El artista holandés Thijs Biersteker ha creado un experimento muy interesante que pretende trasladar la última tecnología de reconocimiento facial al libro. En este trabajo, la portada del volumen está llena de sensores que detectan la expresión del rostro del lector que quiere leerlo. Si el algoritmo de reconocimiento de emociones concluye que dicho usuario está muy interesado o, por el contrario, muestra una mueca de escepticismo, el libro permanece bloqueado y no puede abrirse. Si detecta que la expresión es de interés neutro, entonces se desbloquea y puede leerse.
El sistema utiliza una combinación de dispositivos de reconocimiento facial y bloqueos electromecánicos basados en Arduino.
El libro, así, deja de ser juzgado por el lector como es habitual sino que él juzga al lector.
Un experimento encargado por el Art Directors Club holandés.
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