29/9/08

¿Quién es Luis Durán?

¿Quién es Luis Durán?, de Pello Gutierrez (http://www.unav.es/digilab/proyectosenl/0001/final/luisduran/) es un sencillo relato digital, realizado como proyecto universitario, que narra la trama de la desaparición de un hombre y su búsqueda por la policía. Es entretenido y los saltos del hipertexto permiten acceder a tramas paralelas, a pistas y a datos. A noticias de periódicos sobre el suceso, incluso. El lector puede – a través de un mapa que permite no perderse en el laberinto de textos – interesarse por el desaparecido, por ex compañera o por el inspector que lleva el caso. Es entretenido aunque su calidad literaria sea la justa para un trabajo de este tipo.

La obra permite ser leída linealmente, como si de una novela convencional, se tratara o bien de manera interactiva a través del mapa hipertextual.


Armonías

¿Sabes? Hoy alguien me preguntó si sería capaz de describir lo que más me gusta de tu cuerpo. Cuando regresaba, caminando por la alameda, pensé que no sería capaz de elegir nada en concreto porque no hay nada que destaque más que el resto. Eres tú toda, la sinfonía que crea todo lo tuyo, cada rasgo bien temperado de ti misma lo que me transporta al espacio extenso del deseo que siento por ti.

Podría haber dicho que era tu piel, que parece estar hecha para mi tacto. O tus manos que encajan milimétricamente en las mías a tal punto que me siento amputado cuando no te llevo enlazada en mí. O quizá sea ese gesto, de indefensa niña, con el que miras cuando te acurrucas en mi regazo a la vez que yo lo hago en el tuyo. Protegidos cada uno en el otro, bajo la muralla de afectos que nuestro abrazo crea. Podría haber dicho que son tus pechos que tanto amo, que tanto disfruto; o tu pubis húmedo ante mi excitación; o tus muslos entre los que dejas que me refugie; o tu espalda a la que me abrazo en la noche oscura sabiendo que, si mi mejilla se apoya en ella, el universo restante puede esperar. O será quizá tu pelo negro que peino con mis dedos. O serán tus labios que buscan los míos y que sacian mis anhelos por ti.

No sé qué será. He buscado a veces esos ojos, ese pelo, esa espalda, esa mirada en otras mujeres y ninguna posee siquiera algo que se le aproxime. Necesito el acorde de tu cuerpo, completo, con todas sus notas. Si faltara una sola de ellas, se rompería tu armonía.

Twilight, a Symphony

Twilight, A Symphony (1996), de Michael Joyce es un hipertexto ya bastante antiguo que narra dos historias conectadas a través de sus personajes. Puede adquirirse en http://www.eastgate.com/catalog/Twilight.html . En una, el protagonista Hugh huye con su hijo del que no tiene la custodia a un resort de vacaciones donde conoce a unos refugiados polacos. En la otra, el mismo Hugh busca al doctor Twilight para salvar a su compañera Magda. Ambas sirven a Joyce para hablar de la nostalgia del pasado, del hogar de la infancia y de la añoranza por la familia.

El uso del hipertexto permite al autor crear un entramado complejo de recuerdos y reflexiones en donde se mezcla lo real con lo onírico, el diálogo con el ensayo. Joyce se hace eco de la controversia acerca de las bondades o no del hipertexto y cita, engarzándolos en la trama, a críticos del hipertexto haciendo aparecer, incluso, a escritores como Eco y Goodard conversando sobre el asunto.

Joyce no propone un hipertexto ciego, tan abierto que no conduzca a nada. Por ello plantea un interface con dos pantallas. En una se muestra el texto mientras que, en la otra, se muestra el mapa en donde el lector puede situar dentro del contexto global aquello que en un momento determinado está leyendo. También se añaden elementos multimedia que no son puramente decorativos sino que son relevantes en la historia, como imágenes, voces, música, sonidos, etc.
La obra fue programada en STORYBOARD y por ello debe leerse en ese entorno (http://www.eastgate.com/storyspace/index.html )

26/9/08

Cent mille milliards de poèmes

Cent mille milliards de poèmes (http://x42.com/active/queneau.html) de Raymond Queneau(1961) es un generador aleatorio de poemas en tres idiomas, francés, inglés y sueco. En concreto, el programa genera sonetos de 14 versos a partir de una biblioteca de diez versos de idéntica rima. Dado que el resultado está predeterminado por estos versos escritos por un ser humano, el resultado en términos de construcción de estrofas , ritmo y rima es siempre correcto. Las combinaciones posibles son 10 elevado a 14, de ahí el título.

Ahora bien, literariamente, el resultado es muy pobre con sonetos que, en definitiva, no dicen nada. Pero fue una primera toma de contacto - en 1961- de lo que se podía pensar en hacer.

E-poetry

Barcelona será el escenario de la E-Poetry Festival (http://www.uoc.edu/in3/hermeneia/e-poetry_barcelona_09/eng/presentacio.html) que se celebrará entre el 24 y el 27 de Mayo del 2009 en la sede de la UOC (www.uoc.edu) , bajo los auspicios del Grupo Hermeneia (http://www.uoc.edu/in3/hermeneia/cat/ ).

El festival tiene una doble misión. Por un lado es un evento académico con conferencias que analizarán el desarrollo de la poesía digital y la literatura hipertextual en general. Por otro, es un espacio donde autores de todo el mundo presentan sus poemas digitales al público en diferentes lugares culturales de la ciudad, como el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (http://www.cccb.org/en/) .

Hasta el mes de diciembre pueden remitirse trabajos para su evaluación y potencial selección

State of the blogosphere

Technorati (http://technorati.com/blogging/state-of-the-blogosphere/) ha publicado su habitual boletín State of the blogosphere en donde evalúa la situación de los blogs en la Red. Es muy complejo determinar el número total de blogs que existen en la Red porque las estadísticas varían y porque en algunos países las cifras son muy imprecisas.

Otra pregunta clave es qué es un blog. La frontera entre los blogs y las páginas web convencionales (main stream web) es cada vez más borrosa. Por otro lado, la gran mayoría de los blogs son simples experimentos, flores de un día, que algunos individuos realizan en un momento determinado para probar o para hacer un examen o para jugar. En su último informe, correspondiente a Agosto del 2008, Technorati estima que hay 133 millones de blogs en la red pero de ellos sólo 900.000 son actualizados diariamente y otros 600.000 lo son cada semana. Siete millones de blogs son actualizados una vez cada cuatrimestre. Como se ve, la gran mayoría, más de 120 millones son simple basura cibernética, residuos de pruebas o páginas caducadas. De todo el universo de blogs, menos de 100.000 en todo el mundo son accedidos por un número significativo de personas y casi todos ellos pertenecen además a instituciones u organismos no unipersonales. Resulta bastante evidente que el optimismo sobre la capacidad de un blog como vehículo de comunicación de individuos particulares no está justificado. Es cierto que se estima que casi 350 millones de personas leen algún blog pero son más lecturas mutuas entre un pequeño grupo de conocidos que blogs que realmente atraigan a un número de personas que tenga un peso específico digno de mención. Y, a efectos de lo que para este blog es importante, el número de blogs que puedan considerarse como literariamente interesante para un mínimo número de personas es insignificante (y entre ellos no está por supuesto este blog).

