Los correctores ortográficos están, hoy en día, ampliamente desarrollados y funcionan razonablemente bien, embebidos en procesadores de textos, navegadores, aplicaciones ofimáticas o teléfonos móviles.
No obstante, conocemos bien sus limitaciones que se concentran sobre todo en palabras que se escuchan igual pero que se escriben diferentemente porque llevan una tilde, porque llevan "b" o "v", etc. Especialmente, aquellas que se diferencian sólo en una tilde son generalmente obviadas por el corrector puesto que para el algoritmo, la palabra existe también.
Por ejemplo, en la frase "ayer el hombre empujó la silla", si "empujó" no lleva acento, muchos correctores no reconocerán el error ya que "empujo" ("Yo empujo") está también en sus diccionarios.
ChatGPT puede ser usado para hacer revisiones ortográficas. Para probarlo, he tomado un pequeño fragmento del célebre cuento de Bécquer, "El miserere". El fragmento original es:
Consecuente con mi manía, repasé los cuadernos, y lo primero que me llamó la atención fue que, aunque en la última página había esta palabra latina, tan vulgar en todas las obras, finis, la verdad era que el Miserere no estaba terminado, porque la música no alcanzaba sino hasta el décimo versículo.
Esto fue sin duda lo que me llamó la atención primeramente; pero luego que me fijé un poco en las hojas de música, me chocó más aún el observar que en vez de esas palabras italianas que ponen en todas, como maestoso, allegro, ritardando, piú vivo, a piacere, había unos renglones escritos con letra muy menuda y en alemán, de los cuales algunos servían para advertir cosas tan difíciles de hacer como esto: Crujen… crujen los huesos, y de sus médulas han de parecer que salen los alaridos; o esta otra: La cuerda aúlla sin discordar, el metal atruena sin ensordecer; por eso suena todo, y no se confunde nada, y todo es la Humanidad que solloza y gime; o la más original de todas, sin duda, recomendaba al pie del último versículo: Las notas son huesos cubiertos de carne; lumbre inextinguible, los cielos y su armonía… ¡fuerza!… fuerza y dulzura.
-¿Sabéis qué es esto? -pregunté a un viejecito que me acompañaba, al acabar de medio traducir estos renglones, que parecían frases escritas por un loco.
El anciano me contó entonces la leyenda que voy a referiros.
Hace ya muchos años, en una noche lluviosa y oscura, llegó a la puerta claustral de esta abadía un romero, y pidió un poco de lumbre para secar sus ropas, un pedazo de pan con que satisfacer su hambre, y un albergue cualquiera donde esperar la mañana y proseguir con la luz del sol su camino.
Su modesta colación, su pobre lecho y su encendido hogar, puso el hermano a quien se hizo esta demanda a disposición del caminante, al cual, después que se hubo repuesto de su cansancio, interrogó acerca del objeto de su romería y del punto a que se encaminaba.
-Yo soy músico -respondió el interpelado-, he nacido muy lejos de aquí, y en mi patria gocé un día de gran renombre. En mi juventud hice de mi arte un arma poderosa de seducción, y encendí con él pasiones que me arrastraron a un crimen. En mi vejez quiero convertir al bien las facultades que he empleado para el mal, redimiéndome por donde mismo pude condenarme.
Y lo he alterado, eliminado muchas tildes, cambiando bes por uves, añadiendo o quitando haches, ges por jotas, etc. de este modo:
Consecuente con mi mania, repase los kuadernos, y lo primero que me llamo la atencion fue que, haunque en la ultima pagina abía esta palabra latina, tan bulgar en todas las obras, finis, la berdad era que el Miserere no estaba terminado, porque la música no alcanzaba sino hasta el decimo bersiculo.
Esto fue sin duda lo que me llamo la atencion primeramente; pero luego que me fije un poco en las hojas de músika, me choco mas aun el observar que en vez de esas palabras hitalianas que ponen en todas, como maestoso, allegro, ritardando, piú vivo, a piacere, había unos renglones excritos con letra muy menuda y en aleman, de los cuales alunos servían para advertir cosas tan difíciles de hacer como esto: Crujen… crujen los huesos, y de sus médulas han de parecer que salen los halaridos; o esta otra: La cuerda aulla sin discordar, el metal atruena sin ensordecer; por eso suena todo, y no se confunde nada, y todo es la Umanidad que solloza y jime; o la más original de todas, sin duda, recomendaba al pie del ultimo versículo: Las notas son huesos cubiertos de carne; lumbre inestingible, los cielos y su armonía… ¡fuerza!… fuerza y dulsura.
-¿Sabéis qué es ezto? -pregunte a un viejesito que me acompañaba, al acabar de medio traducir estos renglones, que parecian frases escritas por un loco.
El anciano me conto entonces la leyenda que voy a referiros.
