2/7/08

La compañía de La Seda

David Liss, en La Compañía de La Seda, construye una trama plena de intrigas ambientada a principios del siglo XVIII donde Inglaterra y Francia compiten por lograr la hegemonía del comercio mundial. En este caso, el relato se centra en el Londres de 1722 y en las compañías que comercian con la seda y la lana.

Cada capítulo se inicia con un hilo conductor que lleva al lector a imaginarse un escenario que sistemáticamente es desmontado al final del mismo, llevándole de sorpresa en sorpresa. Esto hace la lectura amena e interesante en muchas ocasiones pero, al final, la maraña de intrigas se complica demasiado artificialmente y el final es un tanto simple y anodino para lo que se esperaba de la red de espionajes, corrupciones, trampas, oscuros intereses y personajes sin escrúpulos.

La ambientación histórica es acertada y se refleja de modo realista la vida londinense del siglo dieciocho, tanto en sus barrios más marginales como entre las clases más acomodadas. A veces, no obstante, se nota un excesivo peso de la realidad actual que el autor traslada trescientos años antes de modo un tanto forzado.
Liss aprovecha la novela para plasmar debates éticos y sociales que, probablemente, son mucho más de nuestros días que de aquella época, como la confrontación entre estado e individuo, entre normas e iniciativa personal o, incluso, sus reflexiones sobre la globalización.



1 comentarios :

Anónimo dijo...

a mio esta novela me gutó mucho. Está llena de intriga y me encantó