Aproximadamente, el 3% de los blogs se escriben en español, la misma cifra que logra el italiano, un 36% en inglés, un 37% en japonés y un 8% en chino. El farsi tiene ya más del 1% de proporción. La dificultad alfabética hace que casi la mitad de los blogs sean inaccesibles a la otra mitad especialmente en el sentido de Este a Oeste ya que pocos occidentales leen caracteres orientales (sin embargo, muchos orientales leen caracteres occidentales).

El problema de los spam blogs (splogs) sigue creciendo y se estima que se crean entre 3000 y 7000 nuevos splogs cada día. Un splog es un blog creado con el único propósito de hacer publicidad o, lo que es más común, autopromocionarse creando links artificiales y llamadas falsas entre blogs para que el que realmente importa suba en la posición de los buscadores.

Otro fenómeno interesante es el de los FaceBooks que están tomando un auge mayor que los blogs. Ya hay más de cuarenta millones y estos sí parecen ser actualizados con mayor frecuencia.

24/9/08

Violines

Cuando las cosas le empezaron a ir mal, Harald se refugió en el ron. Pero el alcohol no apagaba su angustia por la ausencia de aquella piel de mujer. Sólo la apaciguaba por unas horas para retornar, con cada amanecer, más virulenta que nunca, como la resaca que sigue a un mal tomar. Las cantinas que abrían hasta tarde en el West Levy fueron su hogar durante unos meses hasta que sus dueños, cansados de fiarle, comenzaron a no dejarle entrar. Se hizo amigo de la luna que alumbraba su vagar sin rumbo, conoció a las prostitutas que discutían con sus chulos, siguió con la vista las decenas de ambulancias que cada noche trasladaban la muerte de barrio en barrio, sintió el frío del otoño que llegaba y amigó con los marinos que desembarcaban en el puerto. Desperdició las horas observando cómo los rascacielos iluminados se recortaban contra la calima que subía desde el río, recorriendo una y otra vez, infinitas veces, su silueta. Lo prefería a tener que enfrentarse a los espectros de su habitación.

Una noche en que llovía finamente y las luces amarillentas de las farolas dibujaban recuerdos agrios de aquella mujer, recordó su violín que hacía años que no tocaba. Su madre se había empeñado en que diera clases cuando era pequeño y no lo hacía mal. Lo había olvidado por completo durante años. El recuerdo del hogar cálido y protector le hizo desear aquel violín que le traía recuerdos que le confortaban. Al llegar a su casa, lo buscó. Le costó encontrarlo y, cuando lo hizo, le fue casi imposible afinarlo. Aún así, tomo el arco, curvó sus dedos huesudos y apretó las cuerdas. Fue más un chillido molesto que una nota pero él continuó arrancando sonidos del instrumento hasta que los vecinos empezaron a gritarle que no eran horas y que se fuera al infierno. Por algún motivo, aquella noche durmió mejor. Repitió sus intentos al día siguiente y al día siguiente y al día siguiente, entre la cada vez mayor indignación de los inquilinos de los otros pisos.

Poco a poco, noche a noche, los ruidos estridentes fueron desapareciendo y sus manos y su pulso tornaron a encontrar el lugar exacto en el mástil, el arco fue girando hasta el ángulo apropiado y las cuerdas comenzaron a vibrar obedeciendo a las leyes de la armonía. Sonaba bien el violín de Harald. Dejó de oír protestas y dejó de flirtear con el ron. Desarrolló un inusitado temor de perder el instrumento o de que se lo robaran, o de que algo le ocurriese a sus manos o a sus brazos. Tanta era su obsesión que llevaba el violín consigo a todos lados. Algunos días en que las borrosas imágenes de ella volvían a acercarse, no esperaba a llegar a casa y, en cualquier esquina, lo extraía del ajado maletín y, simplemente, interpretaba lo primero que a su mente se le ocurría. Algunos transeúntes, incluso, le echaban algunas monedas aunque él nunca pedía. No vendía su música a los demás. La necesitaba para sí mismo.

Una tarde, sentado en la esquina de la cuarenta y tres con la sexta, intentaba que un scherzo de Schubert fluyera melodioso. Era difícil. Al menos para su talento que sabía que no era mucho. Así que se sorprendió al comprobar que oía armónicos, dobles notas, contrapunto y acordes puros que sostenían su melodía. Abobado, miró al violín y miró sus dedos.

- No mires a tus dedos – oyó a su derecha- ¿puedo acompañarte?

Se llamó idiota a sí mismo en una décima de segundo. A su lado, había otro hombre, modestamente vestido, tocando otro violín. Y, a todas luces, aquel otro individuo era más hábil que él mismo. Harald, aún no repuesto de la sorpresa, no supo que contestar y se limitó a seguir tocando. El otro hombre intuyó que eso era un sí y le acompaño en la segunda voz. Y, por Dios, que juntos sonaban maravillosamente.

- ¿Una mujer? – preguntó el otro.
- Una mujer- respondió Harald.

No hablaron mucho nunca. No era necesario. Sólo podían contarse mutuos y similares desamores, abandonos y pérdidas. No hacía falta hablar del ron o del brandy, del mal llegar a final de mes o de las tabernas malolientes. Ni de las table dance donde por diez dólares una plastificada bailarina intentaba levantarles el ánimo sin derecho alguno a roce. No hablaron nunca de aquellas dos mujeres ni de cómo eran ni de lo bellas que seguían viéndolas en sus recuerdos agitados. Sólo llegaban a la misma hora a aquella esquina que ya era suya. Apoyaban su barbilla sobre la madera, se miraban y afinaban con un la. Uno, cualquiera, tocaba un tema, el otro le seguía y a los pocos minutos habían marchado ambos a otro mundo, a un teatro de la vida donde aquellas mujeres no podían hacerles mal.

Ana

ANA, de Beatriz Echeverría
(
http://www.unav.es/digilab/proyectosenl/0001/final/ana/) es un relato digital centrado en la figura de Ana y tres personajes más. El lector interacciona con el mismo en base a seleccionar el comportamiento de la protagonista (si este ha de ser positivo, melancólico o ingenuo). Así, a lo largo de los capítulos puede ir variando de un estado de ánimo a otro o, incluso, leer cómo la narración varía dentro de un mismo capítulo en función de qué se desee para la protagonista. Es una obra muy sencillita, de valor literario modesto, que fue realizada dentro de un trabajo universitario.

