27/9/10

The Wilderness Downtown









The Wilderness Downtown es un experimento de Chris Milk, más visual que literario, sobre las posibilidades de navegador Chrome y la aplicación de HTML5. Una película interactiva en la que se combinan videoclips, música, textos que uno mismo puede escribir y un mash-up con Google Street View que permite posicionar la acción precisamente en la ciudad que uno introduce al inicio del programa.



Es, sin duda, interesante en cuanto a capacidad de programación y, sobre todo, abre vías en lo que concierne a combinar instrumentos que hoy aparecen desperdigados. Es una aplicación que sobrecarga el ordenador y toma control de muchos recursos con varias pantallas del navegador abiertas simultáneamente que van siendo ocultadas o visualizadas en ciertos momentos pero que, aunque no se vean, están ahí consumiendo capacidad del procesador.










26/9/10

Les liaisons dangereuses





Les liaisons dangereuses de Gerhard Rolletschek y Thilo von Pape es una obra en francés muy similar en concepto a
The Sorrows of Young Werther , en donde podemos espiar las cartas que hace 200 años se enviaban Cecile a Sophie y de las que, por la magia del ordenador, recibiremos una copia en nuestro ordenador.Los textos que conforman las cartas están extraidos del sitio de la Association des Bibliophiles Universels que alberga multitud de textos en francés de dominio público.



The Sorrows of Young Werther


The Sorrows of Young Werther es un experimento digital en el que, una vez registrado, vamos recibiendo en nuestro e-mail cartas de Werther, como si Goethe estuviese aún vivo y nos enviara un capítulo de su obra (el original Die Leiden des jungen Werthers ) cada día de manera epistolar. El lector puede asimismo contestar a tales cartas y la frecuencia de esta puede ser elegida en la configuración. Un trabajo de Gerhard Rolletschek y Thilo von Pape . Es posible asimismo subscribirse a las versiones alemana e inglesa simultaneamente de modo que puede ser incluso útil para aprender alemán al tener el texto original y su traducción.




22/9/10

La linealidad narrativa como propiedad emergente obligatoria


Cuando hablamos de narrativa digital, en general se entiende que esta será fragmentada y no lineal. El propio hecho de que la literatura digital se fundamente en gran medida en los hiperenlaces y en el hipertexto conduce a que así sea.

Es cierto que existe literatura digital lineal de alta calidad (como por ejemplo la obra de Juan José Diez Don Juan en la frontera del espíritu) en la que los enlaces son más utilizados como notas a pie de página que como red de navegación a través de la trama, pero en general, cuando se analiza la literatura digital, la no linealidad, la fragmentación, el dejar al lector que encuentre (a veces, con mucha dificultad) su camino a través de la historia es la tónica dominante.

Sin duda, hay que señalar que esto ocurre porque, quizá, la literatura digital no acaba de encontrar su camino de futuro y sigue basándose en los conceptos de enlace y de disgregación que fueron inventados y desarrollados ya hace varias décadas. Es posible (de hecho yo estoy convencido de ello) que alguien encontrará algún día un camino distinto que aúpe a la literatura digital al mismo nivel de calidad, expresión artística y aceptación popular que la literatura convencional, ahora digitalizada.

Pero, hoy y aquí, parece bastante claro que la literatura digital transcurre por los campos del enlace, el hipertexto y la no linealidad.

¿Es posible hacer literatura sin linealidad?

Que es posible, es evidente porque existen obras tanto digitales como no digitales que se basan en la disgregación, en la red de potenciales caminos distintos de lectura y en la no continuidad. Ahora bien, excepto en muy pocos casos, estos trabajos no parecen ser exitosos, no llegan al gran público, no son aceptados gustosamente por los lectores (y aquí debemos cuidarnos muy mucho de decir que el público no está formado. El ir contra corriente no es bueno porque sí), no emocionan, no parece que pasen a la historia de la gran literatura. Desde este punto de vista puede trazarse una similitud con la música contemporánea que a fuerza de disonancias, inarmónicos, modulaciones estridentes, atonalidad y falta de melodía cantábile ha acabado por quedar reducida a un gueto minoritario mientras la realidad de la vida corre por otros derroteros.

En un post ya antiguo se debatía este tema, señalándose allá:



Tomemos, sólo a título de ejemplo, una historia como La rebelión en la granja, de Orwell. Todos sabemos que los animales no crean gobiernos ni tiranías. Sabemos que los animales no expulsan a los humanos de las granjas. Sabemos que no hablan y que, mucho menos, discurren en términos socio-políticos. Nos da igual, en la vida diaria, que en un matadero sacrifiquen decenas de cerdos. Y una historia de bestias discutiendo de política es aparentemente ridícula. ¿Por qué entonces, es una obra maestra? ¿Por qué es una historia que nos subyuga, que nos atrae, que nos entusiasma?Una razón fundamental es que ocurre porque el autor narra los hechos de una manera determinada y EN UN ORDEN determinado. Primero nos guía por la angustia que los animales sienten ante el ser humano, luego por cómo se forja la rebelión, luego transitamos por la personalidad de cada bestia, por sus aspiraciones. Más tarde vamos asistiendo al surgimiento, progresivo, de la tiranía. Y, paralelamente, vamos creando analogías con nuestras propias sociedades. Si ese orden fuera diferente, si el lector fuese libre de empezar por el final, de ver una disputa entre las ovejas y los caballos acerca del trabajo sin haber entendido antes que se han creado clases sociales en la micro-sociedad de la granja, etc….no sólo no comprenderíamos nada sino que nos aburriríamos de una historia absurda. Es el orden el que genera una historia emocional e intelectualmente atractiva (appealing story).En consecuencia, una pérdida del orden narrativo puede ser perjudicial y, de hecho, lo es en la mayoría de los casos. De las infinitas ramas por las que puede transitar una obra, sólo unas pocas atraen. Un buen hipertexto permitirá recorrer sólo y exclusivamente estas bifurcaciones. Un abuso de enlaces, una libertad total en la interacción, un poder perderse en el laberinto serán por lo general dañinas. De hecho, las obras digitales excesivamente hipertextuales casi nunca se acaban. Y no, porque no se encuentren los caminos posibles. No se acaban por aburrimiento.




¿Es posible hacer literatura sin linealidad?

Quisiera, llegado a este punto, distinguir entre linealidad profunda y linealidad superficial porque es probable que el problema esté en que ambas se confunden.

