que parece tiene una interactividad escasa con dispositivos externos ya que se basa en la misma filosofía que el Iphone que depende de software propietario para conectarse (nada de USBs estándar, salidas estándar de vídeo, etc.). Respecto a la conectividad vía Internet esta es alta en cuanto a hardware (3G, WiFi,etc. ) pero no en cuanto a software (parece que no se visualizarán las animaciones en FLASH por ejemplo).

Todo lo anterior serán aspectos a evaluar al compararlo con un laptop.

¿Y con un e-book? Al ver el Ipad y sus prestaciones limitadas la primera idea que viene a la cabeza es que, precisamente, su aplicación más real será de la lector de libros electrónicos. Un lector que incorpora algunas funciones de ordenador más que un ordenador que incorpora funciones de lectura. El lanzamiento simultáneo de la tienda online iBooks apunta a esta idea. Además, ya se han cerrado acuerdos con varias editoriales como la McGrawn Hill.

Lo primero que hay que señalar es que se trata de una pantalla LCD y por tanto se aleja de la tecnología más novedosa en lectores de libros electrónicos, ya que es un display emisor que tiene los problemas habituales (cansancio de la vista, consumo relativamente elevado, poca visibilidad bajo luz ambiente elevada) y las ventajas habituales (color, rapidez de refresco, vídeo). Esta elección – más propia de un laptop que de un e-book - afecta singularmente a la batería. La duración que se publicita de la misma es de 10 horas. Probablemente, en la realidad práctica, será bastante menos y en cualquier caso está muy por debajo de la duración que tienen la e-ink convencional o las nuevas técnicas que se están desarrollando. La resolución de la pantalla es de 1024 x 768 que para un e-book es suficiente (pero no para un ordenador) en formato 4:3 antiguo. El Ipad saldrá al mercado con 16, 32 o 64Gb de memoria y en este aspecto gana por goleada a los e-books actuales (el Kindle, por ejemplo, incorpora 2Gb). Como libro electrónico, Ipad tiene las ventajas propias de que también es un ordenador (por ejemplo, podríamos escribir y actualizar nuestro blog), leer obras que incorporen vídeo, etc. Y la gran desventaja de que su pantalla cansará la vista.

Además, en lo que se refiere a la literatura digital (y a su conexión a Internet), se verá limitado si no permite visualizar Flash, etc. Habría que esperar al advenimiento de HTML5 para poder crear literatura digital legible en el dispositivo.

En definitiva, mi opinión es que es demasiado caro para lo que ofrece. Si costara 100€ sería otra cosa.


1 comentarios :

Luis A. dijo...

El coste de los contenidos va a ser mucho más caro que en Amazon si consideramos las descargas telefónicas.