23/9/08

Paris está jodido...y otros 30 relatos de viaje

Mi relato Atardecer de mojo verde y cilantro ha sido incluido en el libro de cuentos Paris está jodido...y otros 30 relatos de viaje que recoge los seleccionados de entre los presentados al III Concurso de relatos breves de viajes, organizado por Vagamundos (http://stores.lulu.com/carlosolmo), lo cual agradezco.


El relato es una visión personal de la isla de Lanzarote y sus gentes.

18/9/08

Llibre d'absències

Llibre d’Absències ( Edicions 62- Empúries, 1997) de Miquel Martí i Pol es una maravilla. Un poemario que hay que leer. Un análisis de la muerte, de la despedida de los seres queridos, del dolor, de la aceptación del mismo y la apuesta por el futuro de vida aún cuando haya desaparecido el ser querido.

Emociona. Emociona profun
damente. Es una visión serena, que vive la ausencia y ama la vida a pesar de todo, porque “és vivint que puc pensar-te i fer-te créixer amb mi”. La aceptación de la muerte, no por justa u olvidada, sino por amor a la memoria del ser querido que es digna de ser recordada. Una vida que no sólo es para mí que sigo viviendo sino para que ella viva aún más en el recuerdo. Un libro de afirmación de la posición humana del poeta frente a la muerte. Poemas que parten, sí, de una experiencia personal pero que inmediatamente son parte de la experiencia vital de cualquiera que haya sufrido una muerte cercana. Una elegía, sí, pero también un canto de amor.

El fluir del texto no cae nunca en lo patético y, sin embargo, estremece. No cae nunca en el tremendismo y, sin embargo, angustia su dolor. No cae en la ingenuidad de minimizar la muerte y, sin embargo, es esperanzador. Profundamente emocionante.


Los novios búlgaros

Los novios búlgaros (Tusquests, 1995) de Eduardo Mendicutti es una novela llena de ironía que combina una reflexión sobre la inmigración clandestina, la prostitución masculina y el submundo en que se mueven muchos inmigrantes. En ocasiones tierna, a veces absurda, su prosa es imaginativa y amena. Siempre con una escritura que no cae jamás en nada escabroso y que cuestiona con inteligencia el concepto de moral.

La historia en sí misma es un tanto estereotipada con esos caracteres de chapero heterosexual que se aprovecha hasta la impiedad y el del hombre entrado en años ingenuo y dispuesto a hacer cualquier cosa por su deseo.

El inicio d
el libro está muy logrado y es realmente divertido. Luego, la trama se va repitiendo y uno se cansa del búlgaro tan poco humano y desaprensivo, y del maduro tan buenazo y ciego ante la realidad que, incluso, acepta, compartir su deseado con la novia de este y le ofrece cualquier capricho.

17/9/08

Atasco

Durante lustros los medios de comunicación y las autoridades fueron avisando que el aumento constante de vehículos colapsaría las carreteras. Al principio, se intentó atajar el problema construyendo más autopistas, ensanchando las existentes y creando todo tipo de caminos. Pero el crecimiento de los individuos que compraban un coche era más acelerado. Comprar un coche, si se tiene el dinero, precisaba de una breve visita al concesionario. Trazar una autopista, aún con mucho dinero disponible, necesitaba años. Poco a poco todo el terreno vial se fue llenando de coches, camiones, carros, motocicletas hasta que, un buen día, el mundo se percató de que estaba sumergido en un gran atasco.

El ser humano es acomodaticio. Quizá por eso ha conseguido dominar la naturaleza. Si la fortuna le es propicia, prospera. Si le es adversa, se acomoda, y prospera también. Hasta en las guerras, la humanidad avanza en términos médicos, científicos o inventivos. Y, cuando se llegó al gran colapso, el hombre también se adaptó.

Las autoridades, siempre ágiles en la toma de decisiones, adaptaron las leyes a la nueva situación. Si las cosas eran como eran, había que regularlas. Los radares, por ejemplo, se reajustaron para detectar a aquellos que iban demasiado lentos ya que agravaban el problema. Se perdían de dos a seis puntos dependiendo de la gravedad de la falta. Un conductor que, por ejemplo, tardara más de dos segundos en arrancar cuando el semáforo se ponía en verde o cuando la caravana avanzaba un metro, era inmediatamente detectado por las ondas electromagnéticas, fotografiado y sancionado con multa y quita de puntos.

Muchos conductores salían por la mañana hacia su trabajo sin saber exactamente qué día llegarían. Por eso, el mercado de los automóviles sufrió una renovación profunda. La velocidad, la potencia del motor y el reprise dejaron de tener importancia porque nunca podrían utilizarse. Por el contrario, los diseñadores crearon auténticos hogares rodantes. Camas King Size dentro del vehículo, cocina, servicio y ducha, televisor y, en fin, todo aquello que permitiera hacer más llevadero el atasco. Los frigoríficos de dos puertas capaces de almacenar comida para una o dos semanas son cada vez más solicitados porque esa es la duración del atasco medio.

El examen del carnet de conducir sufrió también modificaciones fundamentales. Ya no se preguntaba quién cedía el paso a quién o cuál era la velocidad límite, preguntas todas ellas inútiles. Al contrario, los tests se aseguraban de que el futuro conductor fuese paciente, que supiera conducir con los ojos cerrados mientras echaba una cabezadita, en cómo preparar una comida básica dentro del vehículo, etc. Asimismo, toda la población recibió intensivas clases de medicina dado que las ambulancias no podían circular. Si una parturienta intentaba llegar a un hospital cuando rompía aguas, era necesario que alguien le asistiera allá mismo porque, de otro modo, el niño estaría ya en edad de ir a la guerra antes de que hubiera podido llegar a la maternidad.

Las agencias de viajes se adaptaron a los tiempos. Dado que era imposible llegar a ninguna playa o a ninguna montaña, las agencias traían el paisaje al lugar donde uno estaba atascado. Por medio de helicópteros especialmente adaptados, colocaban pinturas de paisajes marítimos rodeando al vehículo y esparcían una buena cantidad de arena por debajo de él, de modo que el usuario podía hacerse la ilusión de que había llegado.

Los fabricantes de neumáticos fueron los más perjudicados en un primer momento. Normalmente, en el pasado, se cambiaban cada 30.000 km. Pero, con el atasco global, se precisaban varios milenios para hacer ese recorrido y desgastarlos. Tras unos años de crisis, la norma fue modificada para hacer que los neumáticos duraran tan sólo diez kilómetros. El usuario, feliz, se hacía así a la idea de que seguía usando su automóvil a buen ritmo. El cambio, como casi todo, se hacía también por medio de helicópteros.
El precio de la gasolina siguió alto porque, aunque no se consumía apenas para circular, se gastaba mucha en los sistemas automáticos y el aire acondicionado de los coches.

Sandra y Matías se conocieron en un atasco en la autopista A-345. Un año después, ya casi doscientos metros más adelante, se casaron con asistencia de numerosos automovilistas que, por azar, les rodeaban aquel día. Hoy, han avanzado en su vida. Están ya dos kilómetros más adelante en la ruta y tienen ya tres hijos. Pronto cumplirán sus bodas de plata y son felices.