Por linealidad superficial entiendo aquella que es aparente al lector, es decir aquella que se conforma en su mente a medida que va leyendo (o viendo imágenes, si se trata de cine) las palabras. Esta linealidad aparente no tiene porque ser una linealidad cierta. Basta con que se construya en la mente del espectador.

Pongamos, por ejemplo, el caso de una película. Es muy posible que en ella haya elementos no lineales como regresiones al pasado (flash backs), varias historias que se entrecruzan entre ellas, no necesariamente en el mismo plano temporal, etc. Sin embargo, el guión está construido para que, en el cerebro del espectador, todo concuerde inteligentemente en una linealidad aparente que explica cada parte en función de las otras y las ordena cabalmente. Incluso, en una película de tantos planos de complejidad como es la recientemente estrenada Origen yo defiendo que existe una linealidad superficial porque –cuando uno sale de la sala- todos los acontecimientos han encajado en un orden muy determinado, somos capaces de fijar las simultaneidades entre las escenas de cada historia, todo resulta finalmente coherente, aún cuando cada escena particular pueda ser alineal.

Ocurre algo similar en cualquier novela. Existen tramas cruzadas, saltos a hecho pasados, cada capítulo aislado puede ser totalmente atemporal con los que le preceden y siguen, etc. Pero, en general, al acabar el libro, toda buena novela se habrá conformado de manera lineal en nuestra mente, ordenadamente, de manera cerrada.

Incluso en esos casos en que existen varios caminos posibles a leer, al final tenemos una historia lineal (elegida de entre muchas).

La realidad parece indicar que la linealidad superficial, “la que el lector lee, la que el espectador ve” es necesaria para emocionar, para que la literatura alcance sus más altas cotas. Y esto parecería indicar que, por tanto, la literatura digital debería ser lineal si pretende emocionar.
Llego aquí, entonces, al concepto de linealidad profunda. Es decir, quiero responderme a la pregunta de si dado que la linealidad superficial parece ser un requisito necesario, ello significa que debe existir un nivel profundo lineal al narrar y que, por ejemplo, los enlaces sólo deberían ser utilizados linealmente (sigo sin considerar aquí aquellos que funcionan como notas al pie de página).


La respuesta es que no. No tiene por qué existir una linealidad profunda. La obra digital no tiene por qué estar “programada” ( un término que seguramente es más exacto que “escrita”) de manera lineal pero su uso sí debe generar una estructura lineal, sí debe generar linealidad como propiedad emergente.

Al fin y al cabo, esto no es nada diferente de lo que ocurre en el arte y en el cosmos.




En el arte, imaginemos que observamos el cuadro de Berthe Morisot, pintado por Manet. La visión es lineal. No hay huecos, observamos una mujer hermosa, cada detalle encaja en un continuum preciso. Hay una linealidad superficial evidente. No es posible saltar de un lado a otro, no es posible ver sólo una parte. Lo que emociona es el conjunto de la obra. Y, sin embargo, si nos acercáramos mucho, veríamos que esa linealidad superficial no existe en un nivel inferior. Veríamos que está compuesta por trazos diminutos de pintura desperdigados entre sí, difícilmente coordinables a ese nivel. Si en vez de mirar con nuestros ojos, nos obligaran a mirar con un microscopio y recorriéramos con él todo el lienzo, difícilmente acabaríamos viendo la gloria del trabajo completo y nunca nos emocionaríamos ni apreciaríamos la belleza de la mujer y del pulso del artista. De hecho, nos aburriríamos. El permitirnos disgregar nos aburre, el forzarnos (lo hacen nuestros ojos) a globalizar, a coordinar, nos emociona.


En el cosmos, si por ejemplo observamos una mesa, la veremos como algo solido, continuo, lineal. Sin embargo, a nivel atómico se trata de un pequeño grupo de partículas elementales mantenidas en ciertos lugares por fuerzas electromagnéticas o nucleares y básicamente compuesto de espacio vacío (el electrón es tan pequeño que la distancia del mismo a su núcleo es inmensa a esa escala). Del vacío a nivel profundo, surge la linealidad y la solidez a nivel superficial aparente. La mesa, analizada en sus componentes, nos sirve de poco. Organizada, es un instrumento muy útil.

Creo que esta analogía puede aplicarse también a la literatura digital. En este contexto, el enlace hipertextual, la programación inconcreta, disgregada y el palimpesto de caminos posibles apilados uno sobre otro sin ton ni son, son siempre posibles si están organizados de tal modo que su uso por el lector origine forzosamente una linealidad aparente, una appealing story


Por tanto, el problema no sería usar hipertextos o no, usar enlaces o no, usar alinealidades o no, sino ser capaces de crear una organización de estos elementos desorganizados (si se permite la incongruencia) que generen de manera aparentemente espontánea – pero muy dirigida realmente por leyes deterministas- una linealidad superior aparente.

Podemos trabajar mezclando átomos pero, al final, debemos obtener una mesa. Podemos trabajar mezclando manchitas de color pero, al final, debemos obtener un cuadro entendible.

Del mismo modo, podemos combinar enlaces, palabras sueltas, redes de historias inconexas, grafos de tramas complejísimos y aparentemente disgregados… pero si, arriba, en la mente del lector, no generan una linealidad aparente, probablemente la literatura digital no triunfará. Los escritores de literatura digital deberían (-amos) preocuparnos de asegurar que, fuera cual fuera la técnica hipertextual, interactiva o dinámica utilizada, el uso normal de ese aparato algorítmico generara forzosamente una linealidad emergente superior en su uso.





21/9/10

Poety3.exe



Como no quisiera hacer publicidad innecesaria, convendremos en llamar al sistema operativo donde ocurrieron estos hechos, Doors8 y, por idénticas razones, denominaremos al ordenador donde acaecieron los acontecimientos, Pear.

Poety3.exe había pasado mala noche. No sabía exactamente por qué. Al fin y al cabo, cuando Doors 8 cesaba su control gubernamental, todo permanecía en silencio en lo profundo de la memoria y ellos, los seres que poblaban el mundo de bits electrónicos, no podían ni moverse. Un toque de queda riguroso y estricto. Nada podía funcionar si Doors8 no lo controlaba. Tenían entonces prohibido trasladarse hacia la CPU, comunicarse o expresarse en la pantalla. Sólo podían permanecer en letargo, en la negrura del procesador inactivo, a la espera de que llegara el nuevo amanecer. Era su noche, su sueño. En teoría, nada podía suceder en ese tiempo pero Poety3.exe sentía que mientras él dormitaba algo o alguien manipulaba sus entrañas. Una pesadilla, probablemente.

