4/2/12

In memoriam tuam



Nunca podré olvidar aquella noche
en que trémula y pálida
me dijiste con voz que era un sollozo:
“Tengo un presentimiento que me mata”

Era noche de fiesta, en el Casino
las parejas danzaban
y buscando la brisa de los campos,
salimos, en silencio, a la terraza.

Noche de plenilunio hecha de cantos,
de música, de ensueños, de esperanzas;
noche para los juramentos inefables,
noche para quererse sin palabras.

Esa noche te vi mucho más bella,
esa noche te vi mucho más pálida,
y recuerdo también que como nunca
esa noche tus ojos me miraban...

–¿Qué será de mi amor cuando te alejes
y queden mis quimeras deshojadas?
–Tú serás el amor que no se olvida,
tú serás el amor que no se apaga;
tú serás el amor que siempre fulge,
tú serás el amor que siempre canta.

Más allá de la vida y de la muerte,
de las constelaciones más lejanas,
tú serás el amor que no se olvida,
tú serás el amor que no se apaga.

Han pasado los años y aun recuerdo
la noche que llenó de luto mi alma.
¿Qué cruzó por tu mente? ¿Qué misterio
hay en el fondo de esa horrible página?...

Cien veces quise interrogar al cielo,
pero ante mi desventura el cielo calla.
Cuando al día siguiente hallé tu cuerpo
tapizado de flores en su caja,
con las manos cruzadas sobre el pecho
como dos mariposas desmayadas,
me pareció escuchar que me decías:

“No te vayas, amado, no te vayas;
si me van a enterrar, baja conmigo
al fondo del sepulcro”. Yo temblaba.
Tú, decidida al fin, rompiste el hilo
de la existencia, y al batir tus alas,
antes de que mis labios te mintieran,
y que mi corazón te traicionara,
te llevaste en os ojos el ensalmo
de los besos de amor que yo te daba.

Y ahora, cuando en mis tardes agobiantes,
voy a llevarte flores y nostalgias,
de pié, como en la noche del Casino,
frente a la desolación que me desgarra,
te repito los versos de esa noche
en que estabas tan trémula y tan pálida.

–Tú serás el amor que no se olvida,
tú serás el amor que no se apaga;
tú serás el amor que siempre fulge,
tú serás el amor que siempre canta.
Más allá de la vida y de la muerte,
de las constelaciones más lejanas,
tú serás el amor que no se olvida,
tú serás el amor que no se apaga.

Adolfo León Osorio





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