14/9/08

Cuentos de la Malá Strana

Cuentos de la Malá Strana (Espasa Calpe, 2000), del checo Jan Neruda es una colección de once cuentos que se desarrollan o tienen que ver con el célebre barrio de Praga de Malá Strana.

Son historias cercanas, verosímiles, realistas. Aún cuando fueron escritas en 1870, son narraciones que mantienen su actualidad, básicamente porque hablan de las relaciones humanas y de sus sentimientos, los cuales no cambian con el paso del tiempo.

El nexo de unión de todos los cuentos es el barrio que queda magistralmente descrito, así como son perfectamente representados sus habitantes, de todas las clases sociales, de todas la clases morales. Y en este representar el barrio y sus gentes, Neruda caracteriza también fielmente la condición humana.

Muchas de las historias son mundanas y, aún así, trascienden esa cotidianeidad por el exquisito trabajo de delineación social y humana que el escritor consigue.


Caosflor



Caosflor, de Pedro Valdeolmillos,
(http://www.epimone.net/pieces/caosflorcat/index.html ) es una obra digital que simula un comportamiento fractal del texto. A medida que se va avanzando en la lectura, las diferentes frases parecen surgir de un único atractor y se parecen mucho entre sí. Finalmente, llega el caos que se materializa como una toma de control por el propio ordenador.

Aunque algunas de las frases que surgen son realmente interesantes y poéticas, la obra tiene un valor literario más viene escaso ya que muchas otras son anodinas y/o porque muchas otras se presentan tan rápidamente que no se pueden leer. La interactividad es asimismo escasa.

Y, no obstante, atrae. Uno se queda viendo lo que ocurre (más como juego que como literatura) y quizá este es su mayor valor. Los atractores de las funciones fractales puede que surjan de esa repetición anodina de frases de entre las cuales, de mucho en mucho, surge una sentencia interesante que vuelve a captar nuestra atención.

La obra, breve, es en catalán.

Literatura interactiva infantil

El 2 Azul, de David Carter, es un libro infantil no digital (puesto que se publica en papel por Combel Editorial, 2006) para niños. Si merece una entrada en este blog es porque se trata de un primer pasito para que los futuros lectores entiendan la no linealidad.

En este librito, el niño- o el adulto, porque llega a ser adictivo, tiene que encontrar el camino que le conduce al 2 azul. Las esculturas de papel que se despliegan tienen pequeños textos que dan pistas sobre cómo llegar al tesoro del 2 azul.

La lectura nunca será igual. Cada vez, se seguirá un camino distinto y el niño lector interacciona con el libro haciéndolo siempre diferente. Es decir, lo que se persigue en muchas obras digitales adultas.

Una curiosidad.

Desnuda

La luna, grande y hermosa como siempre se pone cuando debe iluminar un cuerpo de mujer, proyecta una luz amarillenta hacia la ventana de tu habitación. Está abierta y el viento del verano tardío, aún cálido, agita las cortinas para presentarte a las estrellas. Hay muchas luces en el cielo que pueden ser astros o pueden ser ojos fisgones que se asoman desde el cosmos.

Y, precisamente, esa incertidumbre te gusta. Te recreas pensando en que te observan.

Estás desnuda y la luz de la luna te recorre suavemente. Se detiene en tus muslos que se abren para recibirla, en tu pubis depilado y húmedo, en tu vientre que palpita, en tus pechos ansiosos y en tus labios que buscan.

Tumbada sobre la cama, giras sobre ti misma, como exhibiéndote de manera triste y despreocupada ante el universo infinito.

Los hombres de las estrellas lejanas, lascivos porque todo es lascivo en la creación cuando tú te exhibes, te miran y te desean. Y tú te contorsionas ante ellos en el escenario que ilumina la luna y cuyo telón son las cortinas que baten tu estancia.

Orphée aphone

Orphée aphone, del holandés Patrick Burgaud, (http://www.aquoisarime.net/orphee/orphee.html) , es una obra digital que aúna texto (el cual puede ser impreso en forma de libro lineal convencional) con sonidos e imágenes. Se trata de un relato en torno al Loira que simula el Orfeo y Eurídice. Fue presentado al público en el International festival e-Poetry del año 2003 en Morgantown (USA).

Aquí, el lector es Orfeo que debe salir de su infierno particular mediante las instrucciones de Eurídice. A priori, el lector no sabe qué hacer. La obra se va creando en función de sus acciones por lo que la interacción es básica en esta obra. Como si se tratara de un juego, el lector debe ir encontrando y solucionando pistas (que pueden ser desde imágenes a fragmentos poéticos) lo que le va llevando por un recorrido iniciático a través del río.


13/9/08

Agrippa (a book of the dead)

Agrippa (a book of the dead) fue un libro creado por William Gibson y Dennis Ashbaugh en 1992 que tenía la particularidad de ser distribuido en un floppy de 3.5” y que se autodestruía una vez que se leía por primer vez. En la versión en papel, el libro estaba impreso con tintas sensibles a la luz que también se degradaban pronto y dejaban de verse. Se trataba de un breve poemario electrónico y esta evanescencia (http://biblumliteraria.blogspot.com/2008/08/evanescencia-de-la-literatura-digital.html) de la obra buscaba reforzar la evanescencia de la que hablaban los poemas.

La idea en sí misma era muy interesante (aunque no necesariamente un desarrollo digital ya que, como se ha citado, en papel se podía obtener casi el mismo efecto aunque un poco más lento) pero nunca quedó claro si los potenciales lectores estaban dispuestos a pagar un dinero por leer una obra una única vez. Por muy espectacular que ello fuese.


Mayr@ I.

Mayr@ I. , de Julia Juliá, (que puede verse en http://es.geocities.com/novelashipermediales/PORTADA.htm) es un hipertexto en red que sí basa su estructura en la narración, en el texto literario. No es, desde este punto de vista, un experimento de hiperactividad o de efectos especiales sino que tiene una historia que contar, lo cual es de agradecer.

Estructurado en un prólogo y tres actos, la obra permite saltar entre la trama principal y tramas anexas que están escondidas en diarios de los protagonistas, simulaciones de mails que se envían los personajes entre ellos, y pensamientos al margen. Hay también mucha metaliteratura con numerosas llamadas a citas de otras obras.

Es una obra muy interesante aunque su interfaz es demasiado sobria, aburrida incluso. Entre el exceso multimedia y nada, puede haber un punto medio.

12/9/08

Shadows never sleep

Shadows never sleep (Las sombras nunca mueren) es una pequelña obra digital de Aya Karpinska para IPod. Puede descargarse en:
http://technekai.com/shadow/shadow.html

Se trata de un relato infantil, en blanco y negro con poco valor literario y un poco más intercactivo y que focaliza sus encantos en zooms y mezcla de fuentes de letras. Pero para estar programado en un IPod es un experimento curioso.