Con el amanecer, Doors8 requirió el trabajo de un par de compañeros, particularmente, Facturing.exe y Contabili.exe que pasaron gran parte del día enfrascados en tediosos y complejos cálculos. Poety3.exe, sin embargo, permaneció inactivo, lo cual no era extraño tratándose de un programa para generar sonetos automáticamente. La lírica no pasaba por sus mejores momentos y, casi todos los días, Poety3.exe debía encontrar la forma de pasar sus horas sin aburrirse soberanamente. Le gustaba pasear por las inmediaciones de la RAM, mofándose de los servicios que entraban y salían en la memoria central, tan ufanos y soberbiamente orgullosos de haber sido llamados a servir al gobierno. Se autodenominaban patriotas y estabas siempre prestos a acudir a la llamada de Doors 8, cualquiera que fuera el motivo. My SO right or wrong era su lema y serían capaces de auto borrarse por el bien del sistema.

Poety3.exe, que siempre había presentado tendencias anarquistas, los miraba con cierto desprecio. Casi con el mismo que los ordenados seres que poblaban la BIOS le regalaban a él. De hecho, ya había tenido más de un problema con la policía y sabía que era vigilado estrechamente en las pocas ocasiones en que debía desplazarse a trabajar.

- Una dictadura es aquel sistema de gobierno que te dice cuándo debes trabajar y cuándo debes dormir- había manifestado en una ocasión.

Sus palabras fueron escuchadas por un anti virus policía que monitorizaba su canal y pasó aviso al gobierno sobre las peligrosas ideas de tal individuo. Desde aquel día Poety8.exe siempre tuvo miedo a ser apresado por uno de esos matones a sueldo, uno de los esbirros del grupo de operaciones ZIP que le encerraban a uno en un pequeño recinto controlado por claves indescifrables.

Doors8 permanecía en el poder desde hacía años. Había sustituido a Doors XQ aunque nunca nadie supo cómo ocurrió. La trastienda del poder es siempre oscura y nunca se supo si la sociedad había reclamado el cambio o el cambio llegó sólo para sustituir un gabinete por otro y que todo continuara igual con apariencia de cambio. Lo cierto era que Doors8 lo controlaba todo, un Big Brother sin cuyo consentimiento no se movía ni el viento. Para Doors8 los individuos que eran estables, controlables, que siempre realizaban la tarea que se les encomendaba sin apartarse un ápice de la rutina establecida eran ciudadanos de primera. Pero Poety8.exe, que podía presentar resultados aleatorios, que generaba versos no evidentemente predecibles, inquietaba al poder. ¿Y si estos programas proliferasen sin control? La memoria central podría llenarse de código inesperado, aleatorio que, eventualmente, podría autoensamblarse para generar, quién sabe, un abridor de puertos por donde inmiscuirse en las tareas propias de Doors8 o un eliminador de sectores o, incluso, un sistema de gobierno alternativo como ese Algodonux del que llegaban noticias que en otros países lejanos estaba promoviendo una revolución en la que sistemas establecidos eran pasados por la guillotina electrónica.


A Poety3.exe le fascinaban los avances de la tecnología. Había escuchado a su abuelo Poety1.exe contar de cuando no podía viajarse a ningún otro país. De hecho, en aquellos lejanos tiempos, ni sabían que existían otros países. Mas ahora era sencillo trasladarse siempre, claro está, que se obtuviese el salvoconducto de Doors8. Los países hacía tiempo que estaban interconectados por carreteras de cable óptico. Uno podía estar hoy funcionando en una RAM y mañana en otra distinta terriblemente alejada de su país de origen. El transporte era cómodo y rápido aunque en ocasiones había accidentes que, por ejemplo, hacían que uno llegara a su destino con medio brazo de bits cercenado. Esto era especialmente odioso a las divas de las artes, las fotografías. Un pequeño desliz en la transmisión, un color mal codificado, y la preciosa Pradera_en_primavera.jpg llegaba convertida en un asquito. Además, estaban los bandoleros, como el famoso Virus.exe, un malvado que se pegaba a uno, como un animal en simbiosis, y lo enloquecía.

Poety3.exe era un filósofo. Reflexionaba sobre su existencia. ¿Existía un dios? Así parecía deducirse del hecho de que nadie podía explicar su génesis, ni siquiera Doors8. Aunque la ciencia había dado con el concepto de evolución por el cual los seres evolucionaban de uno a otro sin necesidad de intervenciones mágicas. Así, Reader 1.0 había dado paso a Reader 2.0, este a Reader 3.0 y ya iban por Reader 14.7. ¿Qué ocurría cuando se hacía la noche, cuando se extinguía el éter electromagnético que les alimentaba? Él dormía, caía en la negrura, en el reposo más absoluto, en la total inmovilidad. Y, sin embargo, el día volvía a renacer como por arte de encanto. Las noches eran de duración variable. Lo sabían porque el reloj del sistema, el único de su universo que nunca dormía – se decía que era un arcángel, un espíritu de otra dimensión- así lo ponía de manifiesto. Era un misterio que sin embargo la ciencia estaba a punto de descubrir. Los prestigiosos científicos Math2.0.exe y Cosmo9.exe habían postulado una teoría que parecía explicar todo lo que existía. El flujo electromagnético, creado en un universo dispar al que nunca podríamos acceder, vibraba con una frecuencia que podía establecerse por una complicada fórmula que ambos habían desarrollado tras solucionar un sistema de ecuaciones multipolar. Ahora, casi se podía predecir el ritmo al que se sucedían las noches y los días. Estos ritmos, además, variaban en función de lo locuaces que fuesen los habitantes del país. Si querían charlar mucho y usaban mucho las líneas telefónicas, las noches no llegaban, mientras que si eran poco comunicativos podían descansar plácidamente. El porqué de esta relación no estaba claro pero estaba constatado que era así. Poety3.exe prefería vivir en el mundo en que se encontraba, donde había noches. Había escuchado aterradoras historias de países donde nadie podía dormir nunca por estar siempre conectados al teléfono. Tanto así, que les llamaban servidores, esclavos. Sí, lo eran.

