El colapso de la globalización y la reinvención del mundo, (RBA, 2012) de John Ralston Saul es un ensayo sobre la economía mundial, sobre las relaciones de poder económicas y sobre las falacias que se han convertido en dogmas para justificar políticas económicas neocon.
Ralston niega, prime- ramente, que la crisis sea sólo financiera asegurando que es mucho más profunda y sistémica, que se produce por el propio concepto globalizador con unos poderosos (escudados bajo el anonimato de "los mercados") que buscan únicamente maximizar sus posesiones aunque ello suponga transferir recursos ilimitadamente de los menos favorecidos a los más ricos, en una especie de entropía negativa, una negación de la ley natural. Defiende- con razón- que sería mucho más lógico rescatar a los ciudadanos de sus deudas, de sus hipotecas, de sus problemas que rescatar a los bancos porque estos sólo acumulan esa riqueza para beneficiarse a sí mismos y agravar la crisis, mientras que los ciudadanos la usarían para activar el flujo económico. Critica que conceptos como deuda, prima de riesgo o déficit hayan sido sacralizados cuando realmente no son mas que entelequias que surgen de un mal reparto de la riqueza. Ralston niega la religión del crecimiento indefinido, el dogma de los beneficios cada vez mayores, de la santidad de la deuda o de la intocabilidad de los contratos comerciales. Y, afirma, esta ceguera puede poner en riesgo la misma democracia como ocurrió tras la I Guerra Mundial. El dinero, para el autor, es ficticio, una entelequia que superior en 150 veces al comercio real, algo que han inventado los financieros para que otros paguen sin que realmente sea reflejo de riqueza real.
En segundo lugar, Ralston reflexiona sobre una élite y una casta de economistas y políticos que no son capaces ni de predecir el futuro ni crear estrategias de crecimiento sostenido adecuado ni siquiera de explicar lo que ha ocurrido, unos dirigentes mediocres. Ralston no reniega del capitalismo pero aboga por volver a la raíces, a Adam Smith ya que la senda actual nos está abocando a justo lo contrario de lo que se pretendía evitar. Volvemos a los oligopolios, a las aristocracias, a las grandes diferencias en el reparto de la riqueza, al desempleo, al mercantilismo y al esclavismo.
Un soplo de aire fresco y de alternativas a lo establecido, un loable intento de pensar críticamente.
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