La noche en blanco

El próximo 13 de Septiembre, de 9 de la noche a 7 de la mañana del domingo, se celebrará La noche en blanco en que , a lo largo de varios lugares de la capital, se muestran una serie de espectáculos novedosos de diversas artes:

Entre ellos, y dentro del ámbito de la literatura digital, la UOC (www.uoc.edu) propondrá una inmersión lectora en distintas obras y tipos de literatura digital:
(http://lanocheenblanco.esmadrid.com/lanocheenblanco/es/evento/97) en base a obras de Deena Larsen, Jason Nelson, Stephanie Strickland, Stuart Moulthrop, Rui Torres, Camille Ütterbach, Nicolas Clauss, María Mencía y Talan Memmot. La sesión será liderada por los profesores Laura Borrás y Carlos Lindín. Durará desde las once de la noche hasta la una y media aproximadamente.

11/9/08

En medio de ninguna parte

En medio de ninguna parte ( Mondadori, 2003) del nobel John Maxwell Coetzee es una novela que, usando como instrumento la vida de una mujer que vive en medio del desierto junto a su padre y sus criados, habla de la soledad y del derrumbe moral sudafricano.

El autor utiliza una técnica complicada por la que la narradora- la protagonista- teje muchas historias que se van entremezclando en un laberinto que exige del lector un importante esfuerzo de atención para ir ligando las diversas realidades y los sentimientos.

La historia, en realidad, la completa el propio lector con la percepción de la soledad irreductible contra la que combate el ser humano sin éxito.


10/9/08

Entonces, cuando aún llovía

Una mañana más, se despertó demasiado pronto. Hacía mucho que no conciliaba el sueño por más de cinco horas. Quizá desde que Mauro había muerto y la cama se le antojaba demasiado grande y vacía. Nunca había llegado a entender por qué su mundo se había ido desintegrando, poco a poco. Ella, él, sus vecinos, su ciudad habían hecho su vida sin perjudicar a nadie y, sin embargo, parecía que Dios les había olvidado para siempre.

Miró por la ventana. Aún había estrellas arriba pero el calor era sofocante. Como cada día. Como cada noche. Aquel maldito calor que sofocaba la existencia. A Sara le dolían los huesos. En otro tiempo, hubiera pensado que eso era síntoma de que iba a llover pero ahora sabía que era sólo el dolor de un cuerpo viejo y solitario. Con pasitos cortos, fue hasta la cocina y tomó un vaso de agua. Estaba caliente. Hasta el siguiente sábado no podría conectar su refrigerador ya que la energía se les concedía por turnos muy rigurosos. Les habían dicho que los pantanos que alimentaban las centrales hidráulicas se habían vaciado, hacía ya tiempo, y que el gobierno había implantado el racionamiento de electricidad en todo el país.

Creyó sentir la presencia de Mauro en la casa. Creyó oír aquel vozarrón con el que le decía que la quería. Aquellas manos, campesinas y grandes, que le abrazaban la cintura mientras ella preparaba la ensalada que tanto le gustaba. Miró a la foto de la alacena. Estaban guapos en aquella foto. Se la hicieron durante la feria de otoño, entonces, cuando aún llovía. Fueron felices aquel día. Sara recordaba muy vivamente cómo se montaron en la noria y cómo bailaron en la plaza. Fue muy divertido. A la mitad del baile, empezó a llover a cántaros pero ellos siguieron danzando bajo el chaparrón. Recordaba el pelo empapado de Mauro y las gotas que le caían por las mejillas. ¡Estaba tan bello! Se besaron apasionadamente bajo aquel diluvio, tentando sus cuerpos bajo las ropas mojadas. Fue aquel día de la feria, entonces, cuando aún llovía. Luego, al llegar a casa, hicieron el amor. Esa era otra de las ventajas de la lluvia. Había que quitarse la ropa mojada para no coger un resfriado y, para ellos, eso siempre acababa en placer. Sara sonrió al pensar en aquella noche.

¡Pero hacía tanto tiempo que no llovía! Recordaba que los periódicos habían empezado a hablar de un cambio en las corrientes del mar y de algo que llamaban calentamiento global. Eran noticias perdidas en las páginas interiores de los diarios y ni Mauro ni ella les hicieron nunca mucho caso. Al fin y al cabo, ellos no calentaban nada. Eran sólo dos personitas en un gran mundo. Y la publicidad sobre la necesidad de ahorrar energía o de reciclar su basura sólo eran mensajes vacíos. Siempre pensó que eran pagados por empresas que querían incrementar su negocio. Mauro y ella eran insignificantes y sólo deseaban vivir su pequeña historia. Exactamente igual que el resto de las pequeñas vidas que componían su ciudad y todas las ciudades del mundo. Nunca imaginaron que la suma de todas aquellas existencias fuese, realmente, la que movía el planeta.

Poco a poco, los veranos se hicieron interminables y el calor era insoportable incluso en invierno. Era difícil amarse sudando tanto. Llegaban tan cansados y agotados a la casa que apenas tenían fuerzas para decirse nada. Y Sara dejó de preparar aquellas ensaladas que tanto gustaban a Mauro por el simple hecho de que dejó de haber tomates y lechugas. Se fueron separando sin darse cuenta. Siempre le amó, eso era verdad, pero el cariño, la ternura y la pasión eran tan escasos como la lluvia.

A Mauro le cambió el carácter. Llevaba mucho peor que ella la falta de agua. Miraba, cada día, al cielo buscando unas nubes que jamás aparecían. Aunque era poco religioso, llegó a salir en procesión aquel Agosto en que todo el pueblo sacó a San Eustaquio hasta la ermita del collado. Pero Dios nunca les escuchó. Y la vida de su marido se fue derritiendo en el sofoco, en la angustia de perder un mundo que nunca se hubo de perder.

Miró, nuevamente, la foto. Quizá fue el último día en que fueron realmente felices. Bailando bajo el chaparrón. Aquel lejano día, cuando aún llovía.

Se levantó de la silla y su esqueleto le recordó, una vez más, lo vieja que era y lo sola que estaba. Ya amanecía y, sin duda, iba a ser un día muy caluroso.
Tenía pocas ganas de vivirlo. Estaba cansada. Le agobiaba la rutina diaria. Andar hasta la estación con los dos cubos. Recoger el agua que traía el camión cisterna y volver a casa. Comer aquellos alimentos secos que eran los únicos que podían conservarse. Beber agua caliente.

Estaba tan cansada de su vida como lo estaba Mauro cuando, voluntariamente, se dejó morir. Su marido quiso marchar porque el mundo le era ya incomprensible. Tampoco ella lo había entendido, ni ninguno de sus vecinos, hasta que ya fue demasiado tarde. Mauro nunca comprendió qué había ocurrido. No entendió que se le muriera la tierra que trabajaba, que hubiera dejado de salir agua por los grifos, que el cielo siempre estuviera azul o que ya no le apeteciera amar a Sara bajo las sábanas. Se extinguió sin protestar. Cuando falleció, no era ya aquel hombre bello que aparecía en la alacena, con el rostro mojado. En aquella foto que se hicieron entonces, cuando aún llovía.

