24/6/08

Vacaciones rotas

En un minuto. Miento, en un segundo he olvidado el apartamento, la revisión del coche, el día en que empiezan las vacaciones, la playa y nuestros planes. Todo se ha escurrido por entre el susto de mi alma cuando me has dicho el resultado de las pruebas.

Nos hemos abrazado. Sollozabas. Yo he intentado hacerme el duro, incluso bromear, con tal de animarte. Y tú, cariño, llevas ya casi una semana de soledad angustiada porque no querías asustarme contándome lo del bulto que te palpaste en el pecho, el domingo mientras te duchabas.
No sé cuánto rato hemos estado en silencio. Seguramente, ambos pensábamos lo mismo pero ninguno hemos dicho palabra, aparte del ‘todo va a ir bien’ que hemos repetido hasta que se ha grabado en nuestras mentes.

Tenemos que volver a la consulta el día 3, justo cuando debíamos salir para la playa. Cualquiera les dice a los niños, ahora, que no vamos. Y tendremos que inventar algo convincente para tus padres porque no quieres que se enteren de nada hasta saber, a ciencia cierta, qué va a pasar. Hace calor. Y eso no ayuda a estar tranquilo. Joder, qué mala suerte. Te quiero, cariño. Te quiero. No es justo que esto te pase a ti.

Tenías ilusión por estas vacaciones. Me acuerdo de cuando trajiste los catálogos esos de la Agencia. Te sentaste a mi lado, viendo cada página, mientras yo casi no te hacía caso. Ahora, me arrepiento de no haber compartido tu ilusión.

En un minuto o en un segundo. Da lo mismo, pero me he muerto de miedo. Me da miedo que llegue la noche y encontrarme a solas contigo, sin saber qué decir para no meter la pata. Me da miedo tener que palpar ese pecho que tanto he deseado y que, ahora, me parece extraño. Tengo miedo de desvelarme y pensar demasiado. Me aterra que tengas que sentir dolor y me enfado hasta el delirio con Dios. O quizá sólo sea cobardía disfrazada de amor y lo que, de verdad, me asusta es tener que pasarlo contigo.

Martita acaba de llegar. Ha dicho que va a preparar su mochila porque no quiere olvidarse de nada. Le has dado un beso y has ido con ella a su habitación. Como si nada pasara.

Estoy angustiado pero no quiero que lo sepas. Te quiero.

2 comentarios :

Anónimo dijo...

puedo dar fe, desgraciadamente, que esa angustia se siente cuando pasan estas cosas.
Has vivido eso?
Pedro M.

Anónimo dijo...

yo también he pasado por esto y es, como el relato refleja, angustioso.
Suerte si responde a una realidad.