Ace ya muchos años, en una noche lluviosa y oscura, llegó a la puerta claustral de esta avadía un romero, y pidió un poco de lumbre para secar sus ropas, un pedaso de pan con que satisfacer su ambre, y un alberge cualquiera donde esperar la mañana y proseguir con la luz del sol su camino.
Su modesta colación, su pobre lecho y su encendido ogar, puso el hermano a quien se hizo esta demanda a disposición del caminante, al cual, después que se ubo repuesto de su cansancio, interrogó acerca del obgeto de su romería y del punto a que se encaminaba.
-Yo soy músico -respondió el interpelado-, e nasido muy lejos de aquí, y en mi patria gozé un día de gran renombre. En mi juventud hice de mi arte un arma poderosa de sedución, y encendí con el pasiones que me arrastraron a un crimen. En mi vejez quiero conbertir al bien las facultades que he empleado para el mal, redimiéndome por donde mismo pude condenarme.
Dado este texto a ChatGPT y solicitando que detecte, señale y corrija lo que esté mal, este es el resultado:
Aquí están las correcciones y las faltas de ortografía señaladas:
mania → manía
repase → repasé
kuadernos → cuadernos
llamo → llamó
atencion → atención
haunque → aunque
ultima → última
abía → había
bulgar → vulgar
berdad → verdad
decimo → décimo
bersiculo → versículo
llamo → llamó
atencion → atención
fije → fijé
músika → música
choco → chocó
mas → más
hitalianas → italianas
excritos → escritos
aleman → alemán
alunos → algunos
halaridos → alaridos
aulla → aúlla
Umanidad → Humanidad
jime → gime
ultimo → último
inestingible → inextinguible
dulsura → dulzura
ezto → esto
pregunte → pregunté
viejesito → viejecito
parecian → parecían
conto → contó
Ace → Hace
avadía → abadía
pedaso → pedazo
ambre → hambre
alberge → albergue
ogar → hogar
ubo → hubo
obgeto → objeto
e nasido → he nacido
sedución → seducción
el → él
conbertir → convertir
Texto corregido:
Consecuente con mi manía, repasé los cuadernos, y lo primero que me llamó la atención fue que, aunque en la última página había esta palabra latina, tan vulgar en todas las obras, "finis", la verdad era que el Miserere no estaba terminado, porque la música no alcanzaba sino hasta el décimo versículo.
Esto fue sin duda lo que me llamó la atención primeramente; pero luego que me fijé un poco en las hojas de música, me chocó más aún el observar que en vez de esas palabras italianas que ponen en todas, como maestoso, allegro, ritardando, più vivo, a piacere, había unos renglones escritos con letra muy menuda y en alemán, de los cuales algunos servían para advertir cosas tan difíciles de hacer como esto: "Crujen… crujen los huesos, y de sus médulas han de parecer que salen los alaridos"; o esta otra: "La cuerda aúlla sin discordar, el metal atruena sin ensordecer; por eso suena todo, y no se confunde nada, y todo es la Humanidad que solloza y gime"; o la más original de todas, sin duda, recomendaba al pie del último versículo: "Las notas son huesos cubiertos de carne; lumbre inextinguible, los cielos y su armonía… ¡fuerza!… fuerza y dulzura."
-¿Sabéis qué es esto? -pregunté a un viejecito que me acompañaba, al acabar de medio traducir estos renglones, que parecían frases escritas por un loco.
El anciano me contó entonces la leyenda que voy a referiros.
Hace ya muchos años, en una noche lluviosa y oscura, llegó a la puerta claustral de esta abadía un romero, y pidió un poco de lumbre para secar sus ropas, un pedazo de pan con que satisfacer su hambre, y un albergue cualquiera donde esperar la mañana y proseguir con la luz del sol su camino.
Su modesta colación, su pobre lecho y su encendido hogar, puso el hermano a quien se hizo esta demanda a disposición del caminante, al cual, después que se hubo repuesto de su cansancio, interrogó acerca del objeto de su romería y del punto a que se encaminaba.
-Yo soy músico -respondió el interpelado-, he nacido muy lejos de aquí, y en mi patria gocé un día de gran renombre. En mi juventud hice de mi arte un arma poderosa de seducción, y encendí con él pasiones que me arrastraron a un crimen. En mi vejez quiero convertir al bien las facultades que he empleado para el mal, redimiéndome por donde mismo pude condenarme.
El resultado es muy bueno, e incluso corrige fallos como "él" por "el", que un corrector típico no detectaría. O "llamó" por "llamo", que el propio corrector de Blogger, al crear esta entrada, no ha reconocido. Lo mismo cabe decir de "fijé" y "fije" que el editor de Blogger tampoco ha reconocido al editar la entrada, pero ChatGPT, sí. O, "más" y "mas", etc.
Igualmente, para un corrector habitual, las palabras en italiano propias de la terminología musical se marcan como incorrectas mientras que ChatGPT las reconoce como válidas en el contexto.
Un buen trabajo corrector de ChatGPT.
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