Sara cogió los cubos y salió de casa. Debía ir a por su diaria ración de agua.


9/9/08

Santoña la mar

Mi relato La noche del océano ha recibido accésit de publicación en el XIII certamen de relatos Santoña la mar, lo cual me honra y agradezco infinitamente.

El escritor mexicano Christian Fernández Alonso fue galardonado con el primer premio con su relato Cien brazas. La entrega de premios se celebró en el Teatro Casino Liceo de Santoña el pasado 29 de Agosto en un acto en que actuó la Coral Portus Victoriae y se realizó un reconocimiento al escritor Leopoldo Rodríguez Alcalde, fallecido el año pasado.

Los miembros del jurado que se encargaron de reconocer la mejor obra presentada fueron: Hélio Godar, Marisa Redondo Figuero, Juan Haya Martínez, José Manuel Cabrales Arteaga, José Ramón Sainz Viadero y Juan Rangel García. El Certamen literario ‘Santoña la Mar’ fue promovido por Dionisio García Cortazar y los distintos concejales que han pasado por el consistorio han continuado celebrándolo hasta la fecha.

Los girasoles ciegos

Los girasoles ciegos (Anagrama, 2004) de Alberto Méndez es un gran libro de relatos. Emociona. Y emociona con historias reales, o al menos verosímiles, cercanas, de lectura directa y de entendimiento profundo. Sin necesitar recurrir a trucos oníricos ni a rarezas. Sencillo, pero no exento de una enorme profundidad simbólica pero de símbolos cercanos, encarnados en nosotros cada día. Es la vida, la vida trágica que nos envuelve una vez y otra también, es la reacción del ser humano con su miedo y su heroísmo mezclados a partes iguales, la vida de seres vencidos que, a la postre, lo somos todos.

El libro, estructurado en cuatro relatos entrelazados entre sí y desarrollados en la postguerra de nuestra guerra civil (el último, el más elaborado, da nombre al libro) es de una prosa cuidada, exquisita en la que cada párrafo está labrado a la perfección y se contiene a sí mismo. Como muchas veces ocurre con las grandes obras, su autor murió sin apenas haber paladeado su éxito que, hoy, es incuestionable y merecido.
¿Y la película? lean el libro, mejor.

6/9/08

Una contemporánea tragedia de Caldesa


Inspirada en “La Tragedia de Caldesa” de Joan Roís de Corella, escritor valenciano del siglo XV, esta contemporánea Tragedia relata la desventura amorosa de cuatro vidas en una misma noche. Joan, Caldesa, Roís y Aurora sufren de amores.

Una contemporánea tragedia de Caldesa (Félix Remírez, 2007) se desarrolla en una noche de la primavera de Valencia. Cuatro vidas que se entrecruzan entre las seis de la tarde y las cinco de la madrugada del día siguiente. Siendo caracteres distintos, con vidas sociales, culturales y económicas diversas se encuentran, sin embargo, inmersos en el mismo drama. La futilidad del amor. La decepción y la tragedia que el enamoramiento conlleva. Decepción siempre presente. Ahora, en nuestro siglo, igual que cuando escribiera la original tragedia, Joan Roís de Corella, más de cinco siglos atrás.

Una vez se inicia la lectura, el lector pierde el control.

En esta obra, el lector no es libre de elegir lo que puede leer, cuando le apetezca leerlo. Por el contrario, su posición es la de un espectador que está sobrevolando la vida de los personajes y es capaz de saber lo que les acontece, pero que no puede detener su vida ni retrasar los eventos que se narran. No puede cerrar el libro y posponer la lectura hasta otro día. Está fuera de la historia y no la controla. No puede pararse a meditar. No puede elegir el momento en que leer un determinado capítulo. El tiempo transcurre. Inexorablemente. Al igual que en la vida real, el reloj corre deprisa y, o se está en el sitio adecuado en el momento preciso, o ya no se puede estar. El formato digital, por así decirlo, toma el mando.



El tiempo de la historia está acelerado respecto al tiempo real. No se pretende que el lector deba pasar toda la noche en vela siguiendo, en paralelo, la noche de los personajes. Pero, aún así, ese tiempo virtual del cuento es coherente y cuando las cosas pasan ya no vuelven a pasar. A cierta hora – digamos, por ejemplo, las once de la noche del tiempo de la historia- podemos estar leyendo qué le está ocurriendo a Caldesa, o quizá a Joan, o a Aurora, en ese mismo momento. E, incluso, su entorno es igual si están juntos y tienen los mismos diálogos leamos a uno u otro, como no podía ser de otra manera. Pero, a la una de la mañana, ya no podremos leer qué les ocurría a las once. Y, si por ejemplo, hemos optado por leer que le ocurría a Caldesa, quizá no nos dé tiempo a saber que le ocurre a Joan en ese mismo instante.

La diferencia con un libro convencional es, por tanto, notable porque, en aquel, el lector puede volver sobre sus pasos cuando lo desee y puede tomarse todo el tiempo del mundo para leer un capítulo. En esta historia digital, por el contrario, la vida de los personajes se nos aparece independiente y dinámica. Fluye por sí misma y sólo podemos seguirla o dejarla pasar.

Ciertamente, el lector puede reiniciar, desde el principio, la lectura lo cual es como un volver atrás en el tiempo, como poner el reloj a cero. Y, en esa nueva lectura puede seguir un camino distinto al anterior. Hay caminos similares y los hay muy distintos, acumulando en total billones de posibles combinaciones en la manera de leer toda la historia. A los personajes les ocurrirán las mismas tragedias. Pero nosotros podremos ver unas u otras cosas, podremos saber de unos u otros sentimientos, según nuestra elección en cada instante.

La lectura de la tragedia digital se da en una sola pantalla, tal como se observa arriba. Omnipresente, el reloj que avanza. Es el que marca el transcurso temporal de la historia. El reloj avanzará independientemente de la voluntad del lector y una vez que haya pasado cierto intervalo de tiempo, ya no podremos leer nada de lo que ocurrió con anterioridad. No decimos cuan largo es ese intervalo. El lector deberá descubrirlo por sí mismo y, si es de lectura demasiado sosegada, puede ocurrirle que sólo pueda saber unas pocas cosas de las que les ocurre a unos pocos personajes.

En la zona inferior de la pantalla existe un pequeño menú con unas pocas opciones:

a) La posibilidad de enviar comentarios, ideas y sugerencias al autor. b) La posibilidad de reiniciar la lectura desde el principio. Este botón es el que nos convierte en dioses que pueden trasladarse hacia atrás en el tiempo y volver a ver la vida, aunque siempre desde un punto de vista distinto.c) Terminar la lectura.

