El autor no profundiza en los personajes. Se trata de un estilo mucho más descriptivo que otra cosa, sin entrar en las emociones de unos personajes que debieran estar abrumados por una tragedia de semejante envergadura. Curiosamente, la reiterada y hábil descripción que Pedrolo hace la destrucción generalizada llega a abrumar al lector mientras que Alba y Didac, los jóvenes protagonistas, no parecen angustiados en igual medida. Ciertamente, sienten melancolía y añoranza de la vida pasada pero Pedrolo no profundiza en ello.
Pero, a pesar de todo ello, es una obra interesante para jóvenes porque presenta valores formativos de indudable importancia: los libros como depositarios del saber, el esfuerzo, la superación de las dificultades, la adaptación a las circunstancias, la integridad. El libro, además, da pie a reflexionar sobre el origen de la humanidad.
La editorial La Galera ha editado esta versión en castellano de la obra escrita originalmente en catalán.
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