Giró a la derecha en el semáforo y confió en que la conversación no se cortara. Hablar desde el sin manos en aquella zona con poca cobertura resultaba siempre complicado.
- Feliz aniversario – le dijo, con una ilusión que incomprensiblemente se mantenía a través de los años.
- Feliz aniversario – contestó ella con un cierto matiz de sorna.
- ¿Te ríes? – pregunto él, al percibirlo.
- No, ya sabes que no. Pero es que eres un poco moñas, qué quieres que te diga. Tantos meses lo mismo.
- Pero es que yo lo siento así – su frase sonó casi a disculpa aunque no podía comprender porque habría de disculparse por amarla.
- Que sí, que sí, feliz aniversario – era evidente que ella no deseaba hablar del asunto- ¿Qué tal el trabajo?
- Bien, un poco estresado porque estoy preparando el viaje de la semana que viene y aún no tengo ni el visado. Ya sabes, las cosas siempre van despacio en los negociados.
- Seguro que te lo mandan para el viernes, no te preocupes. ¿Vas vía París?
- No, vía Munich. Parece ser que sale más económico. Voy a echarte mucho de menos – él volvió a intentar a hablar de ellos mismos.
- Ayyyy, me va a echar mucho de menos – contestó ella con un tono a medio camino entre la imitación de un niño pequeño y la broma.
- Pues sí, ya lo sabes. Tú, sin embargo, no me echarás de menos.
- Volverás enseguida – y él notó que ella había evitado decir que sí le añoraría.
- Ya, pero se me hace duro. Te quiero, necesito verte, charlar contigo, tu contacto, sentirte, dormir contigo.
- Estamos lejos, eso es todo.
- ¡Pero te quiero! – casi gritó al afirmarlo.
- Ya encontraremos una fecha – y él notó que ella había evitado decir que le quería.
- ¿Sabes que te quiero, verdad? – insistió.
- Sí, lo sé – y a él se le achicó el corazón por no lograr que ella lo dijera.
- Bueno, tengo que dejarte, estoy llegando a casa del cliente – le parecían siempre tan cortas las conversaciones con ella -. Te quiero.
- Un besoooote – alargó la o como si así resultara más cercana.
- Te quiero- repitió él.
- Sí, venga, un besoooo – ella colgó.
Joder, cómo le dolía que le despidiera como a un amigo. Joder, cómo le dolía saber que en eso se había convertido.
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