La zona izquierda tiene unos iconos que representan a los personajes. Al pulsar encima de uno determinado se nos muestra lo que a esa persona determinada le está ocurriendo en ese momento determinado. Si leemos rápido, quizá podamos conocer un par de historias correspondientes a esa hora. Y, deberemos dejar el resto para una futura lectura desde el inicio.
En la zona central – la más amplia- se muestra el texto.

Paralelamente a la trama principal, la propia tragedia digital toma el control de los contenidos en ciertos momentos. Y, así, nos propone mediante ventanas adicionales, fragmentos de la tragedia original que se presentan en el idioma en que fue escrita, sin traducción al castellano.
Algunos detalles más. El botón “atrás” está inhabilitado. Es lógico que así sea porque el tiempo transcurre y la historia controla su propio ritmo. Ciertamente, un lector muy experimentado en el uso de la informática podrá rodear este obstáculo pero pensamos que no debería hacerlo. Se trata de disfrutar de un texto digital, no de demostrar la capacidad técnica del lector.

Además, existen algunos enlaces gráficos en cada uno de los textos.

Esta obra ha sido seleccionada para figurar en el Portal de Literatura Electrónica del Instituto Cervantes. Puede accederse aquí




5/9/08

Ciberliteratura

Aprovechando las reflexiones que en su día se hicieron en el congreso Interliteral (Jaén, 2007) el ensayista mexicano Gonzalo Soltero analiza cada una de las conclusiones a las que se llegó en el congreso, con una crítica razonada, interesante y profunda. Puede leerse en http://www.fondodeculturaeconomica.com/prensaImprimir.asp?art=10832 .

En el artículo, publicado en El Ángel de la Reforma, el autor tiene la gentileza de citarme afirmando que “que las historias sean buenas, que haya verdadera literatura en la literatura digital, es la clave de su futuro desarrollo”. Lo que me recuerda el post
http://biblumliteraria.blogspot.com/2008/06/existe-la-literatura-digital.html.



4/9/08

Bacterias argentinas

Bacterias Argentinas, del autor Santiago Ortiz (http://moebio.com/santiago/bacterias/#) es una obra en que se mezclan la aleatoriedad de textos con su pronunciación sonora. Simula un mundo de bacterias cuyo componente son frases o palabras. Al interaccionar entre sí, uniéndose o fagocitándose, forman nuevas frases que, a su vez, vuelven a interaccionar.

La interface es 3D y el usuario debe ir seleccionando núcleos en un espacio simuladamente tridimensional. Si una “bacteria” es particularmente exitosa en su mundo virtual irá “engordando” o, lo que es lo mismo, aumentando la longitud de su texto. Una de estas bacterias virtuales sólo puede crecer (“fagocitar" a otra) si su palabra final es concatenable con la inicial de otra en una sentencia con sentido. Si, por el contrario, pasa el tiempo sin lograrlo, pierde palabras llegando eventualmente a extinguirse.

Es una obra entretenida de manejo por un rato y el usuario puede creer estar jugando a uno de los innumerables juegos digitales existentes. Literariamente, sin embargo, las frases que se van formando son en gran medida irrelevantes de modo que casi nunca se tiene la sensación de estar leyendo (o escuchando) algo literario.

El grafismo 3D es interesante no obstante.

2/9/08

¿Dónde has ido?

La galerna de tu ausencia me arrastra,
       me asusta, estremece mis sentidos,
          agita el mastelero de mis convicciones.
              ¿no hay Dios, verdad?

Duele el cosmos vacuo, más vacuo y fútil desde que no estás tú.
       Abrasa la ausencia de tu tacto, del aroma a canela de tu pelo.

¿Por qué aún los días amanecen?
       Permaneceré dormido, Selene de mi alma, hasta que me visites.

                     ¿Dónde has ido, tierna amada?




La viuda

Se aburría de sus maridos. No podía evitarlo. En todas las ocasiones, se había enamorado honestamente, con pasión, confiando en que aquella vez fuera la definitiva. Pero aquel sentimiento se le evaporaba tras unos pocos días de rutina, baño compartido y almohadas disputadas. No escarmentaba con la experiencia. Bien se dice que el ser humano es el único de los animales que tropieza dos veces en la misma piedra. Ella había ya tropezado cinco veces.

Cada amor era nuevo y distinto. La experiencia anterior era barrida por un huracán de sensaciones y hormonas exultantes que anulaban cualquier capacidad de análisis que ella pudiera tener. Tras su tercer matrimonio se había obligado a escribir un diario en donde relataba anticipadamente lo que sabía que iba a ocurrir: peleas, aburrimiento, encontrarse con que el amado rostro de unos meses atrás era un pesado insoportable… y, no obstante, había pasado por ello una cuarta y una quinta vez. El último, un tal Amadeo, le duró un poco más. Incluso, cuando habían pasado ya doce meses llegó a ocurrírsele la idea de que podría morir al lado de aquel hombre y de que su historia con él podría durar para siempre. Malsano pensamiento que se la pasó a los trece meses, sólo uno después, cuando una tarde de primavera soleada le vio roncar en la tumbona que tenían en la terraza. Súbitamente, se preguntó cómo un espécimen tan horripilante podía haber estado ocupando sus pensamientos durante tan largo periodo. Estaba allá, emitiendo aquellos gruñidos, con una panza que no era lo plana que ella creía haber visto hasta entonces y que subía y bajaba acompasadamente como si la de una foca polar se tratara. La boca semiabierta, con un hilillo de baba que le bajaba hasta el cuello. Los brazos colgando a ambos lados. Los pies descalzos y cayendo a un lado, como los de un monigote de trapo. Se le veía feliz al individuo – ya no podía pensar en él como su marido- en aquella innoble condición. Tenía que hacer algo y sabía qué era lo que debía hacer. Lo mismo que hizo en las cuatro ocasiones anteriores.

Y es que, en el fondo, ella era una romántica.

Aquella tarde preparó la cena y sacó de su bolso aquella botellita que siempre guardaba con ella. Era muy eficaz. No tenía sabor y los efectos eran rápidos. Colocó unas flores y unas velas encendidas con olor a vainilla que era el que a él más le gustaba. Y es que ella era detallista hasta en esos momentos, los últimos momentos. Se visitó con aquel traje largo negro, escotado, y le llamó a cenar con un beso. Si había que hacerlo, no tenía por qué ser desagradable.

La sopa de crema estuvo deliciosa y el vino, blanco y fresco, les hizo mirarse con ternura. Él comió poco tenderloin pero era suficiente. Ella vio como se disculpaba por aquel inoportuno dolor de estómago. Pensó que sería innecesario esperar a los últimos estertores que, en cualquier caso, serían breves, de modo que llamó ya al doctor con aquel tono de esposa angustiada que ve como su marido, de pronto, se pone muy enfermo.

