Había hecho calor durante todo el día. Quizá por eso ahora llovía, intensamente, bajo un cielo mucho más oscuro que lo que correspondía a esa hora de la tarde. Seguía haciendo calor. Susana se envolvió en la gran toalla verde que había comprado la semana anterior y salió de la ducha. Su mente giraba y giraba , sin poder concentrarse en nada. Había evitado , durante semanas, que aquel momento llegara pero ahora ya no cabía vuelta atrás. Iba a pasar la noche con él , sin importarle las consecuencias que ello acarrearía para su familia. No, no era cierto...sí le importaban las consecuencias. Mucho más de lo que cualquiera pudiera imaginar. Pero su anhelo y su deseo por Marc eran tales que no podía detener sus ansias de amarlo , de tenerlo entre sus brazos , de besarle y de hacer el amor .
Se secó y dejó caer la toalla hasta el suelo. Sin quererlo, su vista se fijó en el espejo. Allí, reflejado por los tres pequeños focos , vio su cuerpo. ¿Le gustaría a él? Aunque ya tenía 37 años y dos partos en su vientre, su figura era esbelta, sus pechos firmes y sus piernas no habían acumulado aún mucha grasa. Se recorrió a sí misma, tocándose en ocasiones para cerciorarse de que su piel estaba tersa. No podía evitar sentir una cierta excitación pensando que, en unas horas, él estaría sobre ella, dentro de ella; pensando en como sus labios se fundirían en el deseo mutuo, como sus dedos recorrerían todas las esquinas de aquel cuerpo amado y deseado. Intentó tranquilizarse. Oía los latidos de su corazón , acelerados, resonando allá dentro de sí misma, en un ritmo que era mezcla de excitación y amor.
Buscó en el armario su ropa interior. Dudó. No sabía qué ponerse. Quería estar excitante cuando él la desnudara pero tampoco quería presentarse de manera muy distinta a lo que era ella misma. Eligió las braguitas azules pálido y un sujetador también en tonos azules. Su marido siempre le había dicho que le sentaban muy bien. Se avergonzó al pensar en Tomás, su marido. Él no sospechaba nada. ¿Lo notaría mañana? ¿Su cara reflejaría lo que iba a hacer ? Sintió temor pero, nuevamente, su anhelo borró todo miedo en pocos segundos.
El traje que eligió era corto pero no excesivamente llamativo. Ciertamente, estaba elegante. Elegante y sexy a la vez. Se vio femenina, sensual, atractiva. Mejor. Así , Marc le haría el amor con más ganas. Se puso dos gotas de perfume bajo las orejas. Se miró por última vez en el espejo, hizo un mohín de complicidad consigo misma, y se dispuso a salir.
3 comentarios :
Me ha encantado. Muy sugerente.
Ana
Elegante. Sensual y elegante.
muy erótico
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