En su día, ya mencionamos en Biblumliteraria cómo existían manuscritos carbonizados encontrados en Herculano.
Cuando la explosión del Vesubio en el año 79 a.D. destruyó Pompeya y Herculano, la nube piroplástica emitida sepultó en muy poco tiempo ambas ciudades, "congelando" la vida tal como se encontraba en esos instantes. Bien conocidas son las excavaciones que han encontrado multitud de seres humanos, animales y objetos petrificados instantáneamente.
En Herculano, un pariente de César, probablemente su suegro, tenía una biblioteca muy importante. Las cenizas sepultaron también los miles de manuscritos escritos en rollos que tal biblioteca guardaba, un tesoro histórico y literario. Tales documentos fueron encontrados en el siglo XVIII pero, cuando se intentaba desenrollarlos, se desmenuzaban en polvo porque eran eso, polvo petrificado. Sin embargo, en aquel polvo, en aquella piedra, estaban claramente visibles las marcas de tinta de las letras ya que los grados de combustión de papiro y tinta eran diferente. Puede verse el exterior, la última espira, pero no el texto de todas las espiras interiores que permanecen enrolladas. Desgraciadamente, no es posible desenrollarlos sin convertirlos en polvo, de modo que han permanecido esperando.
Hace poco tiempo, investigadores de la Universidad de Munich y del CNRS francés demostraron que era posible explorar esas espiras interiores mediante una técnica de tomografía de rayos X por contraste de fase (XPCT) que se usa en medicina interna. Esta técnica, además, permite el escaneo en 3D. Así, en los dos últimos años se ha procedido a la ardua labor de escanear toda la biblioteca.
¿Qué hacer ahora con tal cantidad de datos? Millones de puntitos más o menos negros, según fuera tinta o papiro lo carbonizado, codificados digitalmente, superpuestos de manera distinta según que esos puntos fuesen del exterior o del interior del rollo manuscrito. Es decir, un pajar de datos en el que buscar y ordenar las agujas.
Es aquí donde surge la iniciativa Vesuvius Challenge que propone el estudio de estos datos de manera descentralizada. El campeonato premia, con diversos premios menores y un "gordo" de 1 millón de dólares, al que logre programar un algoritmo capaz de discernir, de entre esas nubes de puntos, las letras y, además, de transliterar el texto. Sin duda, es una tarea propia de Deep Learning y los algoritmos que hayan de desarrollarse deberán utilizar técnicas de inteligencia artificial para discernir patrones en los puntos.
Los que participen, personas individuales o grupos, recibirán los datos de escaneos de rayos X tomados con una resolución de 8 µm de dos rollos de entre los encontrados en la biblioteca, así como imágenes de alta resolución de tres piezas de los papiros.
Seguramente, los equipos que se presenten deberán ser multidisciplinares puesto que al menos se necesitan especialistas en programación y especialistas en latín conjuntamente para poder vencer en el desafío.
En la primera fase, los participantes admitidos tendrán acceso sólo a la mitad superior de los rollos que les hayan correspondido y, tras cierto tiempo, si demuestran que son capaces de progresar en su lectura, recibirán la otra mitad restante.
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