6/7/08

¿Son los juegos literatura digital?


La evolución de los juegos digitales ha sido espectacular en los últimos años. La gran potencia del hardware actual garantiza un manejo de escenarios virtuales, de gran detallismo y calidad, a alta velocidad. De este modo, las posibilidades que el hardware y la programación avanzada permiten ha llevado a juegos que son más películas interactivas que otra cosa. Y, en este marco, el guión de esas películas va tomando mayor y mayor importancia.

¿Podemos decir, entonces, que los juegos se están adentrando en el campo de la literatura? ¿Podemos aceptar que los juegos son relatos literarios?

Mi punto de vista es que no. En los juegos, al menos los que están disponibles en el mercado, el texto es casi irrelevante y la imagen virtual – aunque, en muchos casos, excelente- lo es también. Sirven para crear un escenario que el lector/jugador apenas vislumbra. En los juegos, lo único importante son sus reglas y sus objetivos. Se trata de hacer algo según unas pautas y lo más rápido posible. Algo que tiende mucho más a la mecánica física del cuerpo que al placer intelectual. El jugador focaliza su interés en dominar las reglas y en hacerlo más rápido que su contrincante. No hay reflexión. De hecho, no hay tiempo para ella.

Por otro lado, los juegos no muestran ningún valor moral tal como sí lo hace la literatura en general. En muchos de ellos, se mata y se destruye sin ningún contexto moral. Ni bueno, ni malo. Sólo importa hacerlo rápido. El resto del mundo es irrelevante. En ningún juego existe la menor reflexión sobre esos actos o sobre lo que sienten los personajes, ni inducen ningún estado emocional en el jugador. Sólo importa seguir las reglas y lograr puntos o ganar de acuerdo a esas reglas.

Puede decirse que las posibilidades que la tecnología permite hoy en día están desaprovechadas. Realmente, esas capacidades de realidad virtual permitirían una literatura digital excepcional. Imaginemos una novela en que el lector pudiera estar dentro de la misma. Una Historia Interminable maravillosa. Pero aún no existe un Michael Ende (arriba) que aproveche con su genio creativo esas posibilidades.

1 comentarios :

Lluís dijo...

Estoy totalmente de acuerdo en que todavía no existe una obra que aproveche las posibilidades tecnológicas que han abierto los videojuegos y la realidad virtual.

Pero me permito soñar con ello...