Se preocupó de que en el funeral hubiera muchos ramos y de que asistiera gran cantidad de amigos y conocidos. Lloró desconsoladamente y recibió el pésame y los abrazos de los más allegados. Algunos se extrañaron de que deseara enterrarlo en el cementerio de Santa Marcelina, junto al acantilado que daba al océano. Dijo que era la última voluntad del finado aunque, sobre todo, se debía a una razón económica. Ella era muy sentimental y gustaba de poner flores en la tumba y de mantener vivo el recuerdo del amante que se fue. Era más fácil y barato tener a los cinco juntitos en un mismo sitio.

1/9/08

Cómic digital

Una de las posibilidades de la creación digital es el cómic, aún cuando la validez artística de esta combinación está cuestionada.

Partiendo del comic tradicional, en papel, viñetado, con los bocadillos de diálogos y su estructura rectangulada, caben varias aproximaciones.

La primera es la simple digitalización del cómic que, de hecho, fue la primera alternativa que se trabajó. Esta simple digitalización no aporta realmente nada nuevo. Los dibujos, inicialmente, se seguían realizando en papel para ser escaneados. El corazón del cómic quedaba, como siempre, circunscrito a la historia, al estilo y calidad del dibujo y al desarrollo de los personajes.

Posteriormente, se usó – y se usa aún con profusión- el ordenador para ¿mejorar? la estética de los propios dibujos. Colores más sólidos, perspectivas más realistas, trazos novedosos, diseño mediante vectores en vez de píxeles, texturas, granulaciones, simulación tridimensional, etc. Esta nueva estética tiene también sus detractores porque, en algunos casos, se están realmente simulando fotonovelas que quedan, por lo general, lejos de la calidad literaria que muchos cómics clásicos tienen.
Además, el sólo uso de la edición digital nos acerca más a los efectos especiales que a la literatura. Al fin y al cabo, el Corsario de Hierro, el Capitán Trueno, Tintín, Axterix, o Corto Maltés no entraron en nuestras vidas por la perfección del dibujo o de la perspectiva sino porque sus personajes, sus historias, y la expresividad de las viñetas eran magníficas. Por ejemplo, cabe citar aquí el escaso éxito de los álbumes de Tintín basados en las películas digitales en comparación con los clásicos.

Existe un problema importante en lo que respecta a la lectura digital del cómic. Las resoluciones de las pantallas son reducidas (muy reducidas respecto al papel impreso) y ello hace que sea difícil leer una página en la pantalla. La mayoría de las propuestas intentan saltar este problema mostrando una zona muy pequeña de la historia en comparación con el cómic tradicional. Bien sea media página o un cuarto de página o, más habitualmente, aprovechar la pantalla del monitor para mostrar una única viñeta, dimensión en la cual ya puede conseguirse un detallismo apropiado (un ejemplo, por ejemplo en http://www.darkhorse.com/zones/wotw/wotw_popup.php?p=0 ). Pero esta forma de presentar el cómic pierde la contextualización que tiene el medio clásico en donde casi todos los aficionados al mismo reciben algo más que la historia viñeta a viñeta. El pattern global de las viñetas en la página, su distribución, su entrelazado, es un factor importante en la lectura de un cómic que se pierde si lo leemos viñeta a viñeta, sin ponerlo en el contexto global. Por ejemplo, puede leerse un comentario en http://zuzi.wordpress.com/2008/01/20/%C2%BFcomics-digitales-o-en-papel/

Cuando, además, el cómic se pretende distribuirlo vía Internet los dibujos tienden a hacerse esquemáticos, sencillos, de modo que los ficheros sean de pequeño tamaño y sea fácil transmitirlos. Es como pasar del detallismo de los dibujos animados más clásicos a algunos japoneses en los que todo queda fijo excepto una mano que se mueve aquí y allá.

Aún con todo, estas formas citadas de aproximación digital al cómic son realmente poco novedosas en lo fundamental.

Más interesante, desde un punto de vista de avance conceptual, es el uso de elementos multimedia embebidos en la historia. Sonidos, notas al pie, fotografías, voz, etc. Por ejemplo, Metal Gear Solid 2: Bande Dessinee, (http://www.scorezero.com/2008/05/30/los-primeros-18-minutos-del-nuevo-comic-digital-de-mgs2/) es un cómic que se desarrolla viñeta a viñeta (una de ellas se muestra en la fotografía que acompaña este post) en donde los diálogos, además de aparecer en el bocadillo tradicional, se oyen y donde las viñetas se mueven a la manera que uno puede hacer presentaciones de fotos con programas del tipo ProShow Producer.

Otra posibilidad es la de incorporar video a cada viñeta o bieninteractividad a cada viñeta. En este marco, sigue viva la discusión de si esto es un cómic o una película, o un juego.

También, puede pensarse en un cómic en que cada personaje pueda seguirse de manera independiente en función del gusto del lector, como si de varios cómics enlazados se tratara, algo que no podemos hacer un uno convencional. Podríamos así seguir a Maltés o al sospechoso al que persigue; elegir si seguir la pista de Tintín o la de la Castafiore cantando en Moulinsart.

Por fin, merece la pena también citar los intentos de crear el cómic infinito. En este tipo de creación, no hay varias páginas sino una única y de tamaño virtualmente infinito. Entonces, el usuario se va desplazando por ella, siendo la pantalla como la lente de un pequeño anteojo que va descubriendo una parte de ese lienzo enorme a medida que el lector lo mueve.
No está claro que este tipo de obras gusten a los lectores porque, en ausencia de guía por donde transcurrir, uno se pierde lo que puede gustar si sólo se valora la interactividad pero arruina la historia y su estructura interna en la mayoría de los casos. Por ello, algunas obras de este tipo disponen de flechas o guías para que el lector sepa a dónde dirigirse. Y, en tal caso, surge la inmediata pregunta de cuál es el valor añadido del lienzo infinito.

Probablemente, el desarrollo de nuevo hardware y de e-paper convincente hará cambiar el futuro del comic digital.

Dios no sale en la foto

Dios no sale en la foto (Editorial Funanbulista) de Jordi Bonells es un retrato de la guerra civil a través de recuerdos que, al principio, parecen inconexos pero que, poco a poco, van engarzándose en un todo coherente que emociona al lector.

Escrita en tres idiomas (el catalán en los diálogos de algunos de los protagonistas, el castellano como escenario principal de la guerra y el francés en que realmente se describe la trama ya que el escritor vive en Francia) es una novela de prosa rica, en la que Bonells dibuja la complicidad del hijo que narra con el padre que combatió en la batalla.

Puede desconcertar quizá la libertad narattiva en la que se mezclan la primera persona, con el relato en ocasiones de los propios personajes e, incluso, de ese Dios ausente que permite la barbarie y que no sale en la foto como el título indica. Un Dios, por otro lado, que interviene en la trama, al modo de los dioses mitológicos que juagaban con las vidas de los seres humanos.