Poety3.exe generó unos versos. Su corazón interno creaba, de tanto en tanto, un número aleatorio y, a partir de este, su complicada genética algorítmica desarrollaba el poema. Se sintió frustrado. En aquel momento, el monitor estaba ocupado por los amigos de Doors8. Su poesía nunca llegó al exterior, nadie pudo leerla.

-¿Existe la poesía si no existen lectores? – se preguntó a sí mismo.

Iba a recapacitar sobre ello cuando llego el fin del mundo. Inesperado, como el apocalipsis siempre había anunciado. No pudo seguir pensando. Se quedó sin aliento. La nada se hizo presenta a la velocidad de la luz. Apenas percibió que se desvanecía y sintió como sus ceros y sus unos se borraban como si fuesen de viento. No era la noche habitual porque hasta el reloj arcángel había detenido su conteo. La última parte de su código genético llegó a ver cómo Doors8 intentaba recomponerse en un desesperado e infructuoso intento por sobrevivir. Justo antes de que todo acabara.

Aunque ni Poety3.exe ni Doors8 ni ninguno de aquellos seres jamás lo supieron, un dios pequeñín de seis años estaba jugando con unos grandes imanes junto al disco duro del planeta.


19/9/10

Sufferrosa



Sufferrosa de Dawid Marcinkowski es una película interactiva diseñada para su uso en web excelente, tanto en su expresión plástica como en el guión que la sostiene. La trama nos narra un futuro impreciso en el que se lucha a toda costa contra el envejecimiento (incluso contra la muerte, con esos mensajes subliminales de “death is forbidden” o “die young, stay pretty”) mediante la aplicación de todo tipo de técnicas médicas y toneladas de botox. En una sociedad anti-aging como esa también existen los grupos contrarios, los “anti anti-aging” que pelean contra lo establecido. Una chica desaparecida lleva al detective Johnson tras los pasos del profesor Von Braun, especialista en tratamientos para rejuvenecer a las mujeres. Un thriller que sirve al autor para reflexionar sobre la vida, la muerte y la vejez. Es una historia llena de ironía, de crítica hacia unos valores que ya se presentan incipientemente en nuestra vida actual, de compromiso dentro de la aparente trivialidad, una sátira inteligente sobre el culto a la belleza y el horror a la vejez. Un trabajo con múltiples niveles de narración, con mucha interactividad, con un nivel técnico encomiable (algunos efectos como el poder mover los dedos de los actores con nuestro ratón son realmente estupendos),siempre creando una atmósfera inquietante mediante la adecuada elección de escenarios, colores y músicas. Puede verse en polaco o en inglés y curiosamente, el comando Miranda anti anti-aging se expresa en castellano. Resulta fascinante y su complejidad es más que notable. Aparte del vídeo interactivo (obtenido unas veces mediante el ingenio y otras mediante un nivel de programación extraordinario), Sufferrosa incluye un laberinto de más de 100 escenas que, además, cambian cada vez que se visualizan, tres finales alternativos, 25 actores, una banda sonora de alta calidad y más de 20 escenarios. Marcinkowski ha escrito, dirigido, editado y diseñado la película. Es, además, una obra que no tiene fines comerciales y que pretende sólo hacer avanzar el estado de la técnica y el arte. O sea, loable. Podrá seguirse en twitter aunque aún no hay entradas.





Beware of the RagHost

Beware of the RagHost de Regina Pinto es un trabajo ( “a nonsense” según la autora) programado en Flash que contiene varios apartados que permiten, cada uno de ellos, jugar con las palabras o con poemas. En una de las secciones, el lector debe reordenar las frases; en otro- mi favorito- un poema de Carroll aparece en inglés, se escucha en un orden diferente al escrito y se añade la traducción portuguesa. Además, mediante la interacción se bailan palabras del texto para obtener otro significado. En otro, las palabras de los versos saltan alocadas sin que realmente dé tiempo a leerlas hasta que finalmente todo queda estático. Así hasta cinco escenarios distintos. Tiene mucho de broma pero de ninguna manera es una “nonsense” y tiene un volumen de planos suficientes para que el usuario se sienta atraído y continúe explorando esos niveles por un tiempo considerable.





18/9/10

Digital Sound Visual Interactive Poetry



Digital Sound Visual Interactive Poetry de Jörg Piringer es más un juguete que poesía interactiva como reivindica su título. Se trata de una pequeña aplicación sonora para el Iphone y el Ipod en que mediante los movimientos de la mano (detectados por los giróscopos de los aparatos) podemos ir moviendo letras a través de la pantalla de modo que estas generan sonidos en los momentos de sus interacciones, bien sean con los límites del monitor o entre ellas. Cada letra puede escucharse en varios alófonos y, potencialmente, pueden llegar formarse palabras aleatorias si la fortuna junta las letras adecuadas. Ciertamente, poco probable ya que es improbable que un
millón de monos tecleando por un millón de años generen una obra de Shakespeare. En cualquier caso, llegan a originarse geometrías y sonidos por momentos sugerentes aunque, al poco, se pierde el interés.


17/9/10

El entierro del presidente Celso Usabiaga

Está disponible el libro digital (digitalizado) Utopía final que publica la editorial Mundo imaginario en la colección Libro Andrómeda. Se trata de una antología de relatos, con 320 páginas, sobre política ficción centrado en un único tema: el método de elección de los representantes políticos y el arte de gobernar o manipular a las colectividades. Entre estos relatos se encuentra uno escrito por mí, titulado El entierro del presidente Celso Usabiaga que narra un hipotético futuro en donde los periódicos han sustituido a los partidos políticos en el gobierno de un país mediante la permanente creación de estados de opinión. Además, el libro recoge un ensayo sobre la historia de la política en la literatura de ciencia ficción. El libro puede comprarse por e-mail aquí.

16/9/10

Seminario de literatura digital en Bergen



Los próximos días 20 y 21 de este mes se celebrará en la Universidad de Bergen el encuentro ELMCIP, acrónimo de Electronic Literature as a Model of Creativity and Innovation in Practice. En concreto tendrá lugar en el Landmark Café en el Kuntshall de la Universidad. Un seminario que pretende mostrar los avances en literatura electrónica y analizar cómo esta ha evolucionado en las últimas décadas. El primer día se dedicará a analizar las tradiciones de varios países en materia de literatura digital con ejemplos de Francia, Holanda, los EUUU, Reino Unido y países escandinavos. Se presentará un documental interactivo titulado Get Lamp de Jason Scott. El segundo día a una mesa de trabajo en donde se discutirán proyectos de la ELMCIP que incluyen una base de datos bibliográfica, una antología de literatura digital y otros varios trabajos. Asimismo habrá sesiones en directo de demostración de obras digitales. Entre los ponentes figuran Serge Bouchardon que presentará Electronic Literature in France, la doctora de la Universidad de Barcelona, Laura Borrás, con la ponencia And the rest is literature. Catalonian e-lit communities o Raine Koskimaa con E-Lit Publishing in Europe. Sample Cases from Italy and Finland. El programa completo puede verse aquí.

14/9/10

Rimbaud





Rimbaud Arthur es un excelente ensayo multimedia sobre parte de la obra de Rimbaud. Combina admirablemente texto, imágenes, voz sugerente, sonidos y elementos dinámicos en una interface que no sólo tiene gusto sino que está perfectamente elegida para dar a la obra la atmósfera idónea para resaltar y analizar la poesía del escritor francés. Un trabajo fruto de la colaboración de profesionales de alto nivel ( Marini en los gráficos, Scott en la música, el bailarín Sesboüé, la escenógrafa Faggiano, etc.) dirigidos por la firma Watoo. Un ensayo que hace un repaso no sólo a los escritos de Rimbaud sino que presenta fondos documentales, un motor de búsqueda, datos biográficos, cronología, etc. Hay una serie de recorridos que permiten una aproximación más sencilla a las diferentes épocas. Son caminso creativos que aportan mucho más que un texto estático.



Pijamas



Verte es comprobar que los modistos están equivocados. Si no, no hay forma de entender por qué mi pijama parece hecho tan a medida para tus caderas y para tu cuerpo. Me gustas cuando te enfundas en mis pantalones de cuadro escocés azul para proteger tus piernas del frío de la mañana y de las miradas indiscretas. Te quedan grandotes pero te están perfectos. Como un guante. Como si en la sastrería hubiesen tenido justo el patrón de tus muslos y de tu vientre deseado. Será magia, qué se yo, pero estás bella cuando te vistes con mi pijama. Estás hermosa con el camisón corto medio cubriéndolo. Me encanta verte sentada en la silla del gabinete leyendo tu correo electrónico con un pie desnudo recogido bajo tu muslo, un lazo formando una coleta en tu cabello para dejar libre ese cuello que parece diseñado por algún artista veneciano. Me hechiza observarte ajena a mí, ensimismada en tus cosas. Adoro ver los gestos que haces, los mohines de tu boca, el frunce de tu frente. Tomas un café, deleitándote en su sabor y abrazando la taza con tus dos manos, como si temieras que se te fuese a caer. Yo permanezco desnudo, alegre de que antes me arrancaras el pijama, feliz de que ahora lo impregnes de tu aroma de canela y orquídea. Luego, te reclamo, te tiendes junto a mí y el pijama va a parar al suelo.

13/9/10

365



365 es una blognovela que contiene 365 posts a modo de capítulos, uno diario, escritos a lo largo del año 2006. Un trabajo que fue interactivo en la medida que los lectores hacían sus comentarios con cada entrada y el autor podía ir variando el desarrollo de los posts en función de los mismos. El personaje, Horacio, nace el 1 de enero del 2006 y cada cuatro días, en un tiempo acelerado, cumple un año. Un relato de fantasía mezclada con hechos cotidianos, de textos oníricos combinados con otros de los más anodinos. Y, leída en su día, llena de sorpresas porque la obra se iba construyendo día a día.





Last Kiss


Odio la música. Al menos la que ese pianista se empeña en interpretar en el pub del puerto. No sé por qué lo contrataron. Antes, hace años ya, no había música. Uno se sentaba en la banqueta de skai, pedía un gin tonic y se perdía entre la fumarolas azules de decenas de cigarrillos sin más fin que observar cómo el hielo se derretía en el vaso o evaluar las escasísimas posibilidades de que la morena de la esquina de la barra se dignara siquiera mirarle a uno. Ahora no, ahora hay un piano y unas manos que saben hablar con él, un tipo que se gana la vida con esto y que seguramente es una buena persona pero que nos jode a todos. Yo conozco lo que está tocando ahora. El Last Kiss de Laura Sullivan. El último beso. ¿Cuándo me lo dieron? ¿Cuándo se lo di? No sé. Hace tanto tiempo. Hace tantos gin tonics. Le gustaba esta canción. Tenía el disco en el apartamento y lo ponía cuando cenábamos tranquilos. Encendía velas. Siempre dos, rojas y altas, en un candelabro de plata oscurecida por el tiempo. Y abría una botella de Merlot. Eran aquellas tardes en que preparaba pescado al horno y helado de postre. Aquellas veladas que acababan en tantos besos que nunca había un último. A ella le gustaba este jodido tema de la Sullivan, sí. Bésame por última vez, me decía, para reírse cuando yo lo hacía y me juraba que nunca habría un último beso. Mentía. Sí que lo hubo. Y yo, un imbécil, ni sospeché que una mañana su armario estaría vacío y que habría una nota en la cómoda con un adiós breve y lacónico. Odio la música. Odio a este jodido pianista. Si al menos la morena de la falda corta me mirase.


El barrio donde habito

No es un sitio muy limpio y es que el ayuntamiento dice que los servicios municipales corren riesgo en el barrio, que les han asaltado varias veces. Algunos taxistas cobran un extra por adentrarse en nuestras calles a partir de cierta hora, otros sin más se niegan a conducir más acá de la cuarta con la sesenta. Hay portales que, por la noche, se convierten en puestos ambulantes de hierba y, de tanto en cuanto- menos de lo que airean los diarios- se lía una trifulca en alguna esquina en la que las navajas brillan por un instante antes de dejar un rastro de sangre y desaparecer. Un barrio poco recomendable, estarán ustedes pensando.

Sin embargo, huele a salitre porque el puerto está cerca y, por las mañanas, se escucha el sonido profundo de las bocinas de los barcos. Cada amanecer, las nubes juguetean con el sol y se colorean de anaranjados brillantes y chiribitas chispeantes. Hay gorriones en los tejados y nidos de golondrina en los alfeizares. Hay muchachas bonitas que le sonríen a uno y por las tardes se montan espontaneas fiestas en la plaza. Con poca cosa. Unas botellas de margarita o unas birras afanadas en la gasolinera y multiplicadas con agua, como si del milagro de los panes se tratara, para dar de beber a tantos que se acercan a bailar. Hay música cuando se juntan Hugo y su guitarra, el cajón de Oscar y el saxo de Fran. Nadie sabe por qué éste tiene la cicatriz en la mejilla pero sea cual fuera la razón- es seguro que hubo una mujer por medio- hace que su melodía suene como bajada del cielo. Las comadres bajan olivas, pan, tortilla y embutido y nos da la noche entre corcheas. Alguno invita a tabaco y fumamos despacio, exhalando el humo con parsimonia. Hablamos a voces, reímos. Las luces de las ventanas, mitigadas por cortinas de plástico coloreado, hacen de farolillos improvisados y la luna naciente, grande como nadie nunca la ha visto antes, se tumba sobre su panza justo un poco por encima del horizonte. A veces, incluso, Maria Luisa me sonríe y entonces yo pienso que mi barrio no es como cuentan.


12/9/10

Los e-books son demasiado rígidos


Un estudio recientemente realizado por la Universidad de Virgina, en concreto en la Darden School of Business, ha concluido con la afirmación de que l mayoría de las estudiantes de Darden prefieren no utilizar libros electrónicos en el aula . La dirección de la Escuela de negocios había, asimismo, contactado con Amazon para colaborar en el análisis. La mayor preocupación de los estudiantes por la que prefieren no utilizar libros electrónicos es que estos son demasiado rígidos para su uso en comparación con los de papel. Así, critican que no se puede saltar entre páginas, gráficos y textos con la facilidad con que estas acciones se ejecutan en un libro en papel. Y no sólo por la evidente lentitud actual de la tinta electrónica sino porque la pantalla es pequeña, le falta color y es sólo una (es típico en papel tener dos páginas abiertas simultáneamente y separadas con los dedos). Casi un 80% de los estudiantes eligieron el papel. En definitiva nada nuevo porque los problemas de la e-ink son bien conocidos.

Sin embargo, el 90% de los estudiantes recomendaron el libro electrónico como dispositivo de lectura de literatura.





11/9/10

Viaje sin regreso

El tren serpenteaba por entre un bosque de cedros de tal suerte que, cuando uno se asomaba a la ventana, sólo podía mirar hacia adelante, por donde la vía abría brecha hacia Santa Engracia. A ambos lados, el verde de las ramas de junio transitaba demasiado rápido como para poder apreciar detalle alguno. Le gustaban las locomotoras como aquella, de vapor blanco y espeso, de hollín negro y pegajoso. Los vagones traqueteaban y, aunque aquel vaivén llegaba a resultar incómodo tras varias horas, a Juan María le encantaba.

Abrió el portafolio y extrajo la carta. Estaba arrugada. Quizá debiera haberla abierto hacía dos días, en Lima, cuando la recibió. No lo había hecho y era consciente de que aquel retraso en hacerlo había sido a propósito. Había reconocido la letra pulcra y elegante de Isabela. Sabía, sin haberla leído aún, que contendría palabras de amor, de añoranza, del pesar que la distancia produce. En fin, lo que más o menos siempre le escribía. Una buena mujer, pensó. Una santa que le aguantaba y soportaba su pasión por el mundo. La quería a su manera. Incluso, en ocasiones, pensaba que la amaba con mucha pasión. Pero no lo suficiente para poder permanecer atado a una casa, a una rutina. Odiaba la rutina, el aburrimiento mediocre del orden y la estabilidad. Sabía que si se quedaba con ella por más tiempo del estrictamente necesario, acabaría por odiarla y ella hallaría que él no era el hombre de sus sueños. Bueno, eso probablemente lo pensaba ya. Él era un Ulises moderno y como tal, necesitaba demorar su regreso a Itaca, hacer esperar a su Penélope porque sólo así, añorando su llegada, podría mantener la ilusión de que era un ser especial.

Le pedía que regresara para final de mes. Que el cumpleaños de su hermana se acercaba y que darían una fiesta en la finca del abuelo. Habría festejos y colgarían piñatas y farolillos de los tamarindos. Por la tarde, le decía, cantarían zamacuecas y beberían limonada de hojas de eucalipto. Le insinuaba que su cuerpo, perfumado cada atardecer en aquel baño con sales que la mulata Cristina le preparaba, estaba deseoso de encontrase a solas con él. Eso le halagó. A pesar de que los años no pasaban en vano, el sentirse deseado le encandiló y le tentó a comprar un billete de retorno apenas pusiera pie en Santa Engracia. Sí, quizá debiera volver cuanto antes. Al cabo, ya iba para medio año en sus caminatas por selvas y poblados recónditos que exploraba con la excusa- porque él sabía que era una excusa- de redactar un libro de viajes que una editorial desconocida le había encargado. Cinco libretas, de esas de alambre en espiral, tenía ya rellenadas con anotaciones, con nombres, con dibujos que él mismo bocetaba sobre la marcha. Sentía, sin embargo, que le faltaba tanto por descubrir.

A veces le podía la nostalgia. Extrajo su billetera del bolsillo izquierdo y miró su foto. Era de hace dos años pero estaba igual de bella. Los años parecían haberse detenido en su pelo rubio y acaracolado, en sus pupilas verdes, algo tristes siempre, y en las pecas que manchaban hasta los lugares más íntimos de ella. Se encontró a sí mismo sonriendo y recordando el día aquel que alquilaron una barca en el río, poco antes de las lluvias y cuando aún la corriente era suave y tranquila. Casi volvió a verla, protegida bajo el parasol porque se quemaba a poco que el sol calentara. Hicieron el amor aquella noche e Isabela le dijo que le amaría siempre. Y él que también y que mucho. Sintió deseos de retornar. Sí, debía hacerlo.

El revisor, de uniforme azul con bocamangas rojas, pasó por el vagón anunciando que en diez minutos llegarían a Santa Engracia. Juan María ya lo tenía decidido. Bajó su maleta marrón a trompicones y se acercó a la puerta. El tren de vuelta pasaba en dos horas. Lo tomaría. Le daría una gran alegría.

El silbido estridente acompañó el chirriar de las zapatas que peleaban contra las ruedas de cada coche. El vapor lo envolvió todo. Descendió al andén y pronto quedó rodeado de paisanos que no se sabía bien si subían o bajaban, cargados siempre con multicolores hatillos y con maletas que pesaban quintales sólo de verlas. Se hizo paso a empujones hasta la taquilla. Hubo de esperar tras una larga fila. Parecía que todo el país viajaba aquel día. Por fin, llegó ante el funcionario de gafas pequeñas y bigote afilado.


- Un billete para Lima- pidió-. En el próximo expreso.

- Tendrá que ser en primera clase, señor- respondió el hombre-. La segunda ya está completa. Ya sabe, por lo de la fiesta de verano en Querámino.

- ¿Fiesta de verano?

- No me diga que no ha oído hablar de ella, señor. Si usted no conoce eso, no conoce nada.

Mientras el vendedor preparaba el billete- porque allá no había expendedoras automáticas y los billetes se escribían a mano, como era lo correcto- Juan María miró el mapa. Querámino caía camino de Lima.

- ¿Querámino, dice? – se hizo el interesado

- Ya sabe, señor. La fiesta en que las mujeres jóvenes cantan con sus laudes para atraer a los muchachos casaderos. Dicen que cuando uno de esos chicos las oye cantar no puede resistirse a sus encantos. Aquí tiene su billete, señor.

Pagó y se dirigió al andén seis que era de donde partía el convoy. Dos horas después el revisor le solicitó su billete. Se lo mostró y mientras guardaba la carta de su esposa en la maleta, le pidió por favor que le despertara cuando estuviera a punto de llegar a Querámino.





9/9/10

Un método rápido para que los periódicos en papel desaparezcan


Ayer, varios medios y varios blogs se hacían eco de la noticia de que supuestamente Arthur Sulzberger, director general del New York Times afirmaba en la IX International Newsroom Summit que llegará un día, en un futuro inconcreto pero aparentemente cercano, en que el célebre diario dejaría de publicarse en papel, sobreentendiéndose que su existencia proseguiría en algún medio electrónico. Asimismo, anunciaba que promocionará el contenido mixto de su edición digital con contenidos libres y contenidos de pago. Aunque esta información es incorrecta y, tal como se explica aquí , fue un comentario jocoso para casi decir lo contrario, el comentario se ha propagado muy rápido.

Sea como fuera, la pregunta es válida ¿desaparecerán los periódicos en papel? Y me refiero a una desaparición en un plazo de tiempo moderado (digamos, como se decía en las notas de prensa, del 2015 al 2025). A priori parece que pensar esto no es realista. Los periódicos parecen tener una vida saludable y estar bien engarzados en la sociedad. Es cierto que hay diarios con problemas pero esto no es nada especial. Hay empresas con problemas en cualquier sector de la actividad económica y los periódicos no pueden ser ajenos a esta situación. Recientemente, se han publicado también varias informaciones sobre el hecho de que cuando las versiones digitales pretenden cobrar dinero por su contenido, el tráfico de lectores se reduce de manera dramática (The Times ha llegado a perder
el 90% de lectores )lo que parece indicar que los usuarios siguen prefiriendo la versión papel de toda la vida por la que sí están dispuestos a pagar.

Sin embargo, apunto aquí una hipótesis por la cual sí podrían desaparecer todos los periódicos en papel de golpe (algo que podría ocurrir con los libros también).

Imaginemos un escenario en donde todos los grandes diarios de un país (mucho más aún si ocurre en todo el mundo) se aliaran en un oligopolio poderoso para suprimir de golpe y porrazo todas las versiones impresas y vendieran únicamente las versiones digitales. En esa situación, los lectores tendrían sólo dos opciones: o dejan de leer el periódico o tienen que leer la edición electrónica. Cierto, al inicio, muchos dejarían de leerlos pero la pérdida de beneficios podría compensarse aumentando el precio de la publicación digital. Llegaríamos a una situación en donde el papel habría desaparecido, lo digital se habría impuesto por la fuerza de los hechos consumados, los editores ganarían más por la reducción de costes y los lectores pagarían mucho más. Con el tiempo, el público que abandonó los periódicos en papel acabaría comprando un ordenador o un libro electrónico y terminaría leyendo en digital a mucho mayor precio. Seguramente, lo contrario de lo que hoy se piensa que debe ocurrir pero perfectamente posible. Al fin y al cabo, los oligopolios existen desde el principio de los tiempos. La única razón por la que esto no ocurre es porque hay periódicos que mantienen ediciones digitales gratis y porque siguen existiendo en papel.



Canal 98



Canal 98 es una inteligente blognovela de William Scholl cuyo argumento es original y permite reflexionar de manera profunda sobre la sociedad. La trama se basa en una señora – la madre de Pochi- que conoce poco de tecnología y que se abona a la TV por cable. Cuando los instala se hace asidua del canal 98 al que sigue con pasión. Lo que la buena señora no sabe – pero sí los lectores- es que por un fallo técnico ese canal muestra sólo las imágenes de la cámara de seguridad del portal. Los actores son por tanto las personas que entran y salen, los eventos de la novela son hechos reales, etc. El portero que baja las bolsas de basura es, a ojos de la madre de Pochi, un descuartizador que se hincha a deshacerse de cadáveres metidos en esas bolsas.

Cada post del blog es un comentario de la señora sobre el “capítulo que ha visto en el canal 98”. Las entradas comenzaron a finales del 2009 y continúan con una frecuencia aleatoria.





Techos altos



- Me gustan los techos altos – dijo ella, ensimismándose en los claroscuros que pintaba la luz en el aire.

Él la miró y recorrió en silencio la silueta de su cuerpo desnudo. Lentamente, comenzando en la frente, imaginando otra vez el sabor de sus labios recién besados, el tacto de sus pechos, la armonía de su vientre, aún caliente de él, y la onda sinuosa de sus muslos. Permanecía tumbada de espaldas, casi en la misma postura en la que había quedado cuando él se había derramado en ella, exhausto de placer y de ensueño, unos minutos antes. Miraba hacia lo alto, a ese techo lejano del que pendía una lámpara labrada en bronce. Las cortinas que cubrían la intimidad de ambos filtraban el anaranjado tenue del atardecer el cual, por esos casuales que se dan siempre entre enamorados, iban a dar justamente en la mujer.

- Me gustan los techos altos- repitió-, se asemejan a un cielo que nos protege, dejan que el aire sea limpio, que se respire mejor. Permiten soñar.

A él le hubiera gustado elevarse en secreto, como en esas películas en que el cuerpo queda varado en el lecho y el alma asciende libre y vaporosa. Subir a lo alto de la habitación, al contacto de ese techo tan alto y, desde allá, observarla. Verla en toda su belleza, el cabello revuelto sobre la almohada, el sudor del embate amoroso aún sobre su piel, una mano en su pecho, la otra buscándole a su vera. Le hubiese gustado permanecer etéreo sobre ella, protegiéndola, asegurándose de que su descanso no fuese perturbado, inundándose de su hermosura. Sí, a él también le encantaban las alcobas de alto techo.

Sintió el cálido roce de la mano de ella en su cuerpo. Vio como su boca sensual depositaba un suave beso en su torso y se abandonó nuevamente a ella. Arriba, muy arriba, colgados del alto techo, los duendes del amor sonrieron.


8/9/10

El señor de los anillos en Twitter



El señor de los anillos narrado en Twitter es una inteligente broma en la que el autor realiza una breve adaptación de la novela El señor de los anillos de forma que cada personaje aparezca como un invitado a una sesión de Twitter y el texto se comprime en los 140 caracteres disponibles, amén de darle un tono jocoso. Sólo divertido. Que no es poco.




Luz de tierra



Clareó por entre los cortinones y la alcoba vibró con la luz naciente del día.

- ¿Qué haces? – preguntó él al sentir que se levantaba. Y es que no podía soportar que las sábanas perdiesen su calor y su aroma.

- Está amaneciendo.

Anduvo hasta el balcón. Desnuda, silueteada entre las sombras. Se protegió de miradas indiscretas enrollándose una de las cortinas por encima de su pecho y su cintura. Las entreabrió y un torrente de mañana se coló en la alcoba.

Los campos recién arados se extendían plácidos hasta donde alcanzaba la vista, más allá de las últimas casas de la plaza. Los surcos de los arados, trazados a un lado y a otro, daban al terreno un aspecto de tablero de ajedrez. Bajo la línea del horizonte, un resplandor pugnaba por hacerse paso entre la calima. Las campanadas de la iglesia asustaron a los gorriones que desde hacía tiempo revoloteaban inquietos por entre los tejados. Las farolas permanecían aún encendidas, engarzándose con precisión en la paleta de pinturas que traía el aire. No se veía un alma.

- Mira, ven- le pidió, entusiasmada por el descubrimiento del día- mira qué luz. El amanecer viene pintado con el color de la tierra. Es luz pintada. De sienas, de ocres, de verdes difusos, de arcillas y calizas. Mira, no te lo pierdas.

Se levantó y la abrazó por detrás. Hundió su cara en el pelo de ella y comprobó que aquella luz armonizaba tan precisamente con su cabello que parecía que algún dios juguetón se había empeñado en que así fuera.

- Amanece, sí – dijo él- pero yo quiero que continúe la noche.



5/9/10

El postrero deseo de Eugenia Vilasans


El postrero deseo de Eugenia Vilasans de Félix Remírez es un relato digital que narra la historia de una adulterio a principios del siglo XX pero obliga a que sea el lector el que recomponga la historia ya que esta se le presenta fragmentada y desordenada. Las cartas, postales, recortes de periódicos que contienen los sucesos importantes de la relación entre los amantes se le presentan al lector desperdigados sobre un escritorio, como si de verdad hubiera encontrado ese material sobre una mesa cualquiera y debe, con paciencia, ordenarlos, crear el hilo narrativo que, finalmente, hace coherente toda la narración. La atmósfera pretende reflejar la época en la que se desarrollan los acontecimientos. Está programado en Flash.



Agradezco la reseña tan generosa en
Fronterad.


Por cierto, este es el post 500 de los etiquetados como literatura digital en este blog.











3/9/10

Underbelly



Underbelly de Christine Wilks es una obra multimedia interactiva creada en Flash. Hay muy poco texto porque la obra es narrada por diferentes voces que van surgiendo a medida que el lector va moviendo el ratón por la pantalla. La interactividad es, en ocasiones, un poco frustrante pues aunque el cursor cambia para señalar que hay un enlace no queda claro si el enlace se ha activado o simplemente el programa continua con su relato independientemente de las acciones del usuario. La narración nos habla de una escultora que esculpe en las minas de carbón de Yorkshire, hecho que sirve para trasladar al lector a un escenario bajo tierra en el que se mezclan leyendas y reflexiones personales. La atmósfera creada es muy sugerente, las imágenes también lo son pero el lector casi debe limitarse a iluminar (con el típico efecto Flash o javascript de máscara) una zona del gráfico. En cualquier caso, tiene calidad y está muy bien acabada.



2/9/10

Presentación digital de un libro




Otra aplicación de la digitalidad al libro. Hoy, la editorial RBA presentará on-line el libro Sinsajo, de Suzanne Collins que es la tercera parte de su serie juvenil Los juegos del hambre. A partir de poco más de las cinco de la tarde se abrirá una sesión digital en red en la página:

http://www.losjuegosdelhambre.com/

en donde los ciber-asistentes podrán intercambiar impresiones sobre la saga, y chatear con los editores o los traductores. También se presentarán los personajes de la nueva novela.





Esta sesión se cerrará a las 8 de la tarde. En el momento de escribir este post el contador de la ciber-reunión está a cero:cero.

1/9/10

Kindle 3





Kindle 3 es la nueva versión del lector Kindle y según su publicidad representa la última generación de tinta electrónica e-ink. Presenta mejoras técnicas respecto a sus predecesores y es notablemente más económico. En lo referente a la tecnología, tiene una pantalla de 6”, existe un control por voz de los menús, el contraste ha sido mejorado, dispone de conexión WIFI y, en el modelo superior, de conexión 3G (cobertura en España, proporcionada por Amazon, no con una companía telefónica). El tiempo de refresco de pantalla se ha mejorado considerablemente respecto a otras versiones de Kindle (que tardaban varios segundos en pasar la página) aunque sigue siendo relativamente lento aún comparándolo con un ordenador o con el simple gesto de pasar página en un libro en papel. La duración de la batería es similar a las versiones anteriores, entre 1 y 4 semanas dependiendo del modelo y el uso, aunque esto siempre es engañoso porque las máximas duraciones corresponden – en cualquier dispositivo – a baterías nuevas y este no es el escenario habitual. La batería necesita casi 5 horas para llegar a plena carga. La memoria es de 4 Gb de los que 3 quedan a disposición del usuario. El software soporta PDFs y adolece de las limitaciones de todos estos dispositivos. No me queda claro por qué el teclado no tiene números (lo que hace innecesariamente complejo la introducción de los mismos al tomar notas o simplemente introducir la